CAPÍTULO IV: INTENSIONES DEL ACOSADOR

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"No pienso compartirte con nadie más, ni con ella, Cara mía".

Merlina sintió un malestar y alzó la vista, un edificio a unos cien metros lleno de ventanas, era imposible ver algo, regresó a ver su celular y más fotografías sobre Enid y ella en la escuela, cuando se abrazaron al encontrarse con vida luego del suceso de Crackstone, ellas saliendo juntas a la estación. Fotografías de Merlina en su casa tocando el chelo a media noche, de sus padres, Largo, su abuela y Pericles. El acercamiento era muy bueno, la cámara debía ser costosa pero no imposible de obtener sin dejar huella.

"Considéralo una advertencia de cortesía: te estoy vigilando, te seguiré a donde vayas, no importa donde estés, yo también. Cerca de ti."

Merlina apretó los dientes, alzo el teléfono y estaba por arrojarlo cuando vibro la llamada del número desconocido. Lo detalló y colgó, de inmediato volvió a sonar y volvió a colgar. Hasta la quinta ocasión respondió pero nadie hablo, solo una respiración agitada y emocionada.

- ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mi?

Merlina seguía vigilando el edificio frente a ella, nadie contesto, pero la respiración agitada aumento y era más ronca y alta, de pronto supo que era y con una mueca de asco se dispuso a colgar pero el gemido alto le aviso que era tarde. Volvió a dar señales de arrojar el celular cuando una voz alterada le pidió detenerse.

-Cara mía... no tienes idea de lo mucho que he deseado tener una conversación por teléfono. -dijo jadeando y emocionado.

-Eso ha sido asqueroso y repulsivo. -respondió Merlina con la expresión de rechazo más grande.

-Te deseo y amo tanto que el solo hecho de oír tu voz, verte y olerte me hacen perder el pudor, lamento mucho mi vulgaridad, Cara mía.

-No vuelvas a llamarme así. Me llamo Merlina Addams, puedes usar cualquiera de ambos pero jamás esa expresión. ¿Entendido? -amenazó con ira contenida.

-Merlina... Merlina. -saboreo la pronunciación como si fuera un vino exquisito y soltó una risilla aguda. -Amo tu nombre, amo cada cosa tuya, incluso cuando estas tan enamorada de esa lobo corriente y vulgar. Debí haber sido yo, ¡La luna roja debía unirnos a nosotros dos! Pero la estúpida de Laurel lo arruino todo, ¡me alejo de ti! Aunque debo concordar en que tú también me alejaste, al parecer estamos destinados a rechazarnos mutuamente, solo que al final estaremos juntos nuevamente.

-Eres un enfermo delirante si piensas que algún día podría siquiera soportarte. -le dijo con desagrado. -Muéstrate ante mí y entonces te lo diré a la cara.

-No es necesario, cada que nos vemos me das desprecio y frialdad. Tal vez debería intentar algo más formal y llevarte conmigo al infierno y estar juntos hasta nuestra muerte.

Merlina frunció el ceño y se concentro en cada palabra que el desquiciado enfermo decía; ya dejaba ver su actitud confiada, sociópata y obsesiva. El otro dato era que ya se habían visto antes e incluso le decía que tenían contacto muy estrecho y continuo. Pero al único que veía era Xavier y a ese le dedicaba sus más extensas y firmes convicciones de asesinarlo si se le acercaba más.

-He intentado acercarme más, pero Xavier Thorpe siempre aparece, tal vez debería empezar por él y asesinarlo, podría ofrecerte su corazón como muestra de amor~~

De Tyler aprendió a que a veces los culpables fingen ser inocentes y victimas para pasar desapercibidos, entonces seguiría la línea de no descartar a nadie que no estuviera muerto y bien confirmado por ella mientras miraba su cuerpo mutilado. Xavier seguía siendo el obvio sospechoso, fingiría que consideraba a alguien más y su expresión se concentro aun más.

LUNA ROJA: INHERENTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora