LUNA ROJA: INHERENTE AMOR

CAPÍTULO XXXIV: LA SÎVRIT

Enid termino de darle las quince vueltas alrededor de la pista de prácticas, se detuvo para beber un enorme trago de agua, su reloj pito exactamente las seis de la mañana, suspirando por el descuido en el tiempo se dirigió a las duchas. El agua tibia, la soledad que provenía de un madrugador habito la dejo tomarse su tiempo. Las chicas entraron sin dirigirle una mirada, Enid se apresuró a ponerse la playera de manga larga, nadie la vio. Camino a la salida, Yoko la saludo de rápido, al parecer ese día estarían las evaluaciones por parte de los inmortales, con ese ánimo como nerviosismo subió al dormitorio, abrió la puerta y encontró a Tyler conversando muy cerca de Addams.

-Vamos bien, incluso más rápido de lo previsto, estaremos bien. -le tomo la mano con gesto amigable. -Malory confía en ti y en cuanto vea los avances que ha hecho Enid, gracias al entrenamiento que has propuesto para ella, saltara de alegría.

-Hoy es luna llena, es obvio que querrá estar presente en otro intento para enlobarla. Sabes de sobra que no he podido dar avances en ese frente... además Malory dijo que tenía algo importante que decirme. Me preocupa demasiado, sonaba ansiosa.

-Ha estado uniendo a los clanes de licántropos, es obvio que este así. -acerco sus labios al oído de Merlina. -Te amo, lo sabes.

Addams se sorprendió por aquello, sin retroceder acerco sus propios labios al oído de Tyler.

-También te amo, Tyler. -le dijo suavemente. -Gracias por todo lo que estás haciendo por mí.

Tyler se alejó de ella, con cuidado le acaricio su rostro como si fuera lo más valioso como delicado del mundo. Merlina se ruborizo, jamás la había visto así Enid, como nunca imagino verla así por alguien. Addams tragó con aspereza por el toque de Tyler, no odiándolo sino disfrutándolo.

-Yo moriría por ti, ¡mataría por ti! Como fuere, sería una dicha para mí, Merlina. -le dijo besándole los labios.

-No... no sé qué decirte, Tyler. -le dijo con tono ausente después del beso.

-No es necesario que digas nada, Merlina. -dijo riéndose. -Con que lo escuches y me permitas estar a tu lado, es suficiente.

-Mereces algo más que mi indiferencia.

-Tengo tu amor, ¿verdad?

-Sí.

-Entonces me basta con poder oírlo de tus labios, verlo en tus acciones y saber que te sientes cómoda a mi lado. -volvió a besarla. -Nuestro amor es diferente al común y eso me gusta. No necesitas presionarte con nada, solo sé tú misma.

Merlina sonrió antes de besarlo. Enid vio como rodeaba el cuello del chico con ánimos de sentirlo más cerca de ella, por algún motivo eso disgusto a Enid lo suficiente como para entrar a la habitación de inmediato con paso ruidoso. Ambos se alejaron rápidamente, Enid fingió estar distraída mirando sus uñas como si decidiera cambiarles el color en ese momento, alzo la mirada con gesto sorprendido.

-Vaya, no sabía que estabas aquí, Tyler. ¿Se te ofrece algo? -le pregunto con tono nada amistoso.

-Vine a ver a Merlina.

-Ten cuidado, los muchachos no deben entrar al dormitorio de las chicas y menos de sus novias. Podría... malinterpretarse o prestarse a chismes, ¿no crees? -sonrió animadamente. -Deberías irte.

-Ah, sí, es cierto. -dijo aclarándose la garganta. -Nos vemos en el comedor.

Merlina lo despidió con un rápido movimiento de mano. Enid se dirigió a su armario para tomar algunas cosas, meterlas en una mochila pequeña y miro a Merlina, que la observaba con expresión cautelosa.

-¿Sucede algo?

-No estabas aquí cuando desperté.

-Sufro insomnio, di una vuelta y me fui a bañar. -respondió colgándose la mochila en el hombro. -Te aconsejo apurarte, casi es hora del desayuno.