Oyeron ruidos de cascos que se acercaban por el sur. Veleta miró a Diablo, que se encogió de hombros. Se dispusieron a salir al encuentro de los recién llegados. Jimin avanzó junto a Jungkook; todavía no estaba dispuesto a separarse de él.
Por el camino aparecieron cuatro jinetes al galope. Al momento, el claro del bosque se llenó de alfas Jeon.
—¿Qué hacen aquí? —inquirió Diablo.
—Hemos venido a ayudar —respondió Richard con tono casi ofendido. Vio el cuerpo tendido en el suelo y soltó una exclamación—. Parece que se las han arreglado bastante bien sin nosotros.
Gabriel ató su montura a un árbol y se unió a la conversación.
—Y ahora ¿qué?
—Ni se les ocurra hacer pasar todo esto por un accidente —intervino Lucifer, sin desmontar—. Yo, desde luego, no asitiré a ningún funeral por Charles.
—Desde luego. —Harry se colocó al lado de Veleta—. Y si alguno de ustedes propone que lo enterremos junto a Tolly, no cuenten conmigo.
—Entonces ¿qué propones que hagamos con el cuerpo, hermano? —Richard miró a Diablo con una mueca inquisitiva.
Los demás también lo miraron, pero Diablo se había puesto una máscara. Se volvió hacia la cabaña y dijo:
—No podemos arriesgarnos a enterrarlo. Alguien podría descubrir la sepultura. —Apartó la mirada de la cabaña y la paseó por el bosque circundante—. No ha llovido mucho. El bosque está bastante seco.
Veleta estudió la cabaña.
—Es tuya, al fin y al cabo —dijo—. Nadie lo sabría, excepto Keenan.
—Yo me encargo de eso. En el pueblo hay una viuda que estará muy contenta de acogerlo como huésped.
—Bien. —Richard se despojó de su camisa—. Tendremos que hundir el techo y derribar las paredes para que se queme bien.
Será mejor que empecemos. —Gabriel miró al cielo—. Tendremos que asegurarnos de que el fuego quede apagado antes de irnos.
Jimin los vio quitarse chaquetas, chalecos y camisas. Richard y Gabriel desenterraron unas hachas del establo; Harry y Lucifer se llevaron los caballos incluido el tordo alquilado de Charles.
—Déjenlo suelto en los campos, cerca de la carretera de Cambridge —les indicó Diablo.
—Lo haré esta tarde —asintió Harry.
Momentos después, el sonido de las hachas que atacaban la madera seca llenó el claro. Diablo y Veleta arrastraron el cuerpo de Charles hasta la cabaña. Jimin los siguió y observó desde el umbral cómo lo depositaban sobre el jergón donde había muerto Tolly. Veleta se restregó las manos.
—Muy apropiado —murmuró.
Jimin retrocedió un paso y una astilla pasó rozándole la cara.
—¡Qué...! —Richard, hacha en mano, lo miró con alarma y levantó la voz—: ¡Diablo!
No fue preciso que explicara qué sucedía. Jungkook se presentó de inmediato y miró a Jimin con severidad.
—¿Qué demonios haces aquí?¡Ve a sentarte ahí, en lugar seguro! —Señaló un tronco, al otro lado del claro. El mismo tronco en que lo había hecho sentarse seis meses antes.
En seis meses había habido muchos cambios. Jimin no se movió de donde estaba. Detrás del torso desnudo de Diablo vio como Veleta, de un solo golpe, hacía pedazos un taburete.
—¿Qué hacen con esos muebles? exclamó.
Vamos a echar abajo la cabaña sobre el cuerpo de Charles. Tenemos que emplear mucha madera para que el fuego alcance suficiente temperatura para incinerarlo.
ESTÁS LEYENDO
Diablo Jeon
RomanceEl joven Omega Park Jimin trabaja como institutor pero tiene otros proyectos para su vida los cuales no incluyen el matrimonio. sin embargo acontecimientos inesperados cambian sus planes drásticamente comprometiéndolo con el miembro más libertino de...