CAPÍTULO XXIII: JURAMENTO INQUEBRANTABLE

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NOTA: Este capítulo cuenta con narrativa sexual y por política de la plataforma tendré que dejar en explicito que es para mayores de edad. Si no cumples el rango de edad en tu país y decides seguir adelante con la lectura, te pido discreción y si no te gusta no lo leas ya que no se te obliga a leer este tipo de contenido. Evítenme problemas, porque si me denuncian y la plataforma decide eliminar la historia o mi perfil, no me esforzare por buscar otra plataforma o re subir la historia. Lamento tener que escribir esto pero me he enterado de algunos autores que son denunciados y me parece injusto que personas que se ofenden por todo o solo por maldad deciden tumbar trabajos ajenos. Dicho esto, disfruten la historia.

***

-No sé si te lo he dicho antes, pero te desprecio. -dijo Kazimir con tono rencoroso.

Merlina no dijo nada, estaba atascada en la trampa como Kazimir: ambos colgados boca abajo mientras daban vueltas con expresión cansada y molesta. Con un movimiento de manos, ambos se soltaron de las ataduras y se precipitaron al suelo y en un giro que dio aires de gato, ambos tocaron el suelo con agilidad. Aunque ya habían confirmado que el pasadizo llevaba de la estatua de Poe a una sala pequeña con libros de temas muy complejos en latín, griego y hebreo. Kazimir había dado por terminada la incursión y quería salir de allí a la biblioteca e irse a dormir pero Merlina insistió en que debían seguir ya que eran las siete y podían disponer otro poco a buscar nuevas sorpresas.

Era obvio que alguien pasaba allí el tiempo pues el polvo estaba presente solo en las partes de difícil acceso. La pequeña sala contaba con calefacción, una estufa de leña y una cama individual con algunas mantas. Kazimir encontró una lata de café y té negro nueva y sin abrir. Merlina vio una nota en la mesa del centro junto a reloj sencillo que aun servía, se notaba viejo por el tiempo. Junto a eso una pluma de águila calva americana que desprendía un olor a bosque húmedo y agua dulce junto a una nota escrita pulcramente:

"Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar. Un recordatorio que los huérfanos siempre tendemos a ser el centro del mismo caos, Cara mía. Prendamos fuego al mundo."

Kazimir tomo la pluma con ceño fruncido, no podía sentir nada ni siquiera un hilo de memorias de quienes lo tocaron. Algo estaba mal, para prohibirle la capacidad de clarividencia era porque el objeto estaba maldito.

-¿A qué se refiere con "los huérfanos"? -gruñó Merlina con el ceño fruncido.

-Una pista que habla en plural y se siente parte del grupo. -dijo Kazimir dejando la pluma en la mesa y miro la carta con aire pensativo. -Pero quienes más estarían dentro del grupo, es la pregunta que ahora nos interesa.

-Estos libros, ¿te dicen algo?

-Aparte que le gusta la alquimia, no mucho. -respondió suspirando. -Puedo llevármelos y revisarlos.

-Te ayudare.

-No. Tú vas a irte con Enid, estoy seguro de que termine el hechizo de recolección de información, eso bastara para saber todo esto rápidamente. Además, tengo la sensación de que están aquí con otro fin alejado al que nos interesa.

-Está jugando conmigo. -farfullo Merlina pasándose la mano por la cara. -¿Qué pretende?

-Me inquieta la parte de los huérfanos. ¿Te importa si me quedo eso para darle un vistazo?

Kazimir no le diría que sospechaba que podría atentar contra los padres de Merlina, mandaría la señal a Tristán para protegerlos temporalmente. Merlina se lo entregó, con cuidado lo guardó en la pequeña mochila que tenía y comenzaron a rebuscar en el libreto o en las paredes por si había otra entrada a un pasadizo extra. Aprovechando eso, Kazimir les daba un vistazo rápido entre las hojas, en busca de algo que se dejara el acosador pero no había nada. Kazimir se enfadó y movió el librero, entonces encontraron un pequeño agujero en la pared, Kazimir se asomó alumbrando con la lampara y varios símbolos extraños para Kazimir adornaban la pared en sus relieves.

LUNA ROJA: INHERENTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora