16: La guarida del apostador

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-Oigan, ¿De qué parte del cementerio son ustedes? -dijo una fantasma al notar que los dos dioses se habían colado en su grupo.

Xie Lian no respondió. Desde que se enteró de que... hay dos fuentes de poder espiritual dentro de su cuerpo... llevaba sin hablar ni una sola palabra. La presencia de dos poderes distintos indica levemente un embarazo, o al menos en mujeres cultivadoras, pero Xie Lian NO es una mujer, si bien tiene sexo con su marido, no puede resultar embarazado así como así, no quería creerlo, pero ese hecho explicaba completamente sus cambios de humor repentinos, sus problemas extraños para controlar sus emociones, sus mareos repentinos y más extraños que todo lo antes dicho, e incluso también explicaría porque llevaba todo el día pensando en galletas.
Shi Qingxuan fue quién se apresuró a indicar que eran de un cementerio muy pero muy lejano, aunque en realidad no sirvió de mucho esa mentira.

-Oye, yo te conozco -dijo otra fantasma.

-¿En serio? -dijo la Señora del Viento nerviosa.

-Por supuesto que sí. ¡Te he visto pasear por la ciudad fantasma con Su Alteza la reina!

«Su Altezaaa »se quejó internamente Shi Qingxuan «Le dije que ya somos cara conocida».

-¿Es ella? -dijo otra fantasma acercándose.

-¡No puedo creerlo! ¡Es ella!

-¿Qué hace usted acá con este grupo de fantasmas tan humilde?

-Eh... -la diosa elemental no sabía que decir para defenderse -, de vez en cuando me gusta meterme a grupos de encantadoras damas para ofrecer consejos de belleza -se sujetó la mejilla y rió -. Además también es posible encontrar nuevos lugares en dónde el arreglo facial sea mejor.

-¡¿La amiga personal de la reina nos quiere ofrecer consejos de belleza?! -exclamaron todas, al instante se pusieron a brincar sobre sus pies y arrastraron a Shi Qingxuan al centro del grupo.

Al final Xie Lian quedó más atrás del grupo de fantasmas, pues estas se aglomeraron alrededor de la Señora del viento y le insistieron en que también contara historias sobre ella y Xie Lian, o que incluso habla bien de ellas en frente de su reina. Una de las mujeres se separó del grupo y se acercó al dios marcial.

-Buenas noches Su alteza -dijo ella.

Xie Lian seguía fuera del sitio, seguía avanzando pero no respondió, parecía perdido, asustado.

-¿Su alteza?

Finalmente reaccionó.

-Lo lamento, he recibido una noticia inesperada, no estoy en mi completa consciencia ahora mismo.

-No se preocupe mi señor -le entregó a Xie Lian una funda con muchas pastillas que olían dulce -, me costó conseguirlas pero aquí tiene. Al parecer son de un pueblo cerca del límite norte de las llanuras centrales, no son conocidas. Pero a partir de ahora abriré un puesto en la ciudad fantasma y le proporcionaré este material cada que usted lo desee.

Xie Lian guardó la funda en su manga y asintió sin prestar mucha atención. Durante todo el trayecto, la informante hablaba y hablaba de varios sitios donde le parecía que eran el lugar de origen de dichas pastillas de néctar, Xie Lian asentía o respondía vagamente cuando era necesario, y Shi Qingxuan no paraba de voltear a ver al príncipe.

Cuando ingresaron a la ciudad fantasma, Xie Lian terminó perdiendo al grupo. Por un momento volvió en sí, cuando se dió cuenta de que parecía estar en un lugar que no conocía, se sentía como un visitante en su propia casa, y vagó chocando con mucha gente, intentando buscar la guarida del apostador.

Reaccionó totalmente en el instante en el que sintió como alguien se aferraba a su brazo.

-¡Oh vaya! Tu te ves realmente apuesto, ¿Estás perdido querido? -dijo Lan Chang, que usaba unas túnicas moradas reveladoras y mucho maquillaje sobre su rostro.

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora