Después de que Féodal decidiera acompañar al médico fuera del cuarto, Emma pensó en Henry, recordó lo mucho que se había esforzado para mantenerla a salvo de aquellos que procuraban hacerle mal. Se imaginaba cómo actuaría si se enteraba de lo que la había sucedido, tenía que contárselo, sabía que estaría a su lado y eso era precisamente lo que quería y necesitaba ella, un motivo para tenerlo cerca, aunque fuese solo por un rato. Todavía tendida en obediencia al médico, tomó su celular y le marcó a Henry.Verlo entrar por aquella puerta, hizo que se le saltara el corazón, por un instante se había olvidado por todo lo que estaban pasando y se aventuró a abrazarlo, volver a respirar su perfume había sido suficiente como para devolverla a la vida.
―¿Qué ha dicho el médico? ―preguntó él.
―Que está todo bien ¿verdad? ―contestó ella desviando la mirada hacia Féodal
Este los miró alternativamente, preguntándose si era el mejor momento para decirles lo que había dicho el doctor sobre su estado. Quería hacerlo, sin embargo no podía, le parecía que ella estaba totalmente ciega por aquel hombre, después de todo lo que le había hecho ¿lo que se le había ocurrido era llamarlo? ¿Por qué no podía ver que él solo velaba por sus intereses? Si se enteraba que estaba esperando un hijo de él, ella se pegaría aún más a él aun a costa de su sufrimiento.
―¿Piensas contestar a la pregunta o debemos seguir esperando? ―habló Henry algo impaciente, tampoco es que le agradara tenerlo allí junto a su esposa y saber que él había estado con ella cuando le había sucedido aquel accidente.
―Ya lo dijo ella, está todo bien―contestó el interrogado―Solo insistió en que debía descansar.
―Bien. Entonces te vienes conmigo―sentenció Henry.
―Espera, ¿cómo? ―preguntó la chica absorta―¿contigo...en la casa?
―Por supuesto. Esos tipos siguen allí fuera y mientras no los hayan arrestado no pienso arriesgarme a que sufras otro asalto. Así que primero pasaremos por la comisaría para concluir con la denuncia y asegurarnos de que hacen su trabajo y luego te llevo a casa.
Emma se quedó sin palabras, no sabía qué decir, su corazón palpitaba fuerte, solo esperaba que en su rostro no se reflejara la enorme emoción que sentía por tener que compartir de nuevo techo con ese hombre que se llevaba gran parte de su vida.
―Mario, por favor, busca al doctor y dígale que necesitamos que le dé de alta.
―Ahora lo busco. ―contestó su asistente y salió por la puerta.
―Un segundo ―intervino Féodal quien ya no podía contenerse. ―¿De verdad piensas irte con él? No tienes por qué.
Henry se volteó incrédulo por lo que acababa de escuchar, Emma tuvo que agarrarle de la mano disimuladamente para evitar que se enfrentaran.
―Es mi esposo Féodal, me iré con él.
―No deberías, todo lo que te ha sucedido es culpa suya ―dio unos pasos hacia delante seguro de lo que decía, manteniendo la distancia―Es probable que fuese él quien contrató a esos tipos que quisieron hacerte daño ¿y quieres irte con él?
―¡Féodal! ―lo regañó la chica―No sabes nada de lo que estás hablando, así que déjalo por favor.
―Sé lo suficiente. Sabes lo mucho que me importas y no puedo ver cómo te dejas lastimar por los sentimientos que te tienen cegada y no te dejan ver la realidad de lo que está pasando. Os casasteis en tan poco tiempo, ¿es que no te das cuenta de que solo lo hizo para quedarse con lo que te corresponde en la compañía?
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La protegida del CEO [COMPLETA]
Romance¿Suerte o destino? Emma Hale tan solo necesitaba de alguien que la librara de sus perseguidores, sin embargo, encontró algo más. Encontró a alguien que no solo estaba dispuesto a librarla de ellos, sino que también estaba dispuesto a protegerla de t...