- Gods and monsters Nessica Lange.
Entra Dallas a la oficina de la policía. Todo le daba miedo pero era lo único que podía hacer. Su última esperanza estaba ahí.
Cubierto con una capucha, mirando hacia abajo con miedo de ser reconocido entró al sitio.Topandose a pocos metros de entrar con un hombre. Quién lo saluda contento.
- Buen día joven. ¿Buscabas a alguien en especial? - Pregunta bonachón. - Si, ¿Sabe dónde se encuentra la oficina del oficial Stone? - El hombre ríe. - ¿Del detective Stone? Está en el segundo piso. Yo soy el comisionado Washington. Un gusto conocerte. Tu acento se me hace conocido... de Dallas. ¿Cierto? - Se asombra Dallas al escuchar lo dicho por aquel hombre y contesta con risa nerviosa.. - No... no. Yo he vivido aquí toda mi vida. - El caballero se despide y le informa antes de seguir su camino por alguna extraña razón a Dallas le parece conocido. En algún sitio, su voz a pesar de lo alegre se sintió como una bala en el cuerpo. - Está en en segundo piso, mano derecha, pasando la sala de juntas. Debe estar con su novio... digo, con el oficial Mendoza.
El hombre creyó que Flint ya había hecho su vida. Y que tal vez no debería molestarle, pero era tanto su amor a su hijo que dejó su orgullo de lado. Subió las escaleras y llegó a la oficina de "STONE F." Estaba un hombre hablando con el. Todo indicaba que algo importante estaban contándose. - Por favor nene, entiende. Yo me quiero quedar aquí contigo. - Y contesta Flint. - Puedes quedarte y ser la sombra de todos. Pero créeme lo que te digo, de que a la mínima oportunidad que me den a mi de subir lo dejaría todo. Incluso a ti. Por más que me gustes. Además, aquí me trae malos recuerdos.
Flint ve que alguien acaba de entrar a la oficina sin tocar, y se acaba de dar cuenta quien era. - ¿Que haces aquí? - Pregunta muy serio.
- ¿Quién eres tú? - Dice Mendoza, hasta que se dio cuenta. - Es el de la lista del jefe. Es el hijo de Altair. No espera, es el de los segundones de Alastor ¿Cierto hijo de puta? - Le dice sacando su arma y apuntando directo a la cabeza a Dallas. - Esperen, vengo en paz. Por favor. No quiero morir aún. Se los pido, te lo pido Rocky. Escúchame al menos. - Flint lo veía serio y furioso. Mendoza no sabía que decir, solo estaba listo para disparar a la orden de Flint quien contesta hiriente. - ¿Que es lo que quieres y que te hizo armarte de valor para venir hasta aquí hijo de perra? - Dallas solo puso sus manos detrás de su cabeza y con una voz entre cortada contó lo sucedido. - Mi, mi padre. Le dije que renunciaría y que contaría todo aún si me tocaba estar en la cárcel. Le dije que ya no quería ser más su marioneta y que mi único deseo era estar con mi hijo. Le dije todo lo que tenía en mi corazón desde hace tanto tiempo Rocky. Desde que tú me mostraste lo que había en el. Le dije que quería dejarlo todo atrás y que no me interesaba formar parte de la rama secundaria. Me dijo que me obligaría si es que yo no quería seguir haciendo el trabajo sucio y me negué, pero... - Dallas se comienza a debilitar y con ello su voz ya no puede más y rompe en un llanto más fuerte. - Pero se llevó a Flint, a mi Flint. Dañó toda mi casa. Todo lo rompió. Me dejó sin nada solo por querer que yo siga ahí. Yo ya no puedo mas Rocky. Ya tuve suficiente, es difícil dormir para mí. Es difícil vivir. Créeme, mira donde estoy. Mira como estoy, por favor ayuda una última vez. Te juro que no es ninguna trampa como la de aquella vez. Te lo ruego Rocky. Ayudame esta sola vez y voy a desaparecer de tu vida. - Flint volteó hacia Mendoza. Inclinó la cabeza y bajó los labios. - Lo haré está vez. Pero espero que no sea una trampa por qué no dudaré en disparar. - Mendoza se levantó de la silla. - Ni creas que irás solo Flint. Yo te acompaño. - Dallas sigue llorando. - Háganlo y les diré lo que quieran, lo diré todo. Aceptaré mi destino de ser necesario. Solo... solo ayúdenme a recuperar a mi bebé. - Acompañenme. Vayamos a mi casa, ahí me veré con el resto del equipo. De verdad estaré eternamente agradecido con ambos.
Llegaron los 3 a casa de Dallas, y si. Se veía totalmente destruida, en la espera Flint quiso dar una vuelta por la casa, para inspeccionar y tener algunos recuerdos del pasado. En ello encontró dos fotos en el cuarto principal. - Pero si es... La foto de nosotros con la abuela y el viejo Reggie. - La siguiente foto era aún más especial. - El día del... Se escucha de fondo la voz de Dallas. - ¿El día de nuestro primer picnic? Si, es del día en que me di cuenta de que si te estaba empezando a amar. Llegué a pensar durante parte de nuestra relación si mis sentimientos por ti eran solo parte de una etapa en la que me estaba conociendo mejor. Pero no. Mírame ahora, parezco un loco obsesionado contigo y con un pasado que nunca podré quitarme de la mente y con una historia de amor que nunca se pudo concretar, ahora que somos nada y lo fuimos todo. Incluso me siento extraño al darme cuenta de que no queda nada de ese niño que me enamoró. Y que el por su parte luchó por encontrar su lugar, y su verdadero amor. Es lindo saber que quieres ser feliz, aunque no sea conmigo.
- Flint contesta. Sonriendo por primera vez en mucho tiempo. - Ella, mi abuela. También te amaba como a mí. Ella misma lo decía, preguntaba por ti. Quería tenerte aquí y poder cuidarte. ¿Haz sido tu quien limpia su tumba verdad? - Dallas sonríe con lágrimas en los ojos. - Cada mes voy a visitarla. Es mi forma de disculparme con ella. Quizá lo siga haciendo toda la vida. Por qué no puedo creer que haya sido yo quién te haya alejado de ella en sus últimos momentos. - Flint se acerca a Dallas y toca su hombro. De aquel chico de semblante duro queda solo un hombre cansado y con una mirada triste. Aquel que toda su vida se ha ocultado en si mismo en una carcaza que ya no da para más. Pudo ver su sufrimiento, su ira, su tristeza y sus penas. Lo abraza y Dallas fuertemente se aferra a el. - ¿Me llegarías a perdonar algún día? - Flint cerró sus ojos y le dijo de corazón. - Rocky ya aprendió a dejar ir y se fue con todo. Por mi todo perdonado, solo falta que te perdones tu. - Flint suelta a Dallas. Y este mira a ese hombre que tiene enfrente. Lo mira con cariño y esperanzas. Con amor. Mira que está sonriendo, esa sonrisa que hace tiempo extrañaba. Que tantas ganas tenía de volver a ver. No era el mismo chico, no del todo. Pero se sintió como aquel primer día en el que derrotado y agotado recibió ayuda de quien le venció, dándole una lección de vida. Y una vez más lo va a ayudar, a sanar una herida del alma.
ESTÁS LEYENDO
La Luz Al Final Del Infierno
RomanceUna vez más estamos aquí. Un ángel y un demonio luchando por un amor que ninguno de los dos entiende.