Horas antes.
Horas antes de todo el caos que invadía las mentes de los involucrados dentro de un crimen celestial. Shi Qingxuan caminaba alegremente con su esposo para encontrarse en el palacio de su hermano para tener... una charla disfrazada de cordial cuando tenían la intención de revelarle sobre el embarazo de la diosa.
-He-xiong, ¿Cómo crees que se lo tome? -caminó de un lado a otro, en la entrada del gran palacio -Por un lado estará feliz y por el otro...
-Me matará por haberte puesto las manos encima -completó su esposo.
-Exacto.
La oficial elemental inhaló muy profundamente, esperando a cualquier idea que cruzara por su cabeza para saber cómo decir a su pariente sobre la noticia. Rayos, se supone que ya tenía el discurso bien preparado, incluso lo anotó en un pergamino, pero los nervios la condujeron a que lo quisiera modificar apenas llegaron a las puertas del palacio y todo el papel saliera volando con el viento.
Pensó en tal vez darle la noticia por medio de la pulsera, así como lo hizo con su esposo, pero le parece una forma demasiado ambigua. También de le ocurrió dejar una canasta llena de panecillos para con una carta diciendo: Adivina que, estoy embarazada. Pero eso tampoco era algo muy adecuado por decirlo menos. Al final se decidió a decírselo en persona porque extrañamente su marido no paraba en insistirle que si lo hacía debería estar justo en su palacio si se atrevía a hacerlo con él al frente suyo.
No quiso cuestionar mucho el requisito, pero bueno.
Entonces, así fue. Convocó a su hermano mayor a una reunión dentro de su palacio, pero había salido junto con He Xuan para aclarar su mente, ahora, se debatía entre entrar o no hacerlo, a su propio palacio en dónde ya sabía que se encontraba el otro oficial celestial esperándolo.
Bien. Iba a hacerlo.
Estaba totalmente decidida.
No.
¿Saben qué?
Mejor iba a dar otra vuelta para refrescarse.Estaba por darse a la fuga cuando su esposo la sujetó de la mano.
-Si lo vamos a hacer, debe ser ahora. Yo estaré a tu lado.
Su corazón palpitó con alegría. Oh, vaya, sí que amaba a este hombre con todo su ser.
Se inclinó de inmediato para besarlo, y prometer que ya no huiría. Estaba decidida. Lo que no sabía es que apenas ingresara al palacio, el plan de Agua Negra para alejar a Shi Qingxuan de los cielos y esconderla comenzaría, sin retorno alguno.Fue así que, después de ingresar al palacio, sentarse junto con su esposo en la misma mesa en la que Shi Wudu llevaba esperándolos por veinte minutos, el pánico volvió a ella y ya no tenía palabras para siquiera responder a las preguntas tan simples como "¿Cómo has estado?"
-Qingxuan -dijo el Señor del Agua, serio -¿Te encuentras bien? Te ves algo tensa -e inmediatamente miró de reojo a "Ming Yi".
-Ah, no te preocupes Gege. La verdad, es que te convoqué aquí con otras intenciones más que solo pasar un rato juntos.
Apenas dijo eso el otro hombre bajó su taza de un golpe hasta la mesa.
-¡Lo sabía! ¿Qué quieres ahora? ¿Méritos?-No, no. Jamás te he pedido méritos, ¿De qué hablas?
-¿Entonces quieres oro? -dijo sacando una buena cantidad de laminas doradas de sus túnicas.
-¡Pero si jamás te lo había pedido! ¡¿Por qué lo llevas?! Tú ni siquiera bajas al reino mortal.
-Nunca se sabe cuándo te meterás en problemas -el ojiazul guardó el dinero y se acomodó para aparentar que hace unos segundo no se había descontrolado.
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𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼
FanfictionHace ochocientos años en el ya olvidado reino de XianLe, dos niños se conocieron y se enamoraron, pero su amor era una especie de tabú. Mientras que uno era el príncipe heredero del reino, otro era un niño que vivía en la miseria y había nacido mald...