Capítulo 264

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Mientras quitaba la estaca, los residentes de repente se me acercaron y me preguntaron vacilantes.

-“¿Ya terminaste?”

-"Sí. Aunque la tierra todavía está siendo purificada, la bestia demoníaca no está cerca. Puedes mantenerte a salvo".

Los residentes estaban muy contentos y me agradecieron varias veces.

Una anciana que parecía ser la jefa de la aldea me entregó una bolsa de tela y dijo.

-“No sé cómo devolver este favor. Puede que sea poco, pero por favor acepta esto, princesa".

Estaba claro que había dinero en el bolsillo.

-“Aparte de esto, hay algo más que quiero recibir”.

-"¿Qué es?"

-“No he comido ni una sola comida todavía. ¿Puedo almorzar? Las patatas hervidas también están bien”.

La abuela del jefe de la aldea quedó desconcertada por un momento, pero luego sonrió cálidamente y se arremangó.

-“No puedo servirle algo así a un invitado precioso. Vamos todos, por favor echemos una mano. Preparemos una bonita mesa para la princesa".

En ese momento, un joven con una expresión ligeramente deprimida se adelantó primero.

-"¡Le ayudaré!"

Me reí entre dientes mientras observaba a los residentes acercarse y probarse unos a otros.

-"Tendré que decirle a Heloisa que no tiene que preparar la cena esta noche".

Con solo probar toda la comida que prepararon, no había duda de que no tendría hambre hasta la cena.

Y como era de esperarse, la predicción no falló.

Cuando todos los residentes hubieron preparado su comida, literalmente se estaba preparando un banquete.

Los residentes y yo nos sentamos alrededor de una mesa grande y almorzamos juntos.

Me preguntó la abuela del jefe de la aldea mientras tomaba un gran plato de estofado, recogiendo sólo la carne con un cucharón.

-“¿Pero cómo una persona tan preciosa llegó hasta aquí sola?”

-"Estoy faltando a la escuela".

¡Ring!

[La constelación 'Teresa de 22 años' donó 1.000.000 de monedas.]

[¡Oh por favor! Eras tan genial hasta ahora. ¿Por qué haces eso?]

Los residentes me miraron con expresión de incredulidad.

-"Escuela… ¿Sí?"

Le expliqué la situación para hacerla más comprensible.

-“No quiero ir a la escuela, pero necesito un motivo para evitar que me expulsen. Entonces, faltaré a la escuela en nombre de purificar las aguas demoníacas y ayudar a las áreas erosionadas”.

-"Oh...”

Había una atmósfera extrañamente solemne.

Entonces, una mujer mayor se echó a reír y sacudió la cabeza.

-“Es verdad que estás haciendo un muy buen trabajo, pero estás diciendo cosas que diría mi hijo”.

Esas palabras provocaron risas en la mesa.

-“Supongo que incluso el héroe que salvó al país odia estudiar. ¡jajaja!"

-"Me gusta estudiar."

BJ Villana IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora