CAPÍTULO XLI: LA DESESPERACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS

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Morticia y Homero estaban inspeccionando aquel bar de mala muerte, el ambiente era muy bueno y alegre. Mientras los Parry reunían a los representantes de los clanes vampiros de Inglaterra e Islandia, los Addams esperaron en la barra. Pronto Merlina se quedó sola, ella iría después a reunirse con los lideres, después de que los Parry consiguieran convencerlos.

Una mujer de grandes pechos le trajo un trago de vodka antes de irse, realmente Merlina no comprendía como era que daban alcohol a menores de edad como si nada. Tomándolo con aire perdido, decidió beberlo para intentar calmar aquello que la atormentaba. El licor dejo un gran camino rasposo por su garganta, el estomago lo acogió con protesta pero pronto su boca se sintió sedienta.

Merlina alzo la mano y pronto el cantinero se acerco a ella: sus ojos negros relucían un leve rumor de curiosidad, su espeso bigote grisáceo se movió como un cepillo polvoriento y su obeso cuerpo revoto ante la cautela. Con un buen billete, el cantinero le aseguro que la mantendría con un trago.

-No la había visto antes, ¿de dónde es?

-De... vengo con los Parry. -respondió bebiendo rápidamente del vaso doble. -¿Tu trabajo también incluye hablar con los consumidores?

-Me ameniza la jornada. -sonrió señalando con un movimiento de cabeza a los demás. -Muchos vienen por decepciones amorosas, otros para divertirse, otros para huir de la soledad que los ahoga. -sonrió con algo de compasión. -Escucharlos desahogarse es grato.

-Complejo de superioridad narcisista. ¿Oír su dolor lo hace sentir mejor?

-Es posible. -respondió con amabilidad mientras seguía limpiando unos vasos. -Sentirnos parte de algo es inevitable del humano, después de todo somos creaturas sociales.

Un nuevo cliente apareció y solicito al cantinero. El obeso hombre fue para atenderlo, dejando a Merlina pensando en aquello. Necesitaba contarle a alguien lo sucedido con Enid, no se atrevía a decirle a Tyler, temía que el chico la mirase con gesto decepcionado como furioso. Sus padres no eran opción, estaban ocupados y de allí no tenia nadie de confianza, con excepción de la misma Enid, la responsable de su malestar. El cantinero regreso, mostrándole una botella de vodka de una marca que jamás escucho.

-Eres tu propio médico, bebe lo que creas necesario para ahogar lo que te molesta. -se la acerco con una mueca pensativa. -Si quieres hablarlo pues-

-Mi única amiga me beso. -dijo de inmediato, sin poder contener las ganas de contarle al carismático extraño.

-Wow... ¿felicidades?

-Tenemos novios, las dos. -le aclaro. -Además no la veo de esa forma.

-Bueno, si no la ves de esa forma, ¿por qué te molesta aquello? Solo finge que no paso y ya.

Merlina chasqueo la lengua, se sirvió otro trago al tope y lo bebió con avidez. El cantinero la espero a que el licor le diera valor o le quitara las inhibiciones, pronto surtió efecto pues Addams se acerco a él para hacerse oír sobre el ruido de la música de rock de los ochenta.

-Allí esta mi problema, no sé que significa realmente para mí. Para nosotras... para Tyler.

-Ya veo. Un serio mojón traes, creo que debes empezar por redefinir que significan tu novio y tu amiga para ti. -dejo un vaso en la barra para llenarlo de un licor ámbar y lo empujo a la derecha de Merlina. -Si ese beso te ha dejado confundida, creo que significa que esa amiga es... está en un rango de afecto diferente al que creías.

-Explique.

El obeso hombre medito con profundidad. Merlina de pronto vio a un hombre atractivo de ojos verde canica subiendo al escenario y comenzó su numero de acto. La música extrañamente movida le trajo el leve presentimiento de que conocía la letra:

LUNA ROJA: INHERENTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora