Capítulo 11

643 35 0
                                    

Emma se sentía agobiada, que estuviera con los padres de Henry era demasiado.

Se había quedado tendida en el sofá cuando escuchó que se abría la puerta, al principio pensó que era él quien al final regresaba, sin embargo, vio una pareja que entraba en la casa comentando en voz alta. Se puso de pie de inmediato en medio del salón preguntándose quiénes eran aquellas personas, si venían por la boda del siguiente, no se esperaba que fuera tan pronto. Los señores se detuvieron al notar su presencia, pero lo que más la incomodó a la chica era la manera en que la estaban mirando, parecían escudriñarla.

―¿Crees que sea ella? ―escuchó que murmuraba la mujer al hombre que parecía ser su esposo mientras se inclinaba hacia él mostrándole algo en el móvil que llevaba en la mano. El hombre miró lo que le mostraba la mujer y alternativamente le echó otro vistazo a la chica.

―Me parece que tienen el mismo pelo, obviamente es ella, o no estaría aquí, ¿no crees?

¿Qué estaba pasando? Se empezaba a preguntar la chica, aquella pareja se estaba comportando de una manera muy extraña, ¿con qué la estaban comparando? Abrió los ojos como platos al pensar que podían estar mirando una foto de las noticias. ¿Iban a entregarla? Lo que sintió enseguida fue horror.

―Hola cielo―le sonrió la mujer mientras se acercaba rápidamente a ella. Emma estaba de piedra, se sentía atrapada, sin escapatoria. ―Cariño, mírala, está pálida―dijo tocándole el brazo preocupada―¿Qué tienes?

―¿Quie-quiénes son ustedes?

―Ah―escuchó cómo se reía la mujer, ¿su pregunta la había divertido? ―¿Es que nuestro Henry no te ha hablado de nosotros? A veces suele olvidar que tiene padres.

La chica parpadeó un par de veces ¿había dicho padres? ¡¿eran los padres de Henry?! ¡eso no podía ser bueno!

―¿Y te sorprende? A nosotros no nos dijo que tenía novia.

―Es realmente hermosa ¿verdad? Esperemos que no sea como la última, toda bonita por fuera, pero una persona horrible por dentro.

Emma no podía creerse lo que estaba viviendo, iba a darle algo ¿de verdad estaban hablando de ella como si no la tuvieran en frente?

―Sentémonos. ―la tomó del brazo haciéndola sentarse junto a ella en el sofá―Quiero que nos hables de tu relación con nuestro hijo. ¿Cómo fue que llegaste a su corazón?

No, no, no, esto no podía estar pasando, por favor que fuera solo un sueño o que desapareciera en seguida, cualquiera de las dos opciones le serviría, lo que no quería era tener que estar pasando por esto.

―¿Por qué me parece que aquí huele rico? ―comentó el hombre quien seguía de pie estudiando la casa entera con la mirada hasta que sus ojos se posaron en el comedor. ―Y allí está, caminó hacia la mesa ya arreglada. ―Se parece a una cena romántica. ―comentó.

―¿Ro-romántica? ―murmuró Emma horrorizada, se había puesto en pie de golpe.

―¿Es que habéis contratado un servicio? ―preguntó la mujer poniéndose igualmente en pie y caminando hasta encontrar a su esposo para poder confirmar su comentario. ―Muy precioso. ―dijo la mujer conforme―Mi esposo tiene razón en lo de romántico, pero dudo que lo haya hecho un servicio―miró a la chica interrogante. ―Lo has preparado tú ¿verdad?

¿Existía algún encantamiento que ayudara a uno a desaparecer de inmediato? Ella lo necesitaba, estaba en apuros. Si ellos pensaban eso, ¿qué pensaría Henry? No quería que empezara a pensar equivocadamente de ella.

―Sí...sí, pero no...no es nada romántico, créanme por favor.

―¡Ay Tomas! ¿Has conocido a una chica más dulce que esta? Creo que por primera vez nuestro niño ha dado en el clavo.

La protegida del CEO [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora