CAPÍTULO XVII: PRIMERA CITA

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Alto ahí. Ayúdame con tu voto, esto me hace saber que voy por buen camino.

***

Enid removió el ropero por decima vez en lo que iba de la media hora en la que intentaba definir que ropa usaría en su primera cita con Merlina. Las faldas estaban esparcidas en la cama junto a las blusas, tops, overoles y pantalones. No conseguía definir que quería usar, buscaba algo que la hiciera ver hermosa. Se sentía insegura después de que pidió un consejo a su madre sobre las citas, a lo que Malory respondió:

-Enid, deja de distraerte con estupideces, ¡debes entrenar duro! Sigues siendo un cachorro estúpido y débil, no voy a tolerar que sigas avergonzando al apellido con tus deficiencias. -le dijo mientras terminaba de acomodar la mesa. -Ahora obedece y ve a llamar a tus hermanos y padre.

El comentario consiguió desanimarla lo suficiente como para ir con Merlina y decirle que era mejor no verse en la noche cuando la encontró en la cocina con Aidoneus cocinando. El hombre le daba instrucciones de como cocinar e incluso regañaba al no hacer adecuadamente la mezcla de las especias.

-¡La cocina es algo más complejo que las pociones! No es solo seguir instrucciones, ¡es ponerle alma y cariño a la comida! -exclamo golpeando la mesa con el puño. -La comida es expresar el amor en forma culinaria, en el gusto. Si no amas lo suficiente entonces márchate de aquí, pero si por el contrario amas con fuerza, comienza a poner esos sentimientos en lo que haces.

Vio como Merlina farfullo regañándose con dureza su ineptitud y repitió el proceso de macerar la carne. Merlina estaba dando lo mejor de sí para impresionar a Enid, dejando en claro que no solo era algo sin sentido, por el contrario, la seriedad de la labor era la misma que el deseo de mejorar para el bien de ambas. Respirando hondo, decidió imitar a Merlina y dar lo mejor de ella misma.

El animo en alto, con la cabeza gacha para su madre y el sumiso juramento de esforzarse alejo a Malory de Enid el resto de la tarde Carmilla llego con la excusa de relajarse, bebieron un par de copas, la mujer estaba por mandar a Enid a dormir cuando Malory cayo dormida en el sofá. Gabriel, oliendo la intensión de todo, como el buen lobo que era, se marcho con su esposa a la habitación y le pidió a Enid llegar temprano para el entrenamiento. Y de eso desde las nueve y media, ahora luchaba con la parte más difícil de una mujer vanidosa: el atuendo perfecto para la cita.

Un vestido ciertamente la seducía pero en el bosque no se podía ir con vestido y tacones, hacia demasiado frio como para eso. Tampoco algo muy informal, daría el mensaje de que no le interesaba su cita. Algo neutro era lo adecuado pero el romance te dice: "perra, debes ir despampanante, seduce y conquista, ¡gana!" Pues claro que iba a ganar, solo que no encontraba el arma letal que le daría la victoria. Tras mucho pensárselo, siguió removiendo el guardarropa que tenía dos años sin ser revisado, los vestidos que recibió como regalos de cumpleaños tenían la etiqueta infantil que su madre tanto le criticaba.

-¡No encuentro nada que me haga ver bien! -exclamo derrotada.

Alzo la vista y el reloj marco las diez y media. No, no, el tiempo se agotaba, debía decidir de una vez. Entonces eligió una falda que le llegaba a los muslos, unos tacones bajos de color perla y una blusa coral. Entro a la ducha rápidamente para tener tiempo de secarse el cabello, acomodarlo con un moño negro, lo acomodo como usualmente lo llevaba. Salió a vestirse cuando encontró un vestido miusol de color magenta con hermosos encajes florales en la cama junto a un chalina rosa claro y unos zapatos de tacón bajo color negro, sobre el vestido había una nota con la letra tan familiar del último año:

"En el momento en que lo vi en el aparador, supe que era para ti, My Dor. Tu belleza opacaría a cualquier banal intento textil de ayudar al atractivo femenino, aun así, este vestido me ha convencido de que te hará lucir incluso más bella de lo que ya eres. Por favor, no te sientas obligada, úsalo si lo deseas, no por mi sino para ti."

LUNA ROJA: INHERENTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora