Mientras quitaba la estaca, los residentes de repente se me acercaron y me preguntaron vacilantes.
-“¿Ya terminaste?”
-"Sí. Aunque la tierra todavía está siendo purificada, la bestia demoníaca no está cerca. Puedes mantenerte a salvo".
Los residentes estaban muy contentos y me agradecieron varias veces.
Una anciana que parecía ser la jefa de la aldea me entregó una bolsa de tela y dijo.
-“No sé cómo devolver este favor. Puede que sea poco, pero por favor acepta esto, princesa".
Estaba claro que había dinero en el bolsillo.
-“Aparte de esto, hay algo más que quiero recibir”.
-"¿Qué es?"
-“No he comido ni una sola comida todavía. ¿Puedo almorzar? Las patatas hervidas también están bien”.
La abuela del jefe de la aldea quedó desconcertada por un momento, pero luego sonrió cálidamente y se arremangó.
-“No puedo servirle algo así a un invitado precioso. Vamos todos, por favor echemos una mano. Preparemos una bonita mesa para la princesa".
En ese momento, un joven con una expresión ligeramente deprimida se adelantó primero.
-"¡Le ayudaré!"
Me reí entre dientes mientras observaba a los residentes acercarse y probarse unos a otros.
-"Tendré que decirle a Heloisa que no tiene que preparar la cena esta noche".
Con solo probar toda la comida que prepararon, no había duda de que no tendría hambre hasta la cena.
Y como era de esperarse, la predicción no falló.
Cuando todos los residentes hubieron preparado su comida, literalmente se estaba preparando un banquete.
Los residentes y yo nos sentamos alrededor de una mesa grande y almorzamos juntos.
Me preguntó la abuela del jefe de la aldea mientras tomaba un gran plato de estofado, recogiendo sólo la carne con un cucharón.
-“¿Pero cómo una persona tan preciosa llegó hasta aquí sola?”
-"Estoy faltando a la escuela".
¡Ring!
[La constelación 'Teresa de 22 años' donó 1.000.000 de monedas.]
[¡Oh por favor! Eras tan genial hasta ahora. ¿Por qué haces eso?]
Los residentes me miraron con expresión de incredulidad.
-"Escuela… ¿Sí?"
Le expliqué la situación para hacerla más comprensible.
-“No quiero ir a la escuela, pero necesito un motivo para evitar que me expulsen. Entonces, faltaré a la escuela en nombre de purificar las aguas demoníacas y ayudar a las áreas erosionadas”.
-"Oh...”
Había una atmósfera extrañamente solemne.
Entonces, una mujer mayor se echó a reír y sacudió la cabeza.
-“Es verdad que estás haciendo un muy buen trabajo, pero estás diciendo cosas que diría mi hijo”.
Esas palabras provocaron risas en la mesa.
-“Supongo que incluso el héroe que salvó al país odia estudiar. ¡jajaja!"
-"Me gusta estudiar."