𝐯. ¿𝑸𝒖é 𝑶𝒑𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝑴𝒂𝒕𝒓𝒊𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐... 𝑨𝒆𝒎𝒐𝒏𝒅?

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En la Torre de la Mano, Lord Otto Hightower estaba considerando la opción de dormir, la noche estaba presente y siempre había tenido la costumbre de dormir temprano para ser de los primeros en estar en pie, incluso antes de que el sol hiciera acto de presencia.

Sentado frente a su escritorio de madera oscura, con ojos fríos y cansados ojeaba todos los documentos que tenía a su alcance, las criadas ya habían encendido las velas en sus cámaras y el silencio solo era interrumpido por su propia respiración pausada y el sonido de las hojas de papel.

Cuando pensó que no habría nada nuevo de que enterarse aquel día, sus ojos se dirigieron hacia la enorme puerta cuando creyó escuchar pasos a tacón acercándose, lentamente se puso de pie y camino pausadamente con sus manos detrás de la espalda intentando adivinar sin mucho esfuerzo quién era cuando escucho la voz de su hija.

— Padre... sé que estas aquí, debes recibirme.

Otto suavizo su semblante y cuando abrió la puerta fue capaz de leer la expresión preocupada de Alicent, ella entro de prisa y con sigilo miraba a cada esquina como si temiera que alguien más estuviera presente.

El hombre mayor cerró la puerta no sin antes mirar si había alguien más afuera y de inmediato hiso una seña con su mano para que Alicent se sentara en una silla.

— Es extraño que me visites a esta hora.— Dijo con tono mesurado, sus ojos miraban a la Reina como si pudiera ver a través de ella, se sentó lentamente frente a frente en otra silla donde una mesa redonda los separaba y su ceño se frunció al notar que por la expresión de Alicent parecía ser algo serio, antes que pudiera decir algo, su hija hablo primero con su típica educación.

— Lamento molestarte... no pude venir antes.

— Así veo... debe ser importante.

— Lo es — Alicent sostenía la mirada a su padre con un tono inquietante, pero hacia su tarea para suprimirlo, podía ocultarlo de cualquiera, pero Otto la conocía mejor que nadie y la observaba como si fuera un libro abierto, la Mano no espero más tiempo para llegar al grano e inicio el dialogo.

— ¿Qué ocurre? —. La Reina se tomó su tiempo para suspirar antes de hablar con voz moderada.

— Me han llegado noticias de Rocadragón... es información que Lord Larys obtuvo.

Las cejas de Otto se arquearon levemente en cuanto escucho el nombre de Larys, asintió solo una vez y su semblante seguía siendo completamente severo, Alicent lo miro a los ojos antes de volver a hablar con intriga.

— La princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon... tienen planes de comprometer a los príncipes Jacaerys y Lucerys Velaryon con sus primas... con Lady Daemma y Meria Targaryen.

La noticia no pareció impactar tanto a Otto como Alicent había anticipado, aun así, él elevo un poco las comisuras de sus labios para hacer una pregunta.

— ¿Y eso te sorprende, hija?

Los ojos de Alicent parecieron suavizarse y no supo exactamente qué contestar hasta que su padre lo hiso por ella.

— Rhaenyra quiere defender su reclamo con mayor fuerza y quiere dar un nuevo golpe... primero asesino a Ser Laenor Velaryon para casarse con Daemon y ahora esto.

Alicent no pudo evitar negar con la cabeza ligeramente mientras hablaba algo dudosa.

— Ese asunto nunca quedo claro.

— Esta más claro que el agua... hasta Lord Corlys y la princesa Rhaenys cortaron lazos con ellos... perdieron a su hijo por su culpa.

Como siempre el tono de la Mano del Rey era frío como el hielo, la reina Alicent no parecía estar de humor para tocar aquel asunto y unió sus manos sobre la mesa para centrar la conversación.

𝐒𝐨𝐥 𝐲 𝐅𝐮𝐞𝐠𝐨 | 𝓐𝓮𝓶𝓸𝓷𝓭 𝓣𝓪𝓻𝓰𝓪𝓻𝔂𝓮𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora