𝐱𝐯𝐢. 𝑴𝒂𝒓𝒄𝒂𝒅𝒆𝒓𝒊𝒗𝒂 ¨𝑫𝒆𝒍 𝑶𝒄é𝒂𝒏𝒐 𝑽𝒆𝒏𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒚 𝒂𝒍 𝑶𝒄é𝒂𝒏𝒐 𝑹𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒂𝒎𝒐𝒔¨

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Las noticias de las tragedias recientes no dejaron indiferentes a nadie, en el salón de la mansión del príncipe Aegon, él junto a su familia se encontraban sentados con rostros incrédulos, fue como si una sombra de melancolía y tristeza se posara sobre ellos, pero eran las niñas quienes expresaban mayor emoción. 

Meria estaba con los ojos confusos y Daemma sintió como una lagrima rodo por su mejilla derecha, Harwin Strong y su padre Lyonel Strong habían muerto en un incendio en Harrenhal al poco tiempo de haber llegado, un fatídico incendio que extinguió muchas vidas más en aquel enorme y viejo castillo que muchos consideran como "maldito".

Los pensamientos de las chicas de inmediato se dirigieron al momento donde intentaron consolar a Ser Harwin cuando fue obligado a marcharse de la Fortaleza Roja, la promesa de visitarlo junto a sus primos Jacaerys, Lucerys y Joffrey rondaba sus pensamientos, Daemma podía ver claramente en sus memorias como él había sonreído tan feliz con esa idea.

Habían sido planes tan maravillosos y ahora nada de eso ocurrirá, jamás podrán visitarlo con sus dragones, jamás el Ser podrá volver a ver a los chicos ni a Rhaenyra ni a nadie y por otro lado, pensaban también en Lord Lyonel, puede que no lo conocieran tan bien pero su naturaleza siempre era tan amable y cálida que les dolía enterarse de la horrible muerte que tubo, un hombre tan honorable como él sin duda no merecía ese final.

Como si todo eso no fuera lo suficientemente espantoso y difícil de digerir también les llego una carta de la perdida de Lady Laena Velaryon, quien habría muerto en Pentos cuando iba a tener a su tercer bebé, quien tambien murio.

La verdad era que las niñas y la princesa Kassaia no alcanzaron a conocerla bien, ya que tras su matrimonio con el príncipe Daemon, ambos se marcharon a Pentos y sus visitas eran casi nulas, aunque Daemon y su hermano, el príncipe Aegon intercambiaban correspondencia a menudo para mantenerse informados sobre sus andanzas.

— Debemos ir a Marcaderiva... allí realizaran el funeral de Lady Laena.

La voz de Kassaia era suave y a la vez seria, ella se encontraba sentada en una silla mientras miraba de reojo a su esposo, Aegon se pasaba la mano por su rostro claramente apenado por lo ocurrido, pero se recompuso para hablar.

— Así es... debemos ir lo antes posible.

Daemma se secó la lagrima que rodaba con su pulgar y de inmediato respiro para mantener la calma mientras permanecía sentada.

— Ambos funerales se realizarán casi al mismo tiempo.

— Nos corresponde asistir al de Lady Laena, Daemma, sé que no la conociste bien, pero ella es nuestro pariente.— Murmuro Kassaia aun con voz suave y comprensiva.

Un leve silencio se hiso presente en la sala y la princesa dorniense se levantó para tomar las manos de su esposo en un gesto tranquilizador, ante lo cual él solo sonrío ligeramente, Meria también estaba sentada y se afirmó con fuerza a los brazos de su silla con ojos aun sorprendidos con todo lo ocurrido, con voz susurrante pero firme comento después de pensar un tiempo.

— ¿A cuál funeral irán Rhaenyra y sus hijos?

Kassaia y Aegon la observaron con ojos abiertos pero al cabo de un momento se suavizaron, Daemma también permanecía con una mirada cristalina intentando imaginar los sentimientos de sus primos, si a ellos les afecto un poco no podían imaginar cómo debía ser para ellos, prácticamente se criaron junto a él como un padre y sus hijos.

Todos en la habitación sabia la realidad, no era un misterio para nadie pero jamás podrían permitirse mencionarlo abiertamente, Aegon se acercó a Meria y acaricio dulcemente su mejilla con la palma de su mano para verla a los ojos.

𝐒𝐨𝐥 𝐲 𝐅𝐮𝐞𝐠𝐨 | 𝓐𝓮𝓶𝓸𝓷𝓭 𝓣𝓪𝓻𝓰𝓪𝓻𝔂𝓮𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora