𝐒𝐨𝐥 𝐲 𝐅𝐮𝐞𝐠𝐨 | 𝓐𝓮𝓶𝓸𝓷𝓭 𝓣𝓪𝓻𝓰𝓪𝓻𝔂𝓮𝓷

𝐱𝐱𝐢. 𝑴𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝑷𝒂𝒛

Rhaenyra era muy buena para demostrar calor maternal incluso hacia aquellos que no nacieron de su vientre, podían decir muchas cosas de ella, pero su manera de brindar consuelo a Daemma cuando lo necesitaba hiso que la chica se recompusiera rápidamente de su angustia.

En ese momento la joven lady noto lo similar que era su prima a su padre ya que el príncipe Aegon también era muy bueno en ello, Daemma recordaba los momentos donde su padre la abrazaba con tanta dulzura cuando algo la hacía llorar desde que era pequeña, pero no podía acudir a él en este instante.

No quería decirle lo que había ocurrido, lo que sus queridos primos y amigos habían dicho y como la lastimaron. Ella no deseaba preocuparlo así que guardo silencio.

No dijo lo que sucedió a nadie de su familia, ni siquiera a Meria.

Después del almuerzo todos salieron al patio de la Fortaleza Roja para despedir a la princesa heredera que se marchaba con los suyos. Antes de que subieran a los carruajes que los guiarían hasta el puerto, el rey, la reina y todos los demás miembros de la familia comenzaron a despedirse hasta el próximo encuentro que nadie podía predecir con certeza cuándo seria.

Viserys como siempre tenía los ojos llenos de tristeza cada vez que decía adiós a Rhaenyra, Daemon se despidió solo con movimientos de su cabeza mientras mantenía su habitual frialdad hasta que sus ojos se suavizaron cuando llego el turno de sus hermanos, acepto la mano del rey quien apreto su hombro con fraternidad mientras él sonreía lo mejor que podía para asegurarle volver pronto.

En cuanto sus ojos se posaron en su hermano menor, ambos se observaron severamente durante unos segundos reviviendo el disgusto de la última discusión que tuvieron en RocaDragón, aun así, ambos se estrecharon la mano de buena gana permaneciendo con sus expresiones serias, esto no duro mucho tiempo ya que Daemon fue el primero en terminar elevando las comisuras de sus labios formando una sonrisa asimétrica, jalo la mano de Aegon acercándolo más a él y paso su brazo libre por encima de su hombro.

El príncipe menor comprendió de inmediato que su hermano quería decirle algo en su oído, algo que solo debía escuchar él así que se olvidó momentáneamente de sus reservas e inclino su rostro para oírlo.

— ¿Recuerdas nuestro "lugar favorito" hermanito? — Pregunto Daemon y no espero a escuchar una respuesta porque sabía que Aegon lo comprendió, de inmediato el príncipe mayor retrocedió un paso dejando espacio entre ambos mientras su hermano le planto una mirada confusa y curiosa a la vez.

— Te veré allí, en cinco días durante el mediodía... no falles — Murmuro el príncipe Daemon y se quedó a mirar como su hermano menor terminaba sonriendo con algo de nostalgia, recordando cosas del pasado seguramente.

— Bien... nos veremos allí — Respondió el príncipe sin renunciar a la prevención en su actuar, pero el príncipe canalla no requirió de una palabra más, asintió burlón como era su especialidad antes de despedirse de las demás personas, le ofreció un apretón de manos a Meria junto a una sonrisa que también dio a Daemma.

Kassaia sonreía protocolarmente a su sobrina política junto a su familia, obviamente sus acciones eran más por cortesía que por genuino aprecio y de alguna manera todos estaban conscientes al igual que la cordialidad de la reina en aquella despedida.

Lucerys y Rhaena miraron a Daemma con una expresión llena de timidez, como si no supieran de qué manera comportarse deseaban despedirla afectuosamente, pero se sentían cohibidos con las advertencias de sus hermanos mayores y de sus padres.

La joven lady observo manteniendo la sequedad a Baela y Jace quienes claramente se encontraban algo incomodos, sin importar el malestar cada quien dio lo mejor de sí para suprimirlo lo mejor posible, como habían sido educados desde que nacieron.