Capítulo 30

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Webster les abrió la puerta y Jimin entró:

—Si tiene un momento, su alteza, hay algo que quiero comentar con usted.

Con la cabeza muy alta, Jimin se dirigió a la biblioteca. Un criado corrió a abrirle la puerta. Entraba a la guarida del diablo.

Jungkook lo vio alejarse con expresión insondable. Luego tendió los guantes a Webster y le dijo:

—Sospecho que no quiero ser molestado.

—Por supuesto, su alteza.

Con un gesto, Jungkook indicó al criado que se marchara. Entró a la biblioteca y cerró la puerta de sus espaldas.

Jimin estaba junto al escritorio haciendo tamborilear los dedos en la madera. Oyó la puerta  cerrarse y se volvió. Diablo se acercaba a él muy despacio.

—Quiero que hablemos de la probable reacción de la nobleza cuando sepa que no voy a casarme contigo. —Aquel tema de conversación le pareció lal omega lo bastante incitador.

—¿De eso es lo que quieres que hablemos? —Diablo Jeon enarcó una ceja.

—Sí. —Jimin frunció el ceño al ver que Diablo no había detenido su avance—. Es inútil cerrar los ojos al hecho de que ese resultado levantará una considerable polvareda_. Se volvió para pasear, tan despacio como él, a lo largo del escritorio. —Sabes perfectamente bien que eso no sólo te afectará a ti sino a toda tu familia. —Miró por encima del hombro y lo vio cerca de él, siguiendo sus pasos. Continuó caminando y añadió—: No es sensato que dejemos que se cree tanta expectación.

—¿Y qué sugieres que hagamos?

Bordeando la mesa, Jimin siguió caminando a la chimenea.

—Podrías dar a entender que no hemos llegado a un acuerdo.

—¿Con respecto a qué?

—¿Cómo quieres que lo sepa? Pensaba que tenías imaginación suficiente para inventar algo — respondió, mirándolo por encima del hombro.

—¿Por qué? —Jungkook lo miró a los ojos.

—¿Por qué, qué?

—¿Por qué tendría que inventar algo?

—Porque... —Con un gesto vago, Jimin camino hacia una esquina de la habitación, se detuvo y miró los libros que quedaban a la altura de sus ojos—. Porque es necesario. —Respiró hondo, cruzó mentalmente los dedos y se volvió—. Porque no quiero que nadie quede en ridículo por culpa de mi decisión.

Tal como esperaba, Jungkook ya no estaba a dos metros de distancia. Lo miraba fijamente a pocos centímetros de su rostro.

—Yo soy el único que corre el riesgo de quedar en ridículo delante de la nobleza —dijo.

Jimin lo miró evidentemente enfadado, intentando olvidarse de que estaba atrapado.

—Sin lugar a dudas, eres el alfa más arrogante, presumido y...

Diablo Jeon entrecerró los ojos y Jimin contuvo el aliento.

—¿Has terminado?

La pregunta fue formulada en un tono casual. Diablo levantó la vista y lo miró a los ojos. Jimin asintió.

Bien. —Jungkook fijó la vista en sus labios y lo tomó por la barbilla. Luego inclinó la cabeza.

Jimin cerró los ojos y, en el momento en que los labios de él se posaron sobre los suyos, se agarró con fuerza a las estanterías que tenía a su espalda, reprimiendo la sensación de triunfo. Lo había seducido y él ni siquiera se había dado cuenta de que había mordido el cebo.

Diablo JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora