Féodal había tomado asiento frente a ella en uno de los sillones y ahora le estaba acariciando la mano.
―Siento lo que ha sucedido. ―le decía, la chica ni siquiera podía mantenerle la mirada.
―No sabes qué fue lo que sucedió. ―dijo simplemente.
―Ha sido culpa mía ¿no es así? ―ella lo miró confusa―Te peleaste con tu esposo porque fuiste a verme a mi hotel.
―Por supuesto que no… es algo más complicado que eso. ―dijo apartando la mano.
―¿A no? Pensé que esa era la razón, viniste aquí justo después de eso.
Emma se puso en pie mientras se secaba las lágrimas con las manos y le daba la espalda.
―No deberías estar aquí, ya tengo bastante y no quiero malos entendidos. Agradezco mucho que te preocupes por mí, pero por favor, vete.
Él se puso en pie igualmente y se acercó a una distancia prudente de ella.
―Lo que menos deseo es causarte algún tipo de problema. Pero estás mal, y no puedo dejarte en este estado sola.
Ella se lo quedó mirando mientras se preguntaba desde cuándo se había mostrado tan preocupado por ella. ¿Qué se suponía que debía hacer?
Henry se encontraba sentado junto a la piscina observando en su iPad el vídeo de grabación de cuando Emma había regresado a la casa con las fotografías, de cómo se había quedado llorando al verlas, se le partió el corazón al verla derramar aquellas lágrimas. Tenía que ir tras ella, aunque le doliera el hecho de que ella lo acusara deliberadamente de algo que no había tenido que ver, sin embargo, no podía echarle toda la culpa teniendo en cuenta su historial con las mujeres, por no mencionar que la última vez se molestó con ella por ocultarle cosas, no le había dado suficientes motivos para confiar en él en ese aspecto. Se llevó los dedos al pelo mientras suspiraba sintiéndose algo frustrado.
Le llegó una llamada de su asistente y contestó en seguida al móvil.
―¿Sabes ya dónde se hospeda? ―preguntó al instante.
―Ehm…vine a hablar primero con el fotógrafo. ―Henry depositó el iPad sobre la mesa y se puso en pie.
―¿Sabes ya quién le pidió que tomara esas fotos?
―Ese es el problema jefe. El tipo dice que quien le pidió que tomara las fotos fue Henry Wells, o sea, usted.
―¿Qué? ¿me estás tomando el pelo? ―preguntó algo alterado―¿qué tontería es esa?
―Entonces…¿no fue usted?
―Mario, ¿me explicas cómo demonios te enviaría a buscar esa información si conociera la respuesta?
―Por supuesto que no, señor. Lo siento. ―Henry resopló y comenzó a caminar por el patio algo pensativo.
―¿Tienes alguna foto mía? ―preguntó unos segundos después, su asistente tardó otros en contestar.
―Sí. También tengo una de Félix, la de Féodal puedo conseguirla en su cuenta de Instagram. ―al parecer le había entendido.
―Bien. Llámame cuando tengas algo.
Se colgó la llamada y se puso pensativo, aquello cada vez se estaba poniendo más serio, tenía que actuar cuanto antes, no quería que Emma estuviera en apuros y no pudiera protegerla si la tenía lejos. Tomó su chaqueta y mientras se subía a su auto marcó al teléfono del despacho de su esposa al cual contestó la secretaria de ésta, le pidió por el nombre del hotel y número en que se hospedaba ella y ésta se lo facilitó.
Puso el auto en marcha y condujo hacia el hotel. Decidió llamar a Emma y hablar con ella, sin embargo, ella no contestaba al móvil y se preguntaba si el motivo era por su costumbre a estar alejada del bendito aparato, o simplemente porque seguía molesta con él. Una vez llegó, se bajó del auto y ya dentro se acercó a la recepción. Preguntó por Emma y la respuesta que recibió lo dejó desconcertado.―Se encuentra en el restaurante con su esposo.
―Disculpa ¿ha dicho esposo?
―Así es.
Se apartó del mostrador y caminó hacia el dichoso restaurante, ¿estaba alucinando? Él era el esposo de Emma con todas las letras, ¿a quién más se referirían con lo de esposo? Subió la escalera que llevaba al primer piso donde se encontraba el restaurante y una vez allí comenzó a buscarla con la mirada, la sala era grande y solo algunas mesas se encontraban ocupadas, así que no le tomó mucho tiempo encontrarla. La vio, estaba en la mesa con nada menos que con Féodal. En seguida se le hizo las manos puños mientras apretaba los dientes con fuerza. Estaba enfadado, solo habían tenido una pelea y Emma no había tardado en buscar consuelo en nada menos que con el causante de todo. Se preguntaba si él había montado todo aquello para conseguir aquello, no lo conocía y no sabía de qué era capaz, pero Emma ¿cómo es que había aceptado aquello después de todo lo que estaban pasando? Estaba furioso, enfadado consigo mismo por haber pensado que amar lo era todo. Se había prometido que lucharía por ella a toda costa, pero ¿cómo se suponía que debería reaccionar a esto? Se trataba del hombre de quien ella había amado por vez primera.
Suavizó las manos y tomó su móvil. Salió del restaurante y le marcó a Mario, quería saber si había obtenido ya la respuesta, si había sido Féodal quien había tramado todo aquello.
―No fue el excompañero de la señora Emma, fue Félix. ―le respondía Mario al otro lado del celular― El señor Félix le pagó al fotógrafo para que espiara a la señora y le tomara fotos, que la llevara a la compañía y las depositara en el despacho de usted sueltas para que cualquier persona pudiera verlas, en especial ella, sin embargo, se topó con la señora Emma y ésta le dijo que podía cogerlas, ella las vio porque el sobre se encontraba abierto como se lo habían pedido.
Henry cerró los ojos y se frotó la frente con los dedos, ¿qué se suponía que debía hacer ante aquella situación? Colgó el celular, odiaba mezclar su vida personal con el trabajo, pero si quería que cada cosa siguiera en su lugar debía tomar alguna medida cuanto antes y de eso se encargó el resto del día.
Féodal le había insistido a Emma para que comiera algo al darse cuenta de que no había comido casi nada desde la mañana, ella estaba tan triste y deprimida que sentía que no necesitaba nada, pero viendo que esa sería la manera de tenerlo fuera de su cuarto y evitar malas situaciones, decidió aceptar la propuesta y salir al restaurante a comer algo.
Tuvo que fingir y hacerle creer que se sentía mejor para que éste se despidiera y regresara a la compañía a continuar con el trabajo que tenían pendiente.Cuando regresó a su suite, descubrió que tenía llamadas perdidas en su móvil, el cual había dejado sobre la cama. Saber que Henry la había llamado la congeló el corazón, ¡él la había llamado! Y no había podido contestarlo. ¿Debía devolverle la llamada?
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La protegida del CEO [COMPLETA]
Romance¿Suerte o destino? Emma Hale tan solo necesitaba de alguien que la librara de sus perseguidores, sin embargo, encontró algo más. Encontró a alguien que no solo estaba dispuesto a librarla de ellos, sino que también estaba dispuesto a protegerla de t...