Lang Qianqiu tenía acorralado una vez más a Qi Rong, esta vez conseguiría respuestas. Sí o sí.
-Adelante -dijo -, estoy esperando.
Qi Rong volvía a sentir su corazón latir, lo odiaba, era aterrador tomando en cuenta de que no debía ocurrir. Buscó con la mirada en dónde se encontraba Hua Cheng, para su desgracia pudo ver cómo este se escabullia hasta desaparecer. Lo dejó sólo en esta situación.
Volvió a mirar a Lang Qianqiu, sus ojos un brillaban. Lo odiaba.
-Nunca debimos estar juntos -dijo.
-Eso no es lo que quiero oír.
-Todo esto fue un error. Tú eras un mortal, yo un fantasma. Yo te pasaba en edad, tú siempre fuiste un impulsivo -intentó empujarlo -. Ese día, dije que te odiaba. Es la verdad, eres de Yong An, y eso no cambiará.
El dios lo miraba inexpresivo, no creía en nada de lo que el otro decía. No era cierto, no lo dejó por eso. Él lo sabía, y seguiría hasta conseguir su respuesta.
-Ahora soy un dios. La diferencia de edad ya no importa, ni la mortalidad. ¿Sigue siendo un error si lo intentamos ahora?
-¡Si mierda! -sujetó el cuello de sus túnicas -Un dios y un fantasma, ¿En serio crees que algo puede salir de esto?
-Si tus cómplices pueden -Lang Qianqiu dió un paso al frente y volvió a inmobilizar al fantasma -, ¿Porqué nosotros no?
-Aléjate. La situación es diferente.
-¡Deja de evadir! Quiero que me digas ¡¿Porqué ese día me golpeaste y desapareciste sin dejar rastro?! -gritó.
-¡PORQUÉ LO NUESTRO JAMÁS DEBIÓ HABER PASADO!
El inmortal detuvo sus acciones. Nuevamente, sin expresión o emoción alguna en su rostro, miró como si no reconocieran a Qi Rong.
-¿Con que es así? Entonces -lo arrimó más contra la pared rocosa -si hago esto -juntó sus cuerpos y comenzó a rozar levemente sus manos con las caderas del fantasma, provocando que el otro se estremeciera -, ¿No recuerdas nada?
Los movimientos de las manos del dios atemorizaban al fantasma verde, intentó mantener escondidas sus memorias, olvidarlas o evitar que salieran a la luz, mantener el control. Pero entonces, Lang Qianqiu deslizó su mano por uno de sus glúteos y no lo soportó más. Los recuerdos, las sensaciones, todo volvió.
Gritó de dolor y usó todas sus fuerzas para apartarlo y crear una barrera de pequeñas flamas verdes al rededor suyo para defenderse.Se dejó caer al suelo y haciendo todo lo posible para estar más cerca de la pared y sentir que estaba en un lugar alejado del otro, empezó a sostener su cabeza mientras gritaba de terror.
Lang Qianqiu intentaba también contenerse, quería correr hacia él y pedirle disculpas, no soportaba ver eso, no soportaba ver cómo Qi Rong arañaba la piedra, entre lágrimas y gritos, sufriendo en un infierno mental.
Al final no pudo, sabiendo que las flamas nunca le harían nada, se acercó y lo abrazó.Qi Rong quiso decir "aléjate", pero sus gritos atemorizados, sus propios jadeos buscando aire que no necesitaba y las lágrimas apenas le permitían expresar la letra "A" repetidas veces.
Tenía pánico y no sabía que hacer para calmarse.
Solo Lang Qianqiu sabía.El dios, aumentó su agarre y empezó a recitar el poema que tanto se había aprendido después de que el otro había desaparecido. Era lo único que lo calmaba, era lo único que lo hacía sentir menos frágil.
Cuando terminó, sintió un gran alivio al saber que Qi Rong por fin había dejado de respirar, pero aún no era capaz de moverse.-Al final, mi especulación fue cierta.
-¿D...q...? -el fantasma no pudo preguntar, no pudo.
-Estoy hablando de que...mis sospechas eran ciertas. Tú fuiste "el príncipe de las cien noches en dolor".
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𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼
FanfictionHace ochocientos años en el ya olvidado reino de XianLe, dos niños se conocieron y se enamoraron, pero su amor era una especie de tabú. Mientras que uno era el príncipe heredero del reino, otro era un niño que vivía en la miseria y había nacido mald...