Capítulo 29

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Jimin entrecerró los ojos y luego los abrió por completo. Delante de él se extendía el paseo de los rododendos.

—Creía que habías dicho que observaríamos las normas.

—Siempre que fuera posible —gruño él, tirándolo hacia el solitario paseo. Se detuvo y se volvió hacia Jimin, enmarcado por unas altas matas—. Dime —Jungkook atrapó su mirada en sus ojos—, ¿por qué demonios quieres saber si Tolly solía esconder sus sentimientos?

Con la barbilla levantada, Jimin le sostuvo la mirada intentando no fijarse en su corpulencia. Era tan alto y tan corpulento que lo ocultaba casi por completo. Si pasaba alguien, sólo vería de él un vestigio de su pelo.

—¿Sí o no? —insistió el omega alzando más la barbilla.

Los ojos que se clavaban en los suyos eran transparentes como el cristal y la mirada era tan afilada como un bisturí. Jimin vio que tensaba la mandíbula y, cuando habló, su voz sonó ronca como la de una fiera.

—Tolly no sabía ocultar sus sentimientos, nunca tuvo esa habilidad.

—¡Ah! —Jimin desvió la mirada hacia la vegetación.

—¿Por qué quieres saberlo?

—Porque... —Se encogió de hombros. Los ojos negros de Diablo lo habían mareado. Con el corazón en la garganta, tragó saliva y dijo—: pensaba que sería de interés que supieras que, la noche antes de que lo mataran, estuvo jugando con sus hermanos pequeños, muy contento, al parecer. —Dejó que sus ojos vagaran por el brillante y verde follaje.

—¿De veras? —inquirió Jungkook.

Jimin asintió. El silencio se prolongó. Con los ojos en los rododendros, esperó casi jadeante. Sentía en el rostro la mirada de Jungkook, todavía intensa, y en el momento en que él la apartó, lo notó. Él, con un suspiro profundo y resignado que parecía proceder de sus botas, posó de nuevo la mano de Jimin sobre su brazo y se volvieron hacia el paseo.

—Dime, ¿de qué te has enterado? inquirió.

No era la manera más cortés de pedirle que le confiara lo que sabía, pero Jimin decidió hacerlo. Mientras paseaban por el solitario paraje, le explicó las impresiones de las chicas.

—El miércoles cuando hablé con las gemelas, me contaron su última cena con Tolly. Me pareció que estaban muy unidas a Tolly y que se hubieran dado cuenta si su hermano estaba nervioso.

—Seguro que sí, son muy intuitivas. —Asintió—. Tío Arthur me contó que Tolly estuvo cenando con ellos. A él le pareció algo reservado, pero ya no recuerda las reacciones de los jóvenes delante de sus padres... Probablemente no fuera más que eso.

Guardó silencio mientras recorrían despacio el serpenteante camino. Jimin apretó los labios para dejar que cavilase sobre sus descubrimientos. Aunque caminaba a su lado, se sentía rodeado de toda su fuerza. ¿Cómo lo había llamado Louise?, ¿protector inquebrantable?

Era, tenía que reconocerlo, un rasgo reconfortante.

Los rododendros se terminaron y el camino desembocó en una amplia extensión de césped.

—Tu información —dijo Jungkook mientras dejaba atrás el paseo— todavía restringe más el campo de acción.

—Si Tolly se enteró de algo, algo que lo puso en camino hacia ti, tuvo que hacerlo después de haber cenado esa noche con la familia. ¿Qué pudo ser?

Jimin alzó la mirada y vio que Jungkook hacía una mueca y lo observaba con los labios apretados y los ojos pensativos.

—El criado de Tolly se marchó a Irlanda antes de que pudiéramos hablar con él. Él sabrá si Tolly estaba alterado o no cuando volvió a casa. —Jimin abrió la boca—. Y sí, lo vamos a localizar. Demonio ha ido hacia allí.

Diablo JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora