Con la mirada clavada en sus oscilantes pompas, Diablo lo vio reanudar el paso y su interés por él aumento sensiblemente. Hasta ese día, a ningún omega le había pasado por la cabeza siquiera cuestionar sus órdenes. Diablo sabía perfectamente que eran autocráticas. Jimin las había cuestionado e incluso había estado a punto de no cumplirlas. De no haber sido porque Tolly estaba de cuerpo presente en la cabaña, lo habría hecho.
Cuando llegó al tronco, Diablo se volvió satisfecho. Veleta lo esperaba en el umbral.
—¿Qué ha pasado?
—Tolly ha muerto. Le han disparado —respondió Diablo con el rostro endurecido.
—¿Quién? —preguntó Veleta .
—Eso todavía no lo sé —repuso Diablo, mirando acercarse a Charles—. Entra.
Se detuvieron en semicírculo a los pies del burdo camastro y contemplaron el cuerpo de Tolly. Veleta había sido lugarteniente de Diablo en la guerra y Charles su ayudante. Habían presenciado la muerte muchas veces, pero estar familiarizados con ella no suavizaba el golpe. Con una voz vacía de emoción, Diablo relató todo lo que sabía. Repitió las últimas palabras de Tolly. Charles, completamente inexpresivo, se fijó en cada sílaba. Luego se produjo un largo silencio. A la luz que se colaba por la puerta, el cadáver de Tolly se veía más fuera de lugar que la noche anterior.
—¡Dios mío, Tolly ! —exclamó Charles con voz entrecortada.
Se cubrió el rostro con una mano y se hundió en el borde del jerjón.
Diablo apretó la mandíbula y los puños. La muerte ya no tenía la capacidad de pasmarlo. El dolor estaba ahí, pero le daría rienda suelta en privado. Era el jefe de su clan y su principal deber era mandar. Era lo que se esperaba de él y lo que esperaba de sí mismo. Y además, tenía que proteger a Park Jimin.
Ese pensamiento le dio fuerzas y lo ayudó a liberarse de la vorágine de congoja que asolaba su mente. Respiró hondo, retrocedió y se retiró hasta el espacio delante de las chimenea.
Al cabo de unos minutos, Veleta se reunió con él y miró hacia la puerta.
—¿Lo encontró el omega ?—preguntó.
—Por suerte —asintió Diablo —, no es de los que se ponen histéricos. ¿Qué está haciendo Charles aquí? —preguntó en voz baja.
—Cuando llegué, me lo encontré en la finca. Dijo que había seguido a Tolly hasta aquí por una cuestión de negocios. Llamó a los aposentos de Tolly pero el viejo Mick le dijo que Tolly había salido hacia aquí.
—Pues sí, aquí está —replicó Diablo con una mueca .
—¿Dónde está tu camisa? — preguntó Veleta, mirando su torso desnudo.
—Es el vendaje. —Suspiró y se irguió—. Llevaré al señorito Park Jimin a la finca y mandaré un carro.
—Y yo me quedaré y velaré el cadáver.—Una media sonrisa rozó los labios de Veleta —. Siempre te tocan los mejores papeles.
— Éste me llega con una bola y una cadena —replicó Diablo con otra media sonrisa.
—¿Hablas en serio?
—Más que nunca. —Diablo miró el jergón—. Vigila a Charles.
Veleta asintió.
La luz del sol casi lo cegó. Diablo parpadeó y miró hacia el tronco. Estaba vacío. Soltó una maldición y un terrible pensamiento cruzó su mente. ¿Y si Jimin había intentado montar a Suleiman? El corazón le palpitó repentinamente. Con los músculos tensos, corrió hacia el establo cuando vio que algo se movía .
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Diablo Jeon
RomanceEl joven Omega Park Jimin trabaja como institutor pero tiene otros proyectos para su vida los cuales no incluyen el matrimonio. sin embargo acontecimientos inesperados cambian sus planes drásticamente comprometiéndolo con el miembro más libertino de...