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13: El príncipe que encantó al mundo

Las calles del país de XianLe se encontraban repletas. Cerca del monte dónde se encontraba el pabellón del Guoshi, las carrozas, los caballos, la plataforma y los danzantes ya se encontraban preparados. Mu Qing, que iba a interpretar del demonio y se enfrentaría al príncipe heredero también se encontraba listo. Lo único que faltaba era...

-¿Por qué tarda tanto? -dijo Mei NiangQing desesperado -¿Dónde rayos se encuentra Su Alteza? Apuesto a qué está con ese maldito joven otra vez. ¿Cómo se atreve a estar enamorado este día?

-Guoshi -dijo Feng Xin.

-¿Qué?

-Le informé acerca del plan de Su Alteza para aparecer.

-¿Qué plan...?

-...

La gente vitoreaba de emoción. El desfile era más que glamuroso y encantador, con bailarines que mostraban su talento sobre una carroza que se movía. Animales de lo más exóticos que eran llevados por todas las calles y sobre todo...¡Su príncipe! Hasta ahora no había aparecido, era extraño, pero aquello era medianamente recompensado con las habilidades marciales realizadas en solitario por el joven que hacía de demonio en la plataforma principal.

La familia real y los nobles también se encontraban preocupados ante la ausencia de Xie Lian.

-Su majestad. ¿Mi primo príncipe heredero no aparecerá? -dijo Qi Rong, un joven de dieciséis años con túnicas verdes y elegantes, que miraba con admiración buscando a su primo.

-No te preocupes Rong-er. De seguro tiene algo planeado -dijo ella, observando el asiento vacío detrás de su sobrino. Era uno reservado para San Lang, pero como se lo imaginaba, no podría estar ahí debido a la presencia del rey.

La gente exclamó de golpe. Y toda la atención se concentró en una figura que caía desde una de las torres de la gran muralla hasta caer en la plataforma principal. Era Xie Lian, a quién todos confundieron como un dios, pues parecía realmente ser uno que descendió de los cielos solo para enfrentarse a aquel demonio. Los gritos de alegría se intensificaron, la gente aplaudía y silbaba, mientras que Xie Lian y Mu Qing se enfrentaban en la plataforma.

Los movimientos de ambos estudiantes fueron sin lugar a dudas elegantes, la gente común que los observaba se sorprendía al ver una batalla tan llamativa. Eran ignorantes sobre cualquier cosa relacionada a las artes marciales, por lo que no sabían que aquella batalla era más lenta a propósito para que los demás logren notar los movimientos realizados.

Así prosiguieron, realizando una vuelta completa a la ciudad hasta que....

-¿Estás seguro de este plan Gege? -preguntó San Lang preocupado, observando la altura que había entre las calles de la ciudad capital y la cima de la torre de la muralla en la que se encontraban.

-No te preocupes San Lang. Estaré bien, mi cultivo ha progresado tanto que seré capaz de bajar de acá y caer como un gato en la plataforma -sonrió Xie Lian con seguridad.

Los ropajes de San Lang eran terriblemente hechos, su crecimiento fue demasiado, y debido al conflicto que tuvieron dos años antes con el rey, Xie Lian no pudo encargar realizarle más túnicas. Al contrario de él, la ropa de Xie Lian era extraordinaria, túnicas blancas con bordes dorados y azules, una coronilla dorada en su cabello recogido y varios adornos tanto en su ropa como en su propio cabello. Además de una flor dada por su esposo.
Ambos se encontraban tomados de la mano, esperando al momento indicado para que Xie Lian saltara.
Y entonces la plataforma apareció, era el momento.

-Ya es hora -dijo Xie Lian colocándose en puntitas para alcanzar la altura de su esposo y darle un beso en los labios. Le sonrió como despedida, se colocó la máscara dorada y saltó hacia la plataforma, en la que cayó perfecto y con elegancia.