CAPÍTULO LV: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

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-Todo esto es por ti, "My Dor." -respondió Enid apretando la hoja y parte de su sangre salió, escurriendo hacia la ropa y carne de la propia Merlina. -Porque todo lo que hago fue, es y será por ti, para nosotras. -torció la boca y retiro la espada. -Porque te amo.

Merlina jadeo con ese espasmo de alguien que despierta de un mal sueño. Su frente tenia un sudor pegajoso que le bajaba de la frente hasta perderse en su cuello y clavículas. Por reflejo se puso la mano en la frente, esperando que eso la ayudara a ubicarse, su cerebro estaba confuso y su cuerpo se sentía pesado como si le hubieran cambiado la sangre por aserrín. Cuando sintió su corazón calmarse por el repentino movimiento, sus ojos comenzaron a adaptarse a la profunda oscuridad, se noto en una pequeña canoa que se movía con suave gesto de nana consoladora. ¿Dónde estaba? No podía recordarlo, simplemente esa pesadilla era lo único que podía recordar-

Ah, sí. Al fin los retazos de su memoria llegaban lentamente. Traicionada por la mujer que amaba, con un enorme agujero que le rompió la unión de las costillas con el esternón. Enid había hecho exactamente lo que le advirtieron, ahora que Merlina comprendía perfectamente que pudo evitarse eso creyendo en Tyler y no en la mujer que la distrajo con palabras adecuadas, conducta sumisa y tonta como con su piel, estaría viva.

No tenía idea de cuanto llevaba allí, pero intuía que fue más de un mes. Claro, no importaba realmente, tal vez el mundo de los muertos era sencillamente estar con esa sensación de estático castigo eterno. Estaba bien, una eternidad repasando los libros que leyó y guardaba en su enorme biblioteca privada. Se materializó en aquel lugar, recorriendo los enormes estantes donde estaba todo perfectamente acomodado alfanumérico, temas y relevancia.

La estantería que más le gustaba leer era la que rezaba: religión. Nunca a nadie le contó que le divertía tener acceso a libros de creencias, porque en aquellas contradicciones entre salvación, condena, libre albedrío y castigo por desobedecer yacía la naturaleza humana impregnada en cada maldita página. Merlina sabía que si eras creador de algo tenías dos opciones: cuidarlo o abandonarlo. Sencillamente como eso, nada de términos medios, un padre o madre que aman estar detrás de su vástago asegurándose que aprenderá, dejándolo equivocarse y reprendiendo sus malas acciones.

Pero los dioses de las mitologías se divertían, abandonaban al hombre y después lo buscaban para procrear y entretenerse. Sonaba como humanos, porque eso hacían. Si la creación es similar a su creador, ¿Cuál es el sentido de castigarlo por tu propia arbitrariedad? No había, pero sin embargo radica allí un punto interesante: la libertad. Los humanos al sentirse vigilados por una divinidad buscarían escapar de su yugo, con su libertad no tendrían propósito y terminarían crearse uno ellos mismos, pero en esa búsqueda de sentido empezarían a atacarse los unos a los otros.

Las emociones negativas y la búsqueda de remediarlas era lo que daba sentido a la vida. Si me aqueja ser pobre y no tener oportunidades, un buen incentivo a vivir como pelear sería mejorar la condición económica a través de estudios, relaciones o acciones que garanticen esa solvencia. Si todos fueran felices, ¿sería correcto decir que tienen todo? No hay aspiraciones, no hay anhelos o motivos, simplemente se despierta uno sin esperar nada nuevo, viviendo una y otra vez el mismo día hasta regresar a la premisa: ¿Cuál es mi propósito de vivir?

Los humanos están tan vacíos como sedientos de motivos que no quieren la felicidad o quietud, porque eso los aburriría, les haría aceptar que solo fueron creados por azar, capricho o accidente. Y eso aterra, aterra al ser humano el descubrir que solo fueron creaciones por un ser superior que estaba aburrido y deseaba sentirse poderoso de alguna forma, que su destino es quedarse quietos mientras se decide su vida o, por el contrario, que solo existen para repetir una rutina. Dejar una huella en el mundo, algo que los haga inmortales como un legado, les sacia su miedo, los hace creer que su existencia sirvió para algo y su nombre será recordado por siempre.

LUNA ROJA: INHERENTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora