La primera vez que Arthur le puso la mano encima, lo perdonó. ¿Cómo no hacerlo cuando lo tuvo arrodillado, jurándole que nunca volvería a suceder? Le creyó.
Sin embargo, la segunda vez comienza a cuestionarse si realmente se lo merece. ¿Acaso hay algo de verdad en las palabras de Arthur? Las largas horas de trabajo la mantiene alejada de casa la mayor parte del tiempo. Él regresa de sus viajes y ella llega demasiado agotada para hacer algo más que darse un baño y caer en la cama. A pesar de todo, le resulta fácil satisfacer sus deseos. Pero cada vez se vuelve más difícil. No le agrada la sensación que persiste en su interior; se siente sucia y, en ocasiones, utilizada, como si fuera una persona cualquiera.
Y a pesar de eso, los sentimientos hacia él siguen con ella. Es el padre de su hija, el primer y único hombre de su vida.
Eliana no la mira a los ojos. No como antes. Ahora es como si le provocara un esfuerzo hacerlo. Y ella se estremece siempre que recuerda cómo le gritó. No admitiría la culpa que siente y no se disculpará; esto lo sabe porque apenas se lo puede admitir a sí misma. Pero no puede soportar, por alguna razón, que esos ojos azules no la miren como antes.
-Mia bella -llama Rafael con un exagerado acento italiano, sosteniendo una cámara en la mano-. Llegas justo.
-No tengo mucho tiempo, Rafael. Y es Constance. -Le recordó con un suspiro agotado. Sabía que el hombre seguiría llamándola de esa forma a pesar de sus quejas.
-Pues si me lo sigues negando, tendré que bendecir a nuestra Ella con "Bella", que le queda de maravilla, ¿no crees?
-¿Nuestra Ella?
-¿En serio? Tu asistente, Ella.
-Eliana.
Esta vez es el hombre el que suelta un suspiro derrotado.
-No importa -dice Rafael con un gesto de la mano, restándole importancia al tema-. He terminado la sesión temprano. Por cierto, las fotos han quedado estupendas y ya las envié a edición. "Eliana" se quedó durante el receso de su almuerzo y le he tomado unas fotos.
-¿La obligaste? -preguntó, sin poder disimular su sorpresa.
-¿En serio? Qué clase de hombre crees que soy. -Fingió un tono lastimado, colocando la mano libre sobre su pecho-. Tomó un poco de persuasión, lo admito -dijo-, pero lo logré. -El hombre la guio a través del estudio-. La semana pasada, durante nuestra noche de diversión, Ella me prometió que accedería a que le tome unas fotos -su tono de voz descendió a un susurro- lo que se logra con el alcohol, te digo. -Se aclaró la garganta-. Solo estoy cobrando lo que se me prometió.
-¿Noche de diversión? Rafael... ¿acaso tú y Eliana?—
-¡No! ¡Para nada! ¿Nuestra adorable e inocente Ella? No podría, además, sabes que no es mi tipo.
-¿Nuestra? -Cuestionó, arqueando una ceja.
-Tal vez usé mal mis palabras. Noche de diversión es noche de adultos -O.K. Eso sonó peor- lo que intento decir es que salimos, no solo Ella y yo, Sarah también sale con nosotros. ¿Sabes? Adultos a beber alcohol, conversar de cosas que no sean del trabajo.
-Entonces saliste con amigos -dijo con sencillez.
Rafael pareció sorprendido por sus palabras y no pudo ocultarlo muy bien.
-¿Me has llamado solo por eso? -preguntó, ya girándose en dirección a la salida.
-Querida, quiero decir, Constance. Solo quiero que la veas, por favor.
-¿Las fotos?
-No. Bueno, sí, pero quiero que la veas a ella. Creo que Jack aún le está tomando unas fotos.
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Extrañas por Naturaleza
FanfictionPrecuela de Tú mi Naturaleza y Yo tu Humanidad (Tú y Yo): La historia de cómo Constance y Ella se conocieron. Extrañas por Naturaleza sigue la vida de Ella Quinn (un personaje original) y Constance Isles. La historia está dividida en tres actos. El...