31: Cuando te conocí

280 23 7
                                    

El mercado era extenso y bullicioso, por alguna razón An Le había acordado ese lugar como el punto de reunión. Así que ahí estaba él, Lang Qianqiu siendo el príncipe heredero, debía estar acompañado de cinco guardias o al menos el Guoshi del reino, pero de alguna manera convenció a su tutor de no acompañarle, pues sus habilidades en las artes marciales se habían perfeccionado mucho. Además, quería sentir un poco la libertad.

No usaba sus características ropas resaltantes, además de llevar un peinado que recogía todo su cabello y así no resaltar tanto. Y entonces lo vió, su amigo lo saludó desde la esquina de un puesto, él también llevaba ropajes que no lo hacían parecer de la nobleza. Cuando finalmente se juntaron no tardaron en ir de un sitio a otro comprando bocadillos y charlando acerca de las nuevas lecciones que Qianqiu había recibido por parte del tutor imperial.

-En serio es un prodigio, aún no comprendo porqué es tan callado.

-Si sigue así entonces nunca conseguirá una esposa -bromeó An Le.

Lang Qianqiu solo rió.
-De hecho, Guoshi está casado ya.

-No es cierto -el príncipe lo detuvo y lo tomó por los hombros para agitarlo -, ¿Cómo puede estarlo? Es tan frío que puede hasta congelarte con tan solo verlo.

Siguieron avanzando, alejándose del mercado y adentrándose dentro de los jardines a los que tenían acceso todas las personas de la nobleza. No sin antes claro, que el guardia le evite el paso y mire de manera amenazante a An Le. Incluso le negó el paso después de demostrar que él era príncipe, fue gracias a Lang Qianqiu que pusieron entrar.

-Lo sé. Guoshi es así...pero, una vez pude ver a su amante.

An Le, retiró su frustración ante el injusto trato para volver a prestar atención a su "amigo".
-¿En serio? ¿Cuándo? ¿Era una bella mujer?

-Hace ya varios años. Y era un hombre realmente, vestía de túnicas como el arce y sin duda era alguien que parecía estar enamorado de mi Shifu -el príncipe heredero observó los arboles del jardín y sus muchas hojas naranjas que caían por el otoño.

-¿Un hombre? -An Le sonaba consternado.

Eso sorprendió al joven. A quién aún le faltaban siete meses para cumplir diecisiete años.

-¿Es algo malo?

-Uhh. No, supongo que según la tradición de Yong An no.

Eso llamó su atención.
-¿Según la tradición de XianLe, ¿Tiene un problema?

An Le lo miró, no soportó aquella cara de perrito curioso que normalmente hace cuando tiene interés en un tema. Y, obligado por la presión que esa cara le provoca, le contó el relato acerca del príncipe que fue traicionado por su amante, provocando la caída del reino.

-Entonces, como esa pareja es de dos hombres. Están condenados a la tragedia.

Incluso escuchando toda la historia, sintiendo que tenía verdad pues también había oído acerca de un príncipe de XianLe que tuvo un esposo, no pudo evitar sentirse algo incómodo. ¿En serio solo por ser dos hombres enamorados...estaban condenados a sufrir de infortunios? En Yong An de hecho no es común ver aquello, pero cuando ocurre tampoco es como que se denigre mucho a la pareja, solo lo toman como algo inusual, y listo.
Siguió confuso, preguntándose muchas cosas acerca de cómo este tipo de relaciones son vistas desde el punto de vista de la realeza, de su propio pueblo, su padre, y la gente de XianLe.
Y entonces reaccionó a qué An Le lo había llevado allá para conocer a alguien.

-Ahora que recuerdo, ¿A quién querías presentarme?

-Ah -el príncipe de XianLe sonrió -, un primo mío. No es príncipe, ni de la alta sociedad, pero....es un gran amigo. Quería conocerte y no pensé que fuera mala idea, después de todo, es alguien muy interesante.

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora