𝐱𝐯𝐢𝐢𝐢. 𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆 𝒕𝒖𝒆𝒓𝒕𝒐

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Los seis niños no lo pensaron dos veces para averiguar quién había supuestamente "robado" a Vhagar. 

Rhaena, Baela, Luke y Jace se habían vestido nuevamente, pero Meria y Daemma solo iban con sus camisones blancos para dormir y abrigos largos de piel café que las cubría junto a sus botas negras, ambas estaban con su cabello suelto y caminaban de prisa junto a los demás.

Baela refunfuñaba de la furia dando largas zancadas, parecía que deseaba golpear a alguien y la pequeña Rhaena tenía una expresión preocupada e incrédula en su rostro, Jace tambien estaba curioso y molesto, mientras que Meria y Luke solo deseaban saber que estaba sucediendo realmente.

Ninguno de los niños decía algo mientras caminaban, Daemma no necesitaba pensar demasiado para descubrir quien había sido, solo los Targaryen doman dragones y ¿Qué Targaryen presente no tenía un dragón aparte de Rhaena?

La respuesta era más que obvia y Jace también parecía saberlo, el corazón de la niña latía con fuerza sin saber que hacer o como detener esta situación que de seguro se descontrolaría.

Veía la furia en su prima y su primo y sabia mejor que nadie que Aemond muy probablemente no guardaría silencio fácilmente, pero lo menos que podía hacer era estar presente para tranquilizar la situación lo más que pudiera, si es que eso era posible.

Tal como la noche anterior donde Meria se paseó por los pasillos de Marea Alta no había sirvientes presentes, era muy tarde y de seguro todos estaban organizando la recepción, Baela dirigía el camino al estar más familiarizada con el castillo y bajo escaleras y más escaleras, hasta llegar a una salida que no habían notado. 

Abriendo una puerta de madera llegaron hasta una especie de túnel de piedra que conducía hasta la playa con antorchas iluminando el lugar pero no hubo necesidad de avanzar mucho más, porque ante ellos apareció el príncipe Aemond quien se estaba quitando su capucha mientras caminaba hacia ellos, al parecer se disponía a entrar por esa misma puerta.

Los seis niños pararon sus pasos y Daemma dejo escapar un resoplido angustiante cuando lo vio de frente, todos se sorprendieron y miraron inquisitivamente, Baela rompió el silencio inmediatamente y afirmo.

— ¡Es él! — Increíblemente el príncipe de cabello plata no pareció preocupado en lo más mínimo y respondió en el mismo tono.

— ¡Soy yo!

— Vhagar es el dragón de mi madre.— Continuo Baela con molestia.

— Tu madre está muerta... Vhagar tiene a un nuevo jinete.

Ante estas palabras todos endurecieron aún más su mirada, por un momento notaron que había un aire extraño en él, el típico Aemond que solía a veces agachar la cabeza ante las burlas e ignorar los problemas en vez de enfrentarlos, hablaba con firmeza, pero también con una molestia arrogancia, lo que solo hiso enfurecer aún más a los niños.

Rhaena no soporto, dio un paso al frente y grito enojada.

— Yo tenía que reclamarla.

— Entonces debiste hacerlo... tal vez tus primos te encuentren un cerdo para volar, te quedaría bien.

Meria y Daemma abrieron más los ojos, la menor no dudo en gritarle con el ceño fruncido, mientras se acercaba.

— Eres un estúpido... — Más no pudo terminar de hablar cuando noto el agarre de su hermana mayor en su hombro, esta también tenía una mirada muy seria y grito.

— Ya basta.

Pero no contaba con que la furia de Rhaena fuera suficiente para apretar los dientes mientras gruñía y se abalanzo contra Aemond quien detuvo su intento de empuje tomándola fuertemente de los brazos y la arrojó al duro suelo con facilidad. 

𝐒𝐨𝐥 𝐲 𝐅𝐮𝐞𝐠𝐨 | 𝓐𝓮𝓶𝓸𝓷𝓭 𝓣𝓪𝓻𝓰𝓪𝓻𝔂𝓮𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora