En total trescientos treinta y cuatro.
Jimin volvió a ordenar las tarjetas que tenía en el regazo y empezó a contarlas de nuevo.
Jungkook lo observó de perfil y arqueó las cejas. Estaban en la sala matutina, Jimin en un extremo del sillón y él elegantemente recostado en el otro. Recogía las tarjetas que confirmaba la asistencia al baile que, la noche siguiente, ofrecería la tía Horatia en Berkeley Square para anunciar que la familia había salido del luto. Jungkook recogió una tarjeta del suelo, sonrió y dijo:
—Es una buena cifra teniendo en cuenta la época del año. El mal tiempo ha retrasado la temporada de caza y muchos se han quedado en la ciudad. Como Chillingworth... Se ve que a mi tía le ha parecido correcto invitarlo.
—Es conde. —Jimin alzó la vista, frunció el entrecejo y recuperó la tarjeta—. Pero supongo que lo conoces desde hace una eternidad...
—Sí, parece una eternidad. Estuvimos juntos en Eton.
—¿Rivales de los años mozos?
—Yo no diría que Chillingworth es un rival. Es una molestia.
Jimin agachó la cabeza para ocultar una sonrisa. Jungkook se había acostumbrado a ir a verlo a la sala matutina después del almuerzo, un rato durante el cual la duquesa madre solía reposar en su aposentos. Se quedaba una media hora, con sus largas extremidades en la esquina opuesta del sillón. Su presencia llenaba toda la habitación y despertaba sus sentidos. Charlaban; si él tenía información llegada a través de sus primos, se la transmitía simple y llanamente, sin evasivas.
Jimin por su parte, no se había enterado de nada más. La duquesa había cumplido su promesa de presentarlo a toda la nobleza. Tras una serie de agotadoras visitas matinales e invitaciones a tomar el té, había conocido a las principales anfitrionas de las mejores familias, las cuales lo habían aceptado en su círculo de omegas. Sin embargo, en todas las habladurías y rumores de escándalos que tanto abundaban entre la mitad omega de la nobleza, no había oído nada sobre Tolly.
—¿Te has enterado de algo? —le preguntó a Jungkook.
—Pues resulta que sí. —Jimin puso ojos como plato. El torció los labios—. No te hagas demasiadas ilusiones pero Demonio ya ha regresado.
—¿Ha encontrado al criado de Tolly?
—Sí, recordaba muy bien la última noche. Utilizando las palabras de Mick, Tolly, cuando llegó, estaba muy inquieto. Por desgracia, no quiso decir el motivo.
—¿No quiso decírselo? —Jimin frunció el entrecejo.
—Mick, como es natural, se lo preguntó.
—¿Y?
—Insólitamente Tolly le dijo que se metiera en sus cosas.
—¿Y eso era insólito?
—Mick llevaba con Tolly desde que éste aprendió a caminar. Si algo le preocupaba, lo normal era que se lo contara a Mick sin reservas.
—Entonces —sopesó Jimin—, ¿qué clase de secreto se negaría Tolly a contarle?
—Esa es la cuestión. —La expresión de Jungkook transmitía desazosiego. Hizo una pausa y añadió—: Eso y el asunto de la hora.
—¿Qué hora?
—Esa noche, Tolly tardó menos de una hora en volver a su casa desde Mount Street.
Mick y Demonio habían pensado que Tolly había ido al teatro y que en el entreacto se había enterado del secreto por culpa del cual lo habían matado. No se había quedado a la segunda parte de la obra y había regresado a casa.
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Diablo Jeon
RomanceEl joven Omega Park Jimin trabaja como institutor pero tiene otros proyectos para su vida los cuales no incluyen el matrimonio. sin embargo acontecimientos inesperados cambian sus planes drásticamente comprometiéndolo con el miembro más libertino de...