6: La familia real de la ciudad fantasma

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-Ahora díganos que es esa cosa que utiliza como arma espiritual -dijo Feng Xin mientras varios oficiales menores recolectaban cadáveres que colgaban de los árboles. Mu Qing se encontraba a su lado, de igual manera exigiendo respuestas con la mirada.

La noche había terminado y dió paso al día, en cuánto los oficiales menores del palacio Ming Guang llegaron al sitio Hua Cheng se retiró adelantado, diciéndole a Xie Lian que lo esperaría en su hogar.

-Se llama Ruoye, es mi arma espiritual desde hace ochocientos años -dijo Xie Lian con calma antes de darse la vuelta y tirar unos dados, el resultado fue de uno cada uno, como era de esperarse -. Y sí, Feng Xin, es aquella tela -y sin nada más que decir, desapareció a través de una especie de encantamiento de acortamiento de distancia.

La fantasma había resultado una general que compartió una aventura con el General Ming Guang. Se supone que debían dejarlo en aventura, pero cada día ella se enamoraba más a tal punto de traicionar su país, para quedarse juntos, y romper sus piernas para obligarlo a cuidarla. Obviamente, no ocurrió y se suicidó con amargura y depresión. Todo esto fue explicado por el General Pei Junior. El descendiente de Pei Ming...un niño al que Xie Lian conoció hace doscientos años en el reino de Ban Yue, al que reconoció ni bien lo vió.

Cómo intento de "conversación" Mu Qing dijo acerca de los rumores de la masacre a una ciudad antes de la ascensión de Pei Xiu, de lo cuál Xie Lian estaba enterado. El sabía que aquel rumor era real, además de conocer el nombre de la ciudad que pereció. Pero en ese momento no quiso pensar que fue así.

Después de desaparecer del monte Yunjun Xie Lian fue recibido con un cálido (de hecho frío) abrazo por parte de su esposo. Los árboles fueron dejados atrás para pasar a estar dentro de una enorme y glamurosa mansión llena de paredes y decoraciones rojas con telas y espacios dorados, la Mansión Paraíso, sin lugar a dudas, el único hogar de Xie Lian. Era un hogar, porqué su esposo se encontraba ahí.
Poco tiempo pudieron estar juntos, pues Ling Wen lo contactó pidiendo aclaraciones e informe de la misión, Xie Lian luchó considerablemente por conseguir que Hua Cheng lo soltara y le permitiera ir.

-Su alteza, tomando en cuenta que usted no posee creyentes, ¿Qué considera hacer ahora? -preguntó Lin Weng, notando el poco interés no muy ocultado del príncipe heredero por estar ahí. Aclaraban los detalles de la misión en el palacio Ling Wen, ambos con tazas y un té servido en la mesa.

-Eso no es una preocupación -dijo Xie Lian un tanto atontado, olvidando con quién se encontraba, mientras giraba la taza y observaba las hojas del té -, ya tengo un templo y un pequeño pueblo ha creído en mí desde hace unos años, ahora que es oficial de seguro podrán expandir un poco ma....

Ella lo miró con curiosidad y sorpresa. Y en ese momento, Xie Lian no sabía si reír o llorar, ¿Qué haría para lograr escapar de ese momento? Bebió de un golpe su té y casi grita diciendo que fue por haber ayudado a aquel pueblo años antes. Técnicamente no está mintiendo, sus creyentes surgieron así, por un tiempo junto con Hua Cheng viajaban por todo lado, cambiando de los aires de la Ciudad Fantasma. Terminaron llegando a un encantador pueblo llamado PuQi, después de un pequeño inconveniente con un fantasma los habitantes del pueblo convirtieron por voluntad propia una vieja choza abandonada en un pequeño santuario para Xie Lian y su esposo. Cuándo se enteraron de la identidad del fantasma convirtieron ese santuario en algo todavía más apreciado, siendo entonces el santuario del Rey Fantasma y el Inmortal de la Chatarra, el matrimonio más confiable si lo que buscas es seguridad y buena suerte.

Ling Wen no dijo mucho, solamente oyó la historia de Xie Lian. En dónde claramente por la adrenalina se olvidó omitir las palabras "esposo" y "San Lang". Así que nuevamente, había algo que explicar.
Esperaba una confusión todavía mayor por parte de la diosa de la literatura, una confusión y temor por oír aquella palabra, pero solo pudo encontrar un poco de dolor dentro de sus ojos.

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora