CAPÍTULO LVI: CAUTELA Y DETERMINACIÓN

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Merlina estaba estática, mirando con incredulidad como terror como estaban maltratando a Enid de esa forma tan bestial y ensañada. Unas niñas abofeteando a Enid mientras otros la pateaban o encestaban puñetazos en el torso. Enid no podía defenderse, no por ser débil o estúpida, sino porque fue tomada por sorpresa, estaba confundida, aterrada y superada en número. No, no, ¡No!

Lanzándose contra los niños intento apartarlos pero fue imposible, sus manos no lograban atraparlos y sentía el frio rencor de la pobre Enid que yacía en el suelo siendo maltratada.

-No puedes intervenir en un recuerdo, Hermana. -le dijo Pubert con tono áspero e indignado. -Esto ya sucedió, ya ha sido escrito, no puedes cambiarlo ahora.

Merlina negó desesperada, intentando intervenir pero era imposible. Kazimir le tomo con brusquedad del hombro para apartarla, apenas toco el suelo, intento pelear contra Kazimir por interferir pero antes de que alguno pudiera decir o hacer otra cosa, los pasos de alguien irrumpió ambas peleas y al alzar la mirada encontraron a Setesh mirándolos con aire cansado como furioso. De inmediato los niños se marcharon corriendo sin dedicar una disculpa a Enid. La chica se retorció tocándose el torso, Merlina se acercó de inmediato, preocupada como aterrada. Al menos ya estaba a salvo, Setesh la ayudaría a-

-¿Por qué no te defendiste? -le preguntó con frialdad. -¿Deseas que pasé lo mismo que aquella vez con los vampiros?

Merlina como Kazimir no podían creer lo que acababan de escuchar. Kazimir se levantó de un brinco y rápidamente lo alcanzo para intentar encestarle un buen puñetazo pero siguió de largo.

-No siempre apareceré para salvarte, ¿lo entiendes? -suspiró con expresión incomoda. -Si no puedes defenderte, ¿Cómo vas a sobrevivir? Al parecer debemos presionarte más a partir de ahora. ¿Lo entiendes? Es por tu bien, Enid.

"Es por tu bien."

"Es por tu bien."

"Es por tu bien."

La frase que ella uso demasiadas veces la azoto como un soldado romano al que iba a ser ejecutado. Había perdido el aliento ante aquello, alzo la mirada y encontró a una niña incrédula mirando al adulto que debía protegerla irse. Sus ojos se anegaron de lágrimas, reclamos, resignación y odio a todos como sí misma. Su porte era de alguien que sabe que esta y estará solo para siempre. Merlina entonces escucho el rumor de una canción a la cual Enid aferro desesperada en su sollozo, en su desesperación y pudo Merlina adivinar lo que la pequeña Enid le preguntaba al cielo como al infierno: ¿por qué ella? Se acerco gateando a la pequeña, extendió la mano pero se detuvo.

"Pero soy insignificante

Soy un bicho raro

¿Qué rayos estoy haciendo aquí?

Si no pertenezco aquí."

De pronto Enid se puso en pie a pesar del sofocante dolor punzante física como emocional. Aquel ataque no fue perpetrado por niños, sino por monstruos, ¡de asquerosos seres que merecían que ella los asesinara. Su cuerpo diminuto como frágil comenzó a caminar a su casa. Kazimir recibió la mirada desesperada de Merlina y comprendió que se identificaba con ella. Sonrió con las lágrimas escurriéndole por los ojos y se las seco con expresión incomoda.

-Sé lo que es sentirte insignificante... que no perteneces a ningún lado. -reconoció intentando controlar su voz. -Lo que es que te golpeen y nadie haga nada, porque al final de las cuentas; "es por tu bien".

Merlina entreabrió los labios, quiso decir algo pero no pudo, Kazimir ya estaba siguiendo a Enid, justamente a su lado, como si intentara de alguna forma hacerla sentir acompañada. Pubert le extendió la mano a Merlina, la chica la acepto y se maravilló al sentir la manita de su hermano muerto. Caminaron a ponerse al lado derecho de Enid, intentando tomarla de la mano pero no era posible, ya que estaba intentando contener el dolor de la costilla rota.

LUNA ROJA: INHERENTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora