Capítulo 74

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—Saberlo —declaró Charles con un tono anormalmente monocorde— no va a salvarte.

Jimin le creyó. Su única esperanza era entretenerlo hablando hasta que llegara Jungkook.

—Sabemos lo de ese hombre tuyo, Holthorpe, y lo de los matones que mandaste contra Diablo, y lo del veneno en el brandy. —¿Qué más sabía? Su palabrería no detendría a Charles mucho rato. Impulsado por el miedo, ladeó la cabeza y frunció el entrecejo—. Hemos averiguado todo lo que has hecho, pero no entendemos por qué. Mataste a Tolly para que no alertara a Jungkook de que intentabas matarlo, ¿pero a qué viene esa ambición por acceder al título? —Desesperado, soltó todo lo que siempre había pensado de Charles, todo lo que siempre había intuido acerca de él—. No es por el dinero —continuó—. Ya eres suficientemente rico. Quieres el título, pero desprecias a la familia. ¿Por qué, pues deseas ser su cabeza? —Hizo una pausa, con la esperanza de que Charles se convenciera de que lo preguntaba con verdadero interés—. ¿Qué razón profunda te impulsa?

A Jimin le dio un vuelco al corazón cuando él lo miró, inexpresivo. Luego, una sonrisa gélida asomó a sus labios y arqueó una ceja en la mueca arrogante propia de los Jeon.

—Eres muy perspicaz, querido, pero como vas a morir muy pronto, creo que no importará que te lo cuente —lo miró a los ojos—. Aunque me apellido Jeon, nunca he sido uno de ellos. Siempre me he sentido más próximo a la familia de mi madre. Y todos han muerto ya.

Sujetando la calesa con una mano, Charles dirigió una mirada a la arboleda con un brillo apagado en los ojos.

Soy el último de los Butterworth, una familia de categoría infinitamente superior, aunque los Jeon no lo reconocerían nunca —añadió mientras esbozaba una mueca burlona—. Muy pronto no les quedará más remedio que hacerlo; una vez que tenga el mando, me propongo cambiar completamente el clan. No sólo la conducta que todos asocian a nuestro nombre, sino el propio nombre.

Miró a Jimin, que le devolvió la mirada, boquiabierto de asombro. Con una sonrisa, Charles asintió.

—Nada me detendrá. Y, al cabo, es así como deberían haber sido las cosas. Los Butterworth están destinados a convertirse en la línea principal. Mi madre iba a ser la duquesa; por eso se casó con Arthur.

—Pero... —Parpadeó—. ¿Qué me dices de...?

—¿Del padre de Jungkook? —Se volvió, malhumorado—. Mi madre no esperaba que se casara. Cuando ella contrajo matrimonio con Arthur todo parecía despejado: Arthur heredaría algún día y, luego su hijo. Yo. Pero entonces llegó esa furcia, Helena, meneando las caderas, y tío Sebastián se quedó prendado. Y nació Jungkook. Pero, incluso entonces, mi madre sabía que todo acabaría bien, finalmente, después del parto de Diablo, Helena quedó incapaz de engendrar más hijos, lo que colocaba a mi padre y luego a mí, como los siguientes en la línea sucesoria—. Levantó la vista hacia Jimin y continuó—:¿Quieres saber por qué he esperado tanto para quitar de en medio a Jungkook?

Jimin asintió. Charles exhaló un suspiro.

—Aquella noche estaba explicándoselo a mamá, a su retrato, cuando llegó Tolly. No le oí entrar; ese cretino de Holthorpe lo dejó pasar sin anunciarlo. Como castigo adecuado a su descuido, Holthorpe tenía que morir. —Entrecerró los ojos y volvió a centrarlos en Jimin. Su tono se había vuelto malvado—. Como le dije a mamá, necesitaba una razón, no podían limitarme a matar a Jungkook y esperar que nadie reaccionará. Cuando era joven, Veleta andaba siempre con él y ninguno de los accidentes dio resultado. Esperé, pero han seguido juntos toda la vida. Peor aún se les unió Richard, y luego los demás. La hermandad Jeon. —Apretó los labios, tensó la voz y endureció más la expresión—. Durante años ha sido una espina clavada en mi costado. Quiero ver a Jungkook muerto de una manera que le haga perder el respeto de la hermandad... y del resto de la familia. Quiero el título. —Su mirada tenía un brillo mortecino—. Quiero el poder. ¡Sobre todos ellos!

Diablo JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora