Capítulo 14

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Todo el resto del día intentó que se lo viera lo menos posible. Los invitados se marcharon después del acto final pero muchos familiares se quedaron. Jimin no quería encontrarse a solas con Diablo, sobre todo porque ya había visto cuál era su estado de ánimo, y se refugió en la glorieta, un hexágono de madera blanca festoneada con una plataforma amarilla.

Contempló desde ahí los carruajes que se alejaban por la calzada tras ser despedidos por Jungkook. La tarde se convertía ya en noche cuando Charles bajó la escalinata frontal y cruzó el jardín en dirección a la glorieta.

—Buenas tardes, querido— le dijo al entrar, inclinando la cabeza—. Quería hablar contigo antes de volver a Londres y Jungkook me ha dicho que te encontraría aquí.

De poco le había servido el refugio... Jimin estudió al hermano mayor de Tolly con ojo crítico. Era mayor que Diablo, lo que lo convertía en el más entrado en años de los primos Jeon. Tenía una figura extraordinaria, con metro ochenta de estatura y constitución robusta, pero carecía de la línea esbelta de la familia. Su rostro era más redondo, con grandes mandíbulas. Sus ojos posados en él, eran castaños y, daba la dolorosa pérdida que acababa de sufrir a Jimin le sorprendió la determinación de su mirada.

En la glorieta solo había un largo sofá de mimbre con cojines de cálico. Con un gesto lo invitó a sentarse. Para su alivio, declinó la invitación y se apoyó contra el alféizar de la ventana. Jimin arqueó una ceja. Al parecer Jungkook había enviado a Charles para que lo convenciera de que dejara la muerte de Tolly en manos de los Jeon.

—Quiero darle las gracias por haber ayudado a Tolly. Jungkook me lo ha contado. —Los labios de Charles se curvaron en una triste sonrisa—. Según sus palabras, «lo ayudó por encima y más allá de lo que puede esperarse de un omega en su situación».

—Pese a lo que diga su primo no hice más que lo que habría hecho cualquier omega con sentido práctico. —Jimin inclinó la cabeza con gratitud.

Sea como sea... —Charles se interrumpió y Jimin alzó los ojos para encontrarse con los de él—. Mi querido señorito Park, espero que me disculpe si voy al grano.

—Prefiero que lo haga. —Le prestó toda su atención.

—Opino que, en vez de ser recompensado por su ayuda, lo han puesto en una situación denigrante. —Lo miró—. Discúlpeme, pero esta es una cuestión muy delicada. Comprendo que por haber prestado ayuda a mi hermano y haberse quedado sin medio de transporte por culpa de la tormenta, se vio obligado a pasar la noche en compañía de Jungkook y ahora se encuentra con un compromiso y casi obligado a aceptar su proposición. —Jimin abrió la boca pero él lo acalló con un gesto de la mano—. Permítame terminar. Sé que muchas omegas enloquecerían de alegría ante la idea de convertirse duque o duquesa de St. Jeon, fueran cuales fueran las circunstancias. Usted es un Park, descendiente de una antigua familia casi tan orgullosa como la nuestra. Es un omega sensato, independiente y, como usted mismo reconoce con sentido práctico.
»Me han dicho que usted eligió vivir una vida anónima, lo cual me parece injusto a cambio de sus buenos oficios, y se ve obligado a convertirse en esposo de Jungkook, un papel que no sólo sería demasiado exigente sino que también distaría mucho de ser una recompensa. —Hizo una pausa y añadió—: Para un noble omega con su sensibilidad. —Dudó como sopesando sus palabras, y prosiguió—: Jungkook tiene una reputación muy concreta, como casi todos los Jeon. Parece improbable que un lobo tan entregado a la caza cambie de costumbres.

—Pocas cosas hay en su valoración con las que yo no pueda estar de acuerdo, señor Jeon. —Jimin arqueó las cejas airado.

—En realidad, querido —la sonrisa de Charles no iluminó su rostro—, creo que nosotros podríamos entendernos muy bien y espero que comprenda mis motivos para proponerle una solución alternativa que le permita salir de una situación inmerecida.

Diablo JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora