25: Día de juegos [PARTE 1]

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-No tengo nada, solo me encontraba alterado -dijo Xie Lian.

Pero ninguno de los presentes era capaz de creerle, ni su mejor amigo ni su esposo. Feng Xin mucho menos, no después de que los amenazara con aquella seda diciendo que estaba maldita y estando a poco de decir algo que no debía hacer.
Siguió pidiendo explicaciones, Xie Lian las evadía mientras avanzaba cada vez más lejos seguido por su esposo que también se encontraba bloqueando leves ataques por parte del oficial marcial para sujetar a Ruoye. Avanzaron y avanzaron con la intención de salir de la cueva, pues el derrumbe causado por Hua Cheng bloqueó la entrada por dónde ingresaron.
Estaban terriblemente perdidos y no sabían como proseguir, entonces, después de haber estado dando vueltas en círculos en una parte de la cueva, Shi Qingxuan se hartó y cambió a su forma femenina.

Feng Xin al instante se alejó de ella, y Xie Lian la miró confuso.

-Señora del viento, ¿Porqué cambió de repente?

-Por alguna razón la buena suerte de su marido no está actuando, Alteza -acomodó su cabello -. Usted tiene mala suerte, por el momento yo también tengo mala suerte, intentaré contrarrestarla pasando a mi forma más poderosa.

Miraron alrededor, no estaban muy convencidos pero tampoco es como si tuvieran algo que perder. En toda la cueva no quedaba un solo fantasma, solo les quedaba seguir a ciegas hasta llegar a una zona que se les haga conocida al matrimonio, o la salida.
Volvieron a avanzar, con Hua Cheng y Shi Qingxuan en el frente y Xie Lian un poco más atrás de ellos.
No es necesario mencionar que Feng Xin se encontraba a cuatro metros para no acercarse a la Señora del viento, algo que aprovecharía para hablar con su amigo.

Shi Qingxuan alejó a Hua Cheng y tomó a Xie Lian del brazo.

-Entonces...Alteza -dijo con una gran sonrisa -¿Ya ha confirmado?

El dios dió un suspiro.
-Si, Señora del viento. Está confirmado -miró hacia las cuevas -y me aseguraré de entregarle todo. Tengo miedo, no sabemos lo que conllevará este embarazo, pero San Lang y yo haremos todo para protegerlo.

Ambos inmersos dentro de su propio mundo unido, Xie Lian abriendo muchas de sus emociones a su amiga, y la otra escuchando. Hasta que ninguno habló y el dios marcial empezó a sentir una extraña incomodidad. Cuando volteó a ver Shi Qingxuan estaba soltando lágrimas con el rostro rosa.
Xie Lian se asombró e intentó calmarla, pero ella seguía sollozando diciendo que sería una muy buena madre y que su futuro hijo tendrá mucha suerte de tenerlo.
Tardó un buen rato para detenerse.

-Alteza, ahora que lo pienso, ¿Dónde estamos? -dijo ahora sí para que todos la escucharan.

-En la guarida de Qi Rong.

Shi Qingxuan soltó un sonido de asombro seguido por un silvido extenso mientras miraba la cueva.

-Vaya. Así que está es la guardia del Globlin Verde. Hice bien en nunca aceptar sus invitaciones.

Hua Cheng rió.
-En realidad dónde nos recibe se ve de mejor manera que toda la cueva en general -siguió avanzando gracias a una mariposa que lo guiaba -, hasta me hace creer que nunca destruí su base.

-Cierto. Alteza -Shi Qingxuan abrazó a Xie Lian por el brazo -¿Porqué su esposo destruyó la guarida anterior del Goblin verde?

Al instante el dios de túnicas blancas se puso a recordarlo, cualquier persona pensaría que fue debido a algún conflicto de alto riesgo entre ambos, o que posiblemente Qi Rong pasó sus límites de irrespeto e insultó horriblemente a Lluvia Carmesí, o que incluso fue el mismo Luz verde quien atacó al otro pero resultó perdedor. De hecho, la razón real es más cómica de lo que se creería.

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora