Serendipia

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For King and Country - The proof of your love.

AG - No expectations.

- Hola abuela, ya llegamos de la escuela. - Dijo Rocky llegando con Dallas sonriendo y hablando de clases. - Sabes Dallas, la abuela cumplirá 80 años pronto y necesito regalarle algo y prepararle un pastel. ¿Me ayudarás? - El chico contesta. - Claro, dime qué haré. - Ambos se ponían de acuerdo hasta que Rocky le preguntó a Dallas. - ¿Y tu cuando cumples años? - A lo que contesta. - Casi no lo celebro. Eso de los cumpleaños no es algo que me guste hacer. - Rocky le tomó de las manos y le dijo mirando sus lindos ojos azules. - Vamos niño duro. Dímelo. - Eso que sentía ya no era compasión. Era algo más. El mismo Rocky lo sabía. Dallas lo sentía. Era amor. - 22 de Septiembre. Rocky se emocionó. - Abuela! Dallas cumple años la próxima semana! Te dije que era Virgo. - La abuela va hacia los muchachos. - Niño, deberías venir con nosotros ese día. Que tal si hacemos un pequeño pastel para ti. Para conmemorar tus 16 años. - El chico por primera vez se enrojeció. - No abuela, yo no soy su nieto. Yo solo soy un amigo de la familia. Además no se cómo una señora Asiática puede ser abuela de un chico tan blanco como Rocky. - La abuela le dice. - Soy segunda generación. Mis padres llegaron aquí. Me nombraron Mary Lee Tanaka. Se japonés pero no soy japonesa. No me siento japonesa. Me casé con el señor más americano que pude encontrar. Bō Ferguson y tuvimos a Ava. Nos enamoramos de nuestra niña y verla casarse con el padre de Flint nos dolió mucho. Más cuando supimos que había pasado todo eso y la perdimos. Y después supimos la forma en la que ese hombre trataba a nuestro Flint y su abuelo y yo lo trajimos aquí apenas se llevó a ese demonio la policía. Mi niño llegó lleno de cicatrices y golpes. Para mí ya es normal verlo así. Pero que a tus 10 años tengas más cicatrices que dientes no es normal.

Dallas pudo entender quién era Rocky después de todo y lo que significa para el la vida tranquila con su abuela. Es lo que significa también para el llegar ahí y no tener la obligación de ser quien no quieres solo por una obligación. Rocky pudo salir, pero eso le costó la vida a su madre, o tal vez eso era lo que ella quería, sin importar que. Darle una vida tranquila a su hijo. Dallas de la nada sonrió y Rocky lo miró alegre. - ¿En que piensas? Ya lo sé, quieres un buen pastel.

El día había llegado. Y Rocky hizo creer que no recordaba. Todo parecía normal en clase, hasta la salida. Rocky le dijo a Dallas que lo esperaba en casa para su entrenamiento. Pero hoy, diferente a los demás días. Dallas se llevaría a su viejo Reggie a casa. Sin darse cuenta quería que el ser más especial en su vida conociera a quienes estaban formando parte de ella. Apenas entró y "SORPRESA". Gritaron Rocky y su abuela. Contentos por verle llegar. Un pastel de plátano recién horneado, sin cubierta pero con un profundo olor a banana que le encantó a Dallas. Lo sentaron al centro y le cantaron feliz cumpleaños. Por un momento recordó aquel día de su niñez, al lado de su madre y su padre, antes de perderlo todo... Cuando el en verdad era feliz. Y ahora solo queda el amor.

Después de haber disfrutado un momento, Dallas y Rocky se sentaron en el pórtico. Estaba atardeciendo ya. - Gracias por la fiesta Rocky. Para ser un Flint cualquiera te luces con tus festejos. Cantas bien. - A lo que contesta Rocky. - Y eso que no bailamos. Te tenía preparado un vals. - Dallas lo miró y viéndose serio dijo. - Rocky, yo no soy como los demás chicos que sueñan con un baile de primavera y quieren ser el rey del baile y esas cosas que suenan tan burdas... De pronto siente un golpe que casi le disloca el hombro. - Ay por favor Dallas, no te hagas el profundo, único y diferente  y baila una canción conmigo. - Dallas en tono algo serio dejo. - Obligame! - Pero miró el rostro de Rocky... Mostraba poder y determinación. No se iba a rendir y tenía el poder para vencer cualquier barrera... casi literalmente.

- Está bien, pero solo una canción. Pero que no sea burda y superficial.... - Lo mira de nuevo. - Está bien. Tu la escoges, pero es por qué me obligaste.

Bailaron lentamente una canción, mirándose el uno al otro por momentos, mostrando algo de pena y alegría. Tímidamente mostrando sus sentimientos al llegar la noche y oscurecer el lugar antes de que todas las luces se enciendan. Rocky sabía lo que sentía y era la primera vez que lo hacía. Pero el caso de Dallas era especial, el quería también esa clase de amor. Le parecía algo tan irreal sentirse tan feliz cómo aquellos días de niño en los que no esperaba nada y cada instante era una bella sorpresa después de otra.

Nunca en su corta vida había creído volver a sentir un calor en el alma que casi llenara su cuerpo. En una noche nublada, las viejas lámparas de la calle parecían estrellas centelleantes y la voz de Rocky al hablarle parecía acariciarle el alma mientras paso a paso se convencía a si mismo sin decir nada. El amor habia llegado. Tomado de la mano de su novio. Sintió ir al pasado y recordar con nostalgia la belleza de su niñez y al futuro admirado con cierto anhelo de tener una familia con el chico al que torpemente da pasos erráticos un vals que no logra entender. Solo con el, esta vez siendo la primera. Disfruta su casa etapa de su vida sin entender lo que siente, pero puede llamarlo amor, por seguro.

Sin sentir esa ansiedad y dolor que le daba el tener que llenar los zapatos de su padre y no ser lo suficientemente bueno según las palabras de este. No tenía miedo de perder el control y derrumbarse, conteniendo el aliento para no verse débil.

Sin el infierno de creer que no ser lo suficiente, de no valer nada. De solo ser un ejemplo de lo que no se debe hacer, de sentirse débil.

Sabía que era frágil. Pero está bien. Mientras estuviera con Rocky. Al mismo tiempo se sentía fuerte, se sentía en paz. Como si ese fuera su hogar y era todo lo que le importaba ese día. Su día especial...

La Luz Al Final Del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora