CAPÍTULO VIII: EL TELAR COMIENZA A MOVERSE.

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Lo recordaba como si acabara de ocurrir, aun sentía la punzada de decepción cuando Laurel le dijo que Enid había solicitado ir con Yoko como roomie. De las únicas veces que su rostro había formado expresiones que no deseaba, de sentirse sola y abandonada. Sí, lo recordaba con claridad...

"Ustedes dos parecían uña y carne... esquiva lo que quieras, pero tú y yo sabemos que sí te importa Enid. Y tienes que admitir que ella logró sembrar una chispa de calidez en ti. Tranquila, fue muy pequeñita, casi imperceptible al ojo promedio pero yo lo noté..."

Merlina se puso rígida ante aquel recuerdo que la estremeció al punto de hacerla gritar de repulsión. Enid acababa de decirle que, aunque se correspondían los sentimientos, ella no deseaba más que una amistad, ¿de verdad?

-Merlina, ¿me escuchaste? -la llamó con tono preocupado e intentó tocarla.

-Sí, lo hice. -respondió alejándose con expresión de repulsión y se dio la vuelta. -Y yo te dije que no quiero estar cerca de ti y menos ser tu amiga. Ahora lárgate a tu ceremonia. Déjame en paz.

Comenzó a caminar y volvió a centrar su vista en el libro, no podía realizar ningún hechizo con certeza y habilidad, Morgana le había dicho que Goody estaría decepcionada de ver a su sucesora fracasar en hechizos, que aprendices dominaban a la perfección al primer intento. Y algo que no toleraba Merlina era ser inferior a parásitos inútiles. Respiró hondo y siguió concentrándose en el hechizo de transportarse de un lado a otro sin la necesidad de usar runas o pentagramas.

"Parte de la experiencia de un dormitorio es volverte amiga de personas que normalmente no conectarías y, esas amistades, a menudo son vínculos de por vida".

Laurel le repitió amablemente lo que una vez le dijo, esta vez, un tono de burla y mofa venían como acompañamiento especial de la casa. Merlina apretó la mandíbula y ordenó a su mente repetir el hechizo. Eso era lo importante, su objetivo y meta, lo demás era obstrucción e innecesario. Con voz firme leía el conjuro, podría lograrlo, no debería ser difícil lograr concentrarse, no necesitaba ese "impulso" que mencionaban.

"¿De verdad es tan difícil para ti admitir que hiciste una amiga y que ahora que no está podrías extrañarla?"

¿Amiga? ¡No, no, y no! Había escuchado esa pequeña frase que decía: "No existe la conformidad, existe la resinación". Y Merlina era más que testaruda y aferrada a lo que deseaba lograr. Solo que esta vez, tendría que afrontar la realidad: estaba resignándose. Pero no una mediocre conformación sino una que le beneficiaria y era alejar a Enid, sepultar sus sentimientos y seguir como si nada, empezando desde ahora. Respiró hondo, cerró el libro y alzando la mano derecha a donde deseaba ir, comenzó a recitar con voz pausada y firme. Nada. Volvió a repetirlo y el mismo resultado apareció y eso la frustró, gruñó, está vez cerró los ojos, tocó su cadena de obsidiana y con la mano derecha señaló el castillo de Morgana. Lo recorrió de memoria y se centró en la biblioteca que mantenía restringida, la cual le concedió propiedad si conseguía entrar en ella con el hechizo de transportación. Respiró hondo, tenía que concentrarse y no permitiría que ninguna emoción o pensamiento inútil la distrajera. Reducirse a ese nivel era humillante, después de todo una bruja bien consumada y talentosa no necesitaba hechizos de voz, simplemente se visualizaba llevando a cabo su deseo.

Se concentro, visualizando su deseo, vaciando su mente de cualquier distracción: nada importaba, era efímero, solo ella y su voluntad la llevarían lejos. Al fin sintió el hormigueo que le había comentado Edalyn, la practicante en final de curso. Apenas tuvo tiempo de disfrutar el triunfo cuando perdió el éxito. Al concentrarse en la satisfacción de conseguirlo, su mente desvarió y rompió la conexión, ¡estaba harta! Estaba en el nuevo intento, nuevamente el cosquilleo, visualizo la biblioteca de Morgana; justo cuando estaba por ser llevada a ese lugar, un grito proveniente de Enid llamándola desesperadamente y eso bastó para que su trayecto cambiara de posición.

LUNA ROJA: INHERENTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora