Xie Lian se encontraba frente a tres, no, cuatro...tampoco...se enfrentaba a más de cinco problemas al mismo tiempo.
El primero, Hua Cheng y Ban Yue se encontraban peleando en una de las habitaciones debido a que aún no le habían explicado su repentina desaparición y la razón por la cuál Hua Cheng entró en su cuarto y la sacó cargándola como costal de arroz sin su permiso a mitad de su proceso de retirarse el maquillaje (pues estuvo todo el día en una cita con Pei Xiu) arruinando por completo el delineado y el labial, que aún seguía corrido por su rostro.
En segundo lugar, había una gran multitud de fantasmas fuera de la Mansión Paraíso exigiendo respuestas por parte de sus reyes, pues al parecer, un médico chismoso fue difundiendo la noticia de su embarazo y por alguna razón no podía encontrar a Yin Yu en ninguna parte.
En tercer lugar, tenían en otra habitación a Lan Chang gritando furiosa sobre porqué era literalmente la última en enterarse del embarazo si ella es la mejor amiga de Xie Lian.
En cuarto lugar, las mujeres de la guardia del apostador estaban enfrente suyo pidiendo que hiciera presencia, pues otro inútil que no sabe cumplir las reglas había llegado al sitio y exigió hablar directamente con la reina de la ciudad fantasma.
En quinto lugar, muchos de los empleados de la mansión le preguntaban sin descanso qué debían hacer con el gran cargamento de pastillas de poder espiritual y medicinas que habían llegado a su residencia, todas enviadas por parte de Jun Wu como alternativa hasta que consiga encontrar la manera de romper sus grilletes malditos.-Ni siquiera puedo recordar porqué lo coloqué en tu cuello. Oh, Xie Lian, en serio perdóname -le había dicho casi entre lágrimas -. Tal vez consigamos recompensar el poder espiritual mediante transferencia, tu esposo, así como piedras específicas pueden ser de mucha utilidad -sacó un pergamino y empezó a anotar todo lo que decía como si la receta de un medicamento se tratase -, también puedes pedirme a mi directamente. Es más, me aseguraré de que todos depositen a diario poder espiritual en una espada para entregártela y así puedas absorberla cada vez que la toques.
En sexto lugar Xie Lian se encontraba recibiendo plegarias por parte de sus creyentes en el santuario PuQi, pidiendo que los ayudara con las cosechas y demás cosas, pues siempre creerán en él como el dios de la amabilidad que estará dispuesto siempre a ayudarlos. Sin mencionar también que otros pedían seguridad pues podían oír como unos lobos aullaban no muy lejos del poblado.
En séptimo lugar, para más colmo, podía escuchar a su primo estar rogándole, por medio de la comunicación espiritual, a qué fuera a encontrarse con él en lo que alguna vez fue el monte Taicang.
En octavo lugar, podía escuchar como por medio de la matriz pública de todos los dioses, como varios de los más hipócritas, se quejaban de él, tratándolo una vez más como basura sin remedio.
En noveno lugar, podía también escuchar a Mu Qing quejarse y pidiendo explicaciones sobre lo que había dicho de Ruoye.Y en décimo lugar, tenía jaqueca.
Respiró hondo y se calmó cómo pudo. Les pidió a los empleados y a las mujeres de la guarida del apostador que esperarán un momento mientras él se dirigía hacia la habitación donde su esposo e hija peleaban. Apenas ingresó volvió a sentir molestia por los gritos de Ban Yue y los tontos intentos de Hua Cheng por calmarla y no terminar gritando él también.
Se lanzó hacia su hija con un trapo que fue humedecido con aceite y le limpió el rostro, para luego pedir una vasija llena de agua y lanzársela para frotar con una tela limpia y dejar impecable la cara de Ban Yue.
-Bien, preciosa como siempre -dijo con una sonrisa molesta -. Ahora a tu habitación señorita. Quiero hablar con tu padre.
En cuanto Ban Yue desapareció gracias a sus poderes fantasmales, asustada porque sabe que pasa cuándo su padre sobrepasa sus límites de paciencia, Xie Lian se acercó a Hua Cheng y después de agarrarlo del cuello de las túnicas y agitarlo una y otra vez, le dijo:
-¡Ayúdame en vez de pelear con tu hija por un maquillaje! No mames San Lang, en vez de pelear dile que la sacaste por un incendio -y lo volvió a sacudir.
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𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼
FanfictionHace ochocientos años en el ya olvidado reino de XianLe, dos niños se conocieron y se enamoraron, pero su amor era una especie de tabú. Mientras que uno era el príncipe heredero del reino, otro era un niño que vivía en la miseria y había nacido mald...