Conocerse

4.1K 218 123
                                        

—26—

Llamo a la puerta bastante nerviosa, para qué vamos a engañarnos. Necesito esta conversación de una forma urgente antes de volverme loca.

—Hola Luz —me saluda Clara con una sonrisa.

—Ay, hola, ¿está Ainhoa?

—Sí, claro, pasa, se está dando una ducha.

Entro tras ella y me quedo plantada en plan boba sin saber muy bien qué hacer porque la última interacción con Clara fue en el visionado del proyecto y sentí que esa mirada pedía unas explicaciones que no estoy preparada para darle.

—No te recordaba tan callada, la verdad —comenta tomando asiento en el sofá.

—Bueno, estoy un poco cansada —me excuso sentándome a su lado.

—Y nerviosa, también.

La miro a los ojos y veo una sonrisa tranquilizante tipo madre comprensiva y suelto un suspiro que ni sabía que estaba reteniendo.

—Ya me lo ha contado Ainhoa, por si eso ayuda a que te relajes.

—Ah, ¿y qué te ha contado exactamente?

—Que os estáis conociendo.

No sé si quiere saber mi versión o si Ainhoa es tremendamente reservada con sus cosas.

—No tengo muy claro que sea eso lo que está ocurriendo —le digo bajando la vista a mis manos en un gesto nervioso.

Pero ella me las coge y me obliga a volver a enfrentarla.

—Ella no lo va a mostrar tanto, pero está tan cagada de miedo como tú.

—¿Por qué iba a estarlo? No es su primera vez y yo la veo bastante tranquila.

—Hace mucho tiempo que Ainhoa no tiene ganas de conocer a alguien.

Y esa revelación me provoca un calorcito entrañable en el pecho, porque mi vecina no me ha compartido su historia al completo, pero parece ser un logro bastante grande lo que le pasa conmigo.

—Y tú, ¿qué piensas de todo esto? —le pregunto realmente interesada.

—¿Es relevante?

—Eres su familia y la conoces mucho mejor que yo. A mí me lo parece.

Lo piensa por un momento y a mí esa duda me hace querer borrar la pregunta de golpe.

—Creo que eres una buena chica y que Ainhoa te importa. Me gusta ver eso, ella se merece todo lo que pueda hacerle feliz, pero estáis sobre un terreno delicado y va a hacer falta comunicación y paciencia, eso es algo que debes tener en mente.

Antes de poder contestarle, aparece Ainhoa en sujetador, con dos bodies emperchados uno en cada mano, que le tapan un poco la visión.

—Clara, ayúdame a elegir.

—Mejor pregúntale a ella —comenta riendo divertida tras ver la cara de circunstancias de su amiga.

Y su timidez, me envalentona.

—El verde, sin duda —le contesto con una sonrisa apartando los ojos de su cuerpo.

Esa aparición me ha gustado tanto que creo que se me deben notar en la cara las ganas que le tengo y con Clara delante, siento una vergüenza enorme.

—Bueno, yo me voy.

Besa a Ainhoa para despedirse y le susurra algo en el oído que hace que ésta enrojezca un poco.

Choque de trenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora