𝐢𝐯. 𝑹𝒉𝒂𝒆𝒏𝒚𝒓𝒂 𝒚 𝑲𝒂𝒔𝒔𝒂𝒊𝒂, 𝑳𝒂𝒔 𝑻𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑫𝒐𝒎𝒊𝒏𝒊𝒐

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Últimamente la familia real había dado varios herederos al Reino, los pequeños hijos de la Reina Alicent y el Rey Viserys  iban creciendo con rapidez, el pequeño príncipe Aegon había celebrado su sexto onomástico, Helaena su cuarto, el nuevo bebé, un nuevo varón, el pequeño príncipe Aemond Targaryen había cumplido su primer año de vida y todos celebraron con alegría, a excepción de la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon quienes no estaban muy dichosos con la llegada de un nuevo varón como hijo del Rey.

Por otro lado, el príncipe Daemon había enviudado tan solo a días de la boda entre Kassaia Martell con el príncipe Aegon, ya que su esposa, Rhea Royce, habría muerto en un accidente de caballo, aunque su familia culpaba abiertamente a Daemon de asesinato, esta acusación no pudo comprobarse ya que no habían pruebas de ello en contra del príncipe. 

De todas formas, no habría tardado en casarse nuevamente, esta vez con Laena Velaryon, hija de la Serpiente Marina y la princesa Rhaenys, de quien se sabe está embarazada de su primer vástago, desgraciadamente la pareja se mudó a Pentos y la comunicación ha sido bastante escasa.

Leanor se encuentra viviendo también en la Fortaleza Roja, junto a su esposa la princesa Rhaenyra, quienes tienen a su primogénito, el pequeño príncipe Jacaerys Velaryon de solo dos meses de edad, quien se ha convertido en la adoración de sus padres y por supuesto, de Viserys, quien se ha convertido en un abuelo orgulloso y radiante, pese a su estado cada vez más lamentable.

El príncipe Aegon continuaba estando en el Consejo Privado y junto a su esposa la princesa Kassaia tienen dos niños, su primogénito había cumplido su segundo onomástico, Naemon Targaryen y su pequeña bebé, Daemma Targaryen, quien acababa de nacer hace tres días.

En todo este tiempo las rencillas entre la princesa Rhaenyra con la Reina Alicent y la princesa Kassaia solo han aumentado, su protector Criston Cole también había cambiado increíblemente su actitud hacia ella, todos aún recuerdan que asesino brutalmente a Ser Joffrey Lonmouth, conocido como el Caballero de los Besos y amante de Leanor durante la celebración del compromiso entre este y la princesa heredera, la Reina Alicent habría intervenido para que Ser Criston no fuese ejecutado y se uniera a ella como su protector personal.

Aquella mañana la princesa dorniense fue invitada a los aposentos de la Reina para platicar  junto a sus hijos, actividad que solían realizar cada vez que había tiempo para ello, la pequeña Daemma se encontraba en los brazos de su madre, mientras que el príncipe Aemond dormía plácidamente en su cuna, a unos metros se encontraba la pequeña princesa Helaena jugando con el pequeño Naemon custodiados por una criada, mientras el príncipe Aegon jugaba en solitario con otra joven de la servidumbre.

—Es magnifica —Alicent acariciaba con suavidad el rostro de la bebé, mientras esbozaba una gran sonrisa, sus ojos estaban llenos de ternura y Kassaia sonrió orgullosa.

—Quería agradecerte, Alicent... me acompañaste nuevamente en el parto.

—Tú también me acompañaste cuando Aemond nació, esos gestos no se olvidan.

Ambas estaban sentadas en un sofá una al lado de otra, la criada les había traído té y ambas conversaban amigablemente.

—Todas las amigas acompañan... eso es normal.

—No todas lo hacen —la mirada de Alicent pareció suavizarse por un momento con pesar y Kassaia lo había notado, aunque ella intentara mirar hacia otra dirección.

—Eso no se puede considerar amistad... ¿al menos viene a ver a sus hermanos? 

Alicent se levantó de su asiento para pasear un momento mientras hablaba.

—No lo hace... no recuerdo la última vez que vino, generalmente lo hacía por Viserys... y cuando viene con la única que es amable es con Helaena.

—Ella también visita a los míos solo cuando Aegon está presente, de otra manera no muestra interés —de pronto la pequeña Daemma comenzo a llorar y Kassaia la entrego a una criada quien la saco de la habitación—. Tampoco puedo culparla... cuando ella dio a luz a ese niño de cabello castaño, me acerque solo lo necesario... no me dejo cargarlo y comprendí que deseaba distancia.

𝐒𝐨𝐥 𝐲 𝐅𝐮𝐞𝐠𝐨 | 𝓐𝓮𝓶𝓸𝓷𝓭 𝓣𝓪𝓻𝓰𝓪𝓻𝔂𝓮𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora