Capítulo 21

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Jimin bajaba la escalera principal con el entrecejo fruncido cuando vio entrar a su hermano.

Cambio de expresión y bajó corriendo.

—¡Misuk!¡Hace horas que te espero! —Lo abrazó y le devolvió un sonoro y afectuoso beso—. Vi que llegaba un carruaje pero no entró nadie en la casa. No sabía si... Se interrumpió al ver que una sombra oscurecía el umbral.

—St. Jeon vino a mi encuentro — dijo Misuk, ladeando la cabeza—. Me ha explicado la situació—¿Sí? Quiero decir que... —Con sus ojos atrapados en el negro transparente de los de Jungkook, Jimin contuvo el impulso de apretar los dientes—. ¡Oh, qué amable! —Clavó la mirada es la mueca de inocencia que apareció en el rostro de pirata de Jungkook.

—Se te ve bien y animado —dijo Misuk, observando su traje de mañana color amatista.

Incluso con la mirada pendiente de la expresión juguetona de su hermano, Jimin vio qué Diablo arqueaba una Ceja y se sonrojó. Inclinó la barbilla Y tomó del brazo a Misuk.

—Te presentaré a la duquesa madre. —Lo llevó hacia el salón—. Después saldremos a dar un paseo por los jardines.

De ese modo podría ponerlo al corriente de sus intenciones.

Para su disgusto, Jungkook los siguió. Cuando entraron, la duquesa levantó la cabeza. Con una sonrisa radiante, dejó a un lado la labor de bordado y le tendió la mano.

—Señor Park... Me alegro de conocerlo por fin. Espero que no haya tenido contratiempos en el viaje.

—En absoluto, señora. —Misuk inclinó la cabeza sobre su mano—. Es un placer conocerla.

—*Bon(bien) —*dijo la duquesa con una sonrisa—. Y ahora, acomódese y charlemos un rato. —Señaló la silla y miró a su hijo—. Llama para que traigan el té, Jungkook. Está usted con Carlisle, ¿verdad, señor Park? ¿Y cómo está nuestra buena Marguerite?

Jimin se sentó en un sillón y vio que su hermano, del que habría jurado que era impermeable a las lisonjas, caía bajo el hechizo de la duquesa. Y lo que aún era más inquietante: que Misuk cruzaba una mirada de complicidad con Jungkook. Cuando Webster trajo el té quedó claro que, en cierto modo, Diablo había conseguido asegurarse la aprobación de su hermano. Jimin mordisqueó un emparedado de pepino e intentó no demostrar su irritación.

Alejó a su hermano de la subyugante influencia de madre e hijo a la primera oportunidad que tuvo.

—Vayamos a dar un paseo hasta el lago. —Se agarró con fuerza del brazo de su hermano y se dirigió hacia la terraza—. Hay un banco en la orilla, es muy tranquilo y acogedor.

—Esta casa es realmente magnífica —comentó Misuk mientras cruzaban los jardines. Llegaron al banco y Jimin se sentó—. Aquí estarías muy a gusto, ¿sabes?

—¿ Qué te ha dicho Jungkook ?—pregunto él, mirándolo a los ojos.

—No mucho, sólo que ha ocurrido.

—En ese caso —suspiró aliviado—, debería quedar claro que no hay ninguna razón para que se hable de matrimonio.

—Pues no es esa la impresión que he tenido. —Misuk arqueó una ceja.

—¿Cómo? —Jimin convirtió aquella palabra en un desafío.

—Tal vez sería mejor que repasáramos los acontecimientos —dijo su hermano al tiempo que se tiraba el lóbulo de una oreja.

Jimin deseaba hacerlo. Mientras relataba su bien ensayada versión de los hechos, Misuk lo escuchó con atención.

—Y luego me dejó con la duquesa madre —concluyó.

Diablo JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora