La Perla de Vera

3.3K 207 311
                                    

—33—

—Buenos días Luz —saluda con cansancio—. Espero que me llames para darme buenas noticias; sino, no quiero escucharte.

Me sorprende porque Clara nunca ha sonado así de abatida y quizá no la haya pillado en el mejor momento.

—Perdona, no estarías durmiendo, ¿verdad? Si quieres te contacto más tarde.

—¿Durmiendo? —exclama con una risita sarcástica— Ojalá, cariño, ya no sé qué es eso. Bueno, dime, ¿cuál es tu decisión?

Y ese apelativo me sorprende bastante porque ella es muy maja y cercana pero esto raya la familiaridad.

—Creo que ya sabes mi respuesta. Las oportunidades no llaman a la puerta dos veces si se la cierras en las narices —le contesto de forma directa—. Aunque bueno, tu forma de poner en duda mi profesionalidad también tiene algo que ver aquí.

—No pretendía cuestionarte.

—Ya, sólo darme un toque de atención, supongo.

Al menos es lo que fue para mí.

—¿Te parece bien empezar esta noche? La cosa está bastante tranquila esta semana y así te servirá de adaptación. Los turnos de comida son más intensos, los dejaremos para la semana que viene —me propone.

—Lo que digas está bien, no tengo problema, ya lo sabes —le comento.

Se mantiene callada unos segundos antes de lanzarme la siguiente pregunta.

—Luz, ¿puedo comentarte algo fuera del ámbito profesional?

—Clara, por favor...

No sé si mi advertencia es para que frene o porque necesito que me suelte un par de verdades ya que es la única que tiene información privilegiada de los pensamientos de mi vecina. Ella decide por mí y lo suelta de todas formas.

—Ainhoa no se cree las excusas que te está poniendo —me confiesa—. No lo hagas tú.

Se despide y cuelga pero a mí ya me ha dejado perjudicada. ¿Qué pretende decirme? ¿Que no me rinda? ¿Que siga chocándome de frente contra su muro para ver si se resquebraja? ¿Que me rebaje un poquito más?

Pues lo siento mucho, pero si alguien tiene que mover ficha en otra dirección es Ainhoa porque yo ya he insistido bastante.

—Primita, ¿ya estás de mal humor de buena mañana?

—Qué va, sólo estaba pensando, en realidad debería estar pletórica.

—Deberías. Y no lo estás ¿por? —insiste.

Supongo que busca que la nombre, que explote y me desahogue un poco, pero no me apetece seguir pensando en eso, pensando en ella.

—Porque no va a ser fácil —le confieso.

—Las cosas que merecen la pena nunca lo son.

Y pese a todo, tengo que reírme, porque mi prima en plan chamán no es nada común.

—¿Desde cuándo crees tú en esto? ¿Vas a empezar a hablarme también del destino? —me burlo.

—Hija, qué poco poética eres —se queja divertida—. Bueno un poco moñas ha sonado te lo reconozco, pero el mensaje es lo importante. Luz, deja de pensar en quién va a estar en esa cocina y empieza a visualizar que tú vas a ser parte de ella. Oportunidad única. Negocio. Prestigio. Y dinero.

—Eso te pega más, la verdad.

—¿Me estás llamando superficial? —exclama fingiendo molestia.

—¿Un poco?

Choque de trenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora