Capítulo 9

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Emma escuchó unos golpecitos contra la puerta y le palpitó aún más fuerte el corazón, sabía que era él. Ella estaba de pie en medio de la habitación, después de lo que había escuchado abajo se había puesto a dar vueltas mientras se comía las uñas. Miró hacia la puerta y enseguida ésta se abrió y apareció Henry, podía escuchar su corazón palpitar con fuerza. Él entró por completo y avanzó hacia el centro de la habitación, llevaba las bolsas que habían traído de la tienda, las depositó junto a la cama y luego le mantuvo la mirada a la chica por unos instantes, pero ella evitaba verle a la cara.

―Creo que te debo una disculpa―dijo y ella lo miró sorprendida. ―Lamento haberte besado. Pensé que no había otra manera, pero ahora me doy cuenta de que fue imprudente de mi parte, lo siento.

Ella lo miraba sin saber qué pensar, ¿de verdad que era ahora cuando se daba cuenta de que no era normal lo que había hecho? ¿Y qué pasaba con lo que había escuchado allí abajo? ¿Él estaría dispuesto a casarse con ella solo por protegerla? Ella estaría dispuesta a todo, pero no podía permitir que nadie pagara por sus desgracias.

―En cuanto a lo que dijo mi asistente―continuó―creo que sería bueno hablarlo, por tu bien.

Ella negó con la cabeza varias veces, ¿de verdad pensaba hacerle caso a su asistente? Ni siquiera la conocía.

―No―murmuró. ―No tenemos que hablar de eso. Creo...que ya es hora de que me vaya de aquí. ―Henry unió las cejas desconcertado.

―Sabes que te están buscando por toda la ciudad, no puedes salir a la calle.

―No puedo permitir que siga arriesgándose por mí...le agradezco...todo lo que ha hecho por mí, y por todo lo que está dispuesto a hacer, pero no es justo que pase tantos riesgos por mí, no me conoce...y no creo que me lo merezca.

Bajó la mirada, evitando de esa manera que viera sus ojos que ahora estaban cargándose de lágrimas. Él se acercó a ella, Emma logró mantenerse sin retroceder aun cuando él le tomó de la barbilla y la obligaba a mirarlo.

―Lo que no te mereces es llorar y sufrir por esa gente. A tu padre le habría partido el alma. ―ella parpadeó un par de veces.

―¿Q-Qué sabe de mi padre? ―preguntó confusa. Él esbozó una corta sonrisa, secó sus lágrimas y luego la soltó.

Caminó hacia la cama y se sentó al borde de ella, la miró y la invitó a que hiciera lo mismo. Emma caminó obediente hasta alcanzarlo y sentarse un poco apartada de él, tenía curiosidad por saber qué tenía él que decirla, y de qué conocía a su padre.

Henry resopló, se tomó su tiempo pensando en lo que estaba a punto de confesarla.

―Me has preguntado qué sé de tu padre. Dirijo su compañía. ―ella se volteó de inmediato para mirarlo absorta―Es decir, la compañía que ahora te pertenece desde que se fue tu padre.

―¿Eres...el CEO de G-Hale?

―Así es. ―la miró, ella lo miraba, parecía evidentemente asombrada por lo que estaba escuchando, ¿era real? ―Déjame decirte que tu padre fue un gran hombre. No nos veíamos a menudo, sin embargo, las pocas veces que sí lo hacíamos, eran de gran valor. Lo apreciaba realmente.

―Él quería que formara parte de la empresa―murmuró la chica con un nudo en la garganta.

―Lo sé. En la última conversación que tuvimos me pidió que te instruyera al respecto―soltó una risita cargada de ironía al recordar aquella conversación y de lo que él pensó en aquel momento.

La protegida del CEO [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora