Capítulo 36

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-André confirmó la sesión de fotos. Todo está listo. Enzo volvió a llamar.

-Bloquea su número.

-Sí, Constance.

-E informa a seguridad. Lo último que necesito es que vuelva a aparecer por aquí -susurró entre dientes.

El día no había comenzado bien. Estaba corta de una asistente y Becca, por la cara que llevaba durante esos últimos días (a pesar de ocultarlo muy bien con el maquillaje), no aguantaría por mucho tiempo más.

-Asegúrate de que André tenga todo lo que necesite. No quiero que se atrase la sesión como la última vez. Cancela todo lo que tengas en la agenda después de las cuatro y puedes tomarte el resto del día libre.

-¿Qué? -preguntó Becca sin pensar y se aclaró la garganta antes de corregirse rápidamente-. Sí, Constance.

Constance entró en su oficina y se quitó la chaqueta y el bolso, masajeándose lentamente el cuello. No estaba segura de cuánto tiempo más podría soportar el ritmo de Belle Vie y la galería que intentaba llevar al mismo tiempo. Era demasiado trabajo, incluso para ella y dos asistentes, no, una asistente. No puede olvidar que despidió a una.

Agarró el bolso para buscar su agenda personal mientras caminaba hacia el escritorio, pero el bolso se le resbaló de la mano cuando alzó la mirada y vio una pequeña tarta de fresas y mascarpone esperando por ella en el centro del escritorio.

Su respiración se entrecortó ante el sentimiento de déjà vu y el recuerdo que vino a su mente. Recogió el bolso y lo dejó sobre la silla, sin dejar de mirar el pequeño postre.

-Becca.

La asistente entró en la oficina en menos de tres segundos.

-¿Qué es esto?

-Lo ha traído una repartidora de Boulangerie Utopie. Dejó un sobre también, debe estar ammm allí. -Señaló el costado del escritorio-. No sé si sea importante, pero me pidió que dejara el sobre al costado derecho. Fue muy específica con ese detalle -dijo con una expresión pensativa.

-¿Cómo era la mujer?

-Morena, piel oscura y ojos verdes.

-Tráeme un café.

Becca asintió y salió de inmediato. Constance agarró el sobre y se sentó, mirando de reojo el postre antes de abrir el pequeño sobre color crema. La comisura de sus labios se curvó ligeramente al reconocer la caligrafía, y para cuando releyó las tres líneas, su sonrisa era de oreja a oreja. Sin pensarlo, alzó el teléfono del recibidor y marcó el número que había memorizado con los años. La llamada terminó en el buzón de voz. Lo volvería a intentar en la tarde.

"Ella/C" ¿Qué es esto? Pensó sin dejar de mirar la firma.

Cuando Becca volvió, ya se había comido la mitad del dulce. Estaba exquisito y tuvo que hacer un esfuerzo para no terminarlo antes de que llegara el café. La asistente dejó el café frente a ella y comenzó a hablar de inmediato sin esperar alguna indicación de su parte.

-Confirmé con André y aseguró que tiene todo lo que podría necesitar y más, solo por si acaso. Las primeras dos horas las tienes disponibles para las últimas modificaciones de la edición, entrevista para la posición de la galería a las diez y el resto del día lo tienes libre.

Constance dio un sorbo de café mientras pensaba. Había olvidado por completo la entrevista de trabajo para la galería. Había intentado llevar los trámites de sus dos trabajos por separado, pero algunas cosas parecían imposibles últimamente.

Extrañas por NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora