LUNA ROJA: INHERENTE AMOR

CAPÍTULO XIX: PEQUEÑOS MALOS ENTENDIDOS

-¿De qué hablas? - dijo Merlina con un tono sorprendido.

-En el tiempo que me fui decidí emplearlo a desenterrar antiguos secretos. -comenzó a decir caminando por la plataforma de madera y miro a la isla. -La profecía esta incorrecta, al menos en la mitad de ella. Al igual que Thot y los demás, creen erróneamente que tu papel es el de destruir, la verdad es que es lo opuesto.

Merlina trago fuerte, detallo con atención las acciones de Kazimir, entonces notó algo extraño, su cuerpo era más robusto: hombros anchos, brazos marcados por el esfuerzo, su mandíbula estaba marcada y potente. Aunque la ropa de viaje que tenía era holgada, se podía ver perfectamente que su cuerpo estaba distinto. La brisa sacudió su ropa y noto las cicatrices de una crueldad humana que se asomaron como niños miedosos.

-Merlina, ¿recuerdas que nos conocimos en una luna llena? -le preguntó amablemente. -La profecía no habla de que la luz es bendecida por la luna, sino que es protegida por la bendita de la luna. Una mala interpretación, eso es lamentable hasta no poder.

-¿Qué insinúas? -preguntó algo confundida, hasta la voz sonaba áspera y gruesa, como la de un-

-No es insinuar, Merlina. Tú y yo estamos destinadas a derrotar a Thot. Yo soy la oscuridad que sembrará la muerte en el mundo y tú la luz que traerá vida donde la muerte derramo sangre.

-¡Estas mintiendo! ¡Es Enid!

Kazimir negó con la cabeza lentamente, se paro frente a Merlina con la expresión más seria y funesta del mundo. Tomo su mano y la llevo a su pecho, entonces Merlina disolvió la duda, aparto las manos.

-La vida es representada por una mujer y la muerte como un hombre. -comenzó a explicar pacientemente. -Por un malentendido de antaño los inmortales me conocieron en el papel de una mujer, así que asumieron que lo era. Además, fue el propio Thot que lanzo la maldición, ¿no es claro que debe ser su sangre la única capaz de revertirlo? -se rasco la barbilla con expresión pensativa.

-No, no puede ser. -replicó Merlina confundida aun más. -Enid es la que me complemente, ¡ambas somos parte de la otra!

-Y no discutiré eso, pero la profecía dice que representamos luz y oscuridad. En la práctica, ambos no son lo mismo sino opuestos, no complementos. Piénsalo bien, ¿por qué ella no tiene más poder que el de un lobisón si se supone que es una elegida de la profecía? -torció la boca. -Ah, seguro ya te lo habías preguntado, ¿no es así?

-No es posible, ella... la luna roja que nos unió, ¡ese hecho se suponía que nos hacia las elegidas?

-Lamentablemente para Enid, la luna roja las unió de otra forma, la convirtió en tu arma y escudo. -se encogió de hombros. -Su papel es de una herramienta en la practica, pero para ti va más allá de eso y esta bien, Merlina.

-Debe haber un error.

-No lo hay. Fui al oráculo de Delfos, ese antiguamente fue el templo a Thot, cuando seguía siendo alguien virtuoso. -explico rascándose la nuca. -Puedo llevarte si quieres. La verdad me da igual si me crees o no, solo necesito tu cooperación para el momento decisivo.

Merlina no creía nada de lo que decía Kazimir, pero no sintió malicia o diversión en aquella confesión. Su rostro estaba endurecido con la lástima que sentía por Merlina, como si supiera que separarla de Enid fuera un error fatal como un alivio provisional. Entonces comprendió.

-Por eso Thot me atormenta. Porque su sangre es la única que lo va a derrotar. -susurro asustada. -Tú y yo somos quienes lo conseguiremos.

-Sí. Es un alivio, tu pequeña novia no va a estar en gran peligro. -agitó la mano alejando el aire romántico de la revelación. -Lo ideal seria sacarla de la partida pero eso no lo va a permitir ninguna de las dos, su destino esta unido pero no de la forma que esperaban. Cuanto más intenten alejarse más se encontrarán, una maldición de amor, ¡asqueroso! -exclamó riéndose. -No le digamos nada, no creo que le agrade que yo le quite su lugar a tu lado.