Capítulo 33

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Su madre la había invitado a Le Bernardin, pero terminó comprometiéndose en ir a su casa y compartir una cena 'familiar'. Maura estaba encantada con la presencia de su abuela, y Constance estaba agradecida de que su madre pareciera mostrar una pizca de interés por su nieta. La cena progresó sin ningún problema ni crítica.

Constance se sirvió una copa de vino, uno de sus mejores, mientras esperaba a que Claire terminara de leerle un cuento a Maura. Su madre no había pronunciado ni una sola palabra sobre el motivo de su presencia, y ni por un segundo creyó en la excusa de "una cena en familia ya que fue imposible durante las fiestas"". No era necesario que su madre le echase en cara que la evitó a toda costa durante Acción de Gracias y Año Nuevo. Los detalles que su madre le había dado durante el evento de Navidad no habían sido suficientes para saciar su curiosidad, y estaba segura de que lo había hecho a propósito para atormentarla con la intriga.

—No me dio tiempo siquiera a llegar a la segunda página.

—Está agotada.

Constance apartó la mirada del líquido en su copa para observar a su madre bajando por las escaleras. Claire se sirvió una copa y tomó asiento en la cabeza de la mesa.

—¿Qué estás haciendo, hija?

Constance entrecerró los ojos. Esperaba que esa pregunta no se tratara del mismo tema que había sido causa de discusión entre las dos durante meses.

—Ve al punto, madre.

Claire tomó un sorbo de su vino y cerró los ojos por un instante. Constance se tensó.

—Estás perdiendo tu tiempo con esas pinturitas cuando tienes tanto potencial para... más. Has dejado de lado todo por lo que trabajaste.

—¿Más? ¿Te refieres a Ciao?

Constance no se había equivocado... Pero esta vez, a diferencia de otras, no evitaría hablar del tema. Estaba decidida a ponerle un fin.

—Llevas meses preparando una galería, ¿para qué?

Ciao está en buenas manos con Rafael —dijo, ignorando el comentario de su madre—. Las ventas han aumentado y la calidad que presenta es excelente. Me aseguré de ello. ¿Desprecias lo que hago pero insinúas tener lo que necesito para seguir haciéndolo?

—No insinúo. De hecho, puedo asegurarte la galería que tanto deseas y unos cuadros bastante especiales... según me han contado.

Los labios de Constance se separaron cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando.

—Quieres algo a cambio...

La sonrisa retorcida de Claire la hizo estremecer.

Belle Vie necesita un editor interino. Un par de años deberían ser suficientes... temo que su declive podría ser perjudicial para Ciao.

—¿Un par de años?

—Sería lo más adecuado. No podemos permitir que Belle Vie fracase. Ciao es la mejor revista en Norteamérica, pero si perdemos las inversiones de Francia, todo caerá en picada. Sé que eres consciente de los números y sabes que estoy diciendo la verdad.

—¿Por qué no puede ser otra persona? Yo tengo mi vida aquí. No puedo dejar—

—¿Tu vida? ¿Qué tienes aquí?

Constance la miró seria. Estaba segura de haber escuchado mal.

—Te has recuperado bastante bien de tu crisis y—

Extrañas por NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora