Capítulo 57

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La mañana siguiente, tan pronto solventó sus asuntos más urgentes, Jungkook subió a la salita matinal.

Cuando entró, Jimin le sonrió cálidamente.

—Pensaba que estarías ocupado varias horas.

—Hobden regresa a la finca. —Jungkook avanzó hasta la chaise y se sentó en el brazo, junto a él. Apoyó una mano en el respaldo y tomó con la otra una de las listas que Jimin tenía en el regazo—. ¿Son los invitados?

—La de los parientes. Los amigos están en otra.

Jungkook cogió las listas y las estudió brevemente. La noche anterior había sopesado la idea de Jimin de organizar un baile improvisado y él se había mostrado de acuerdo rápidamente, pensando que los preparativos lo distraerían de Bromley y de sus andanzas.

—Podrías añadir unos cuantos nombres más.

Jimin tomó el lápiz y escribió concienzudamente la breve relación de nombres que Jungkook le dictó.Cuando oyó a «Chillingworth» levantó la vista, sorprendido.

—Pensaba que el conde no era de tus favoritos...

—Al contrario, es uno de mis preferidos. —Jungkook le dedicó una de esas sonrisas de príncipe de las tinieblas—. ¿De quién me burlaría si no tuviera a Chillingworth?

El omega se abstuvo de responder, pero mantuvo al conde en la lista. Chillingworth sabía cuidar de sí mismo.

—Me preguntaba si estarías libre para salir a dar un paseo —dijo Jungkook mientras observaba su silueta.

Jimin levantó la vista y le rozó el muslo con el brazo. Señaló las cartas y los sobres de la mesilla y respondió:

—No puedo. Si el baile es el próximo viernes tengo que enviar las invitaciones hoy mismo.

Jungkook no había escrito en su vida una invitación a un baile. Iba a sugerir que estaba dispuesto a aprender, pero Jimin continuó:

—Louise traerá a las gemelas para ayudar.

—En ese caso, te dejo con tus asuntos.

Con una breve sonrisa, Jungkook descruzó  sus largas piernas. Al ponerse el pie rozó con los dedos la mejilla de Jimin y, con una sonrisa, se dirigió a la puerta. Jimin lo siguió con la vista hasta que él la cerró a sus espaldas. Se quedó mirando la puerta con expresión pensativa. Luego hizo una mueca y volvió a concentrarse en las listas.

***

A la mañana siguiente, cuando se abrió la puerta de la salita, Jimin levantó la vista con una sonrisa anhelante, pero solo vio a Veleta.

—Diablo me ha dicho que te encontraría aquí. —Entró en la estancia con su sonrisa encantadora—. Tengo que hacerte una petición.

El brillo de sus ojos revelaba de que se trataba. Jimin Lo miró con desaprobación.

—¿Quién? —preguntó.

—Lady Canterton. Y Harry sugiere a lady Pinney.

Jimin le sostuvo la mirada durante un embarazoso momento y tomó el lápiz.

—Mandaré las invitaciones hoy mismo .

—Gracias.

—Con una condición —añadió él, y levantó la cabeza a tiempo de observar un brillo de cautela en sus ojos.

—¿Qué condición?

Notó un tono acerado en la voz de Veleta, pero no hizo caso.

—Harry y tú sacarán a bailar una vez a cada una de las gemelas.

Diablo JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora