𝐱𝐱𝐱. 𝑳𝒂 𝑪𝒂𝒄𝒆𝒓í𝒂 (𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝟤)

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— ¡Tú, descarada tramposa! — Meria entro al pabellón donde estaba su hermana descansando cuando se enteró de lo que había hecho anoche y quiso confrontarla. Aún era muy temprano, pero Meria sabía que sin importar lo que ocurriera Daemma debía estar despierta a estas horas y sus ojos se endurecieron aún más cuando vio a Aemond en el lugar de pie con su traje de caza.

— Eres tú — Soltó con una mueca de falso agrado que él devolvió.

— Soy yo, hermanita.

— Oh, no me fastidies tuertito que estoy muy furiosa ahora — Meria insulto secamente y Aemond la fulmino con su mirada y se acercó amenazadoramente hacia ella.

— Oh, por los dioses benditos, no empiecen — Daemma advirtió mientras se levantaba de la cama, traía una bata gruesa y su hermana pudo ver algunos rasguños en su rostro.

— ¿Qué tal tus heridas? — Pregunto la menor cruzando sus brazos en el pecho.

— De poca profundidad, tanto yo como Aemond estamos en perfectas condiciones, mis padres y la reina ya nos visitaron y se relajaron al ver que no hay de qué preocuparse.... Estamos a salvo y tenemos un nuevo jabalí — Daemma sonrió al final y Meria dejo escapar una burla.

— ¿Quién lo cazo al final? — Meria cuestiono y sus ojos oscilaron entre Daemma y Aemond — ¿Quién le dio el golpe mortal?

— En realidad, fue Aemond — Suspiro Daemma después de un momento de titubeo y antes de que su hermana se sintiera complacida con la verdad se defendió — Pero yo hice la mayor parte del trabajo, ¿verdad? — Daemma miro inmediatamente a Aemond pidiendo su respaldo y Meria ahora lo miraba a él con expresión severa.

— De hecho, le atravesé la garganta — Confeso el príncipe mirando a su prima menor con tono frio — Pero Daemma lo lleno de puñaladas antes.

— Oh, lo mataron ambos — Sonrió arrogantemente Meria.

— Nos salvamos la vida mutuamente— Daemma interrumpió y sus ojos se conectaron con los de Aemond quedándose mirando un momento en silencio. Meria arrugo la nariz al verlo.

— La pareja de la bella y la bestia derrotaron al malvado jabalí, se rescataron mutuamente y se besaron con amor al final — Meria imito la voz de una relatora de cuentos con dramatismo y al ver a Daemma sonrojarse levemente ante la mención de un "beso" supo que dio en el clavo y miro a Aemond quien le desvió la vista y puso su atención hacia otro lado, la niña ensancho una sonrisa burlona — Es tan lindo que vomitare.

— ¡Meria! — Grito Daemma con la cara roja y su hermana menor solo enarco una ceja mientras volvía a mirarlos.

— Por cierto... ¿Por qué ambos están juntos tan temprano?... ¿pasaron la noche?

— ¿Algún problema con eso? — Sonrió traviesamente Aemond elevando su vista hasta Meria como si le confirmara aquella suposición sin ninguna vergüenza y la chica le saco la lengua.

— ¡Nada de eso! — Grito Daemma con el rostro aun más rojo, su paciencia se había acabado y empujo a su hermana y su novio fuera de la tienda— ¡No ha pasado ni pasara nada de lo que insinúan hasta después de la boda! Dejen de pelearse y compórtense mientras me visto.

Cuando los dejo en la intemperie Daemma cerro la cortina de su tienda de campaña para cambiarse y Aemond volvió a sonreír con sarcasmo.

— Descuida, Meria... no faltara mucho para que te comprometan también, aunque debo admitir que compadezco a tu futura pareja. Vivir contigo debe ser un infierno.

Meria soltó una carcajada ruidosa.

— ¿Pareja?... Jamás creí que estaría de acuerdo contigo en algo, porque creeme que también lo compadeceré el tiempo que dure con vida.

𝐒𝐨𝐥 𝐲 𝐅𝐮𝐞𝐠𝐨 | 𝓐𝓮𝓶𝓸𝓷𝓭 𝓣𝓪𝓻𝓰𝓪𝓻𝔂𝓮𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora