Mei NiangQing se encontraba totalmente enojado con Xie Lian, quería hablar con él, pero este se había encerrado con el otro joven problemático dentro de su residencia.
Tanto Feng Xin como Mu Qing se encontraban cuidando la puerta de esta residencia, habían sido designados a impedir que cualquiera entrara, sin importar quién.Hasta lo que había sido desde que llegaron hasta ahora, no escucharon ningún sonido de adentro. No saben realmente qué ocurrió, qué ocurre dentro y cómo se encuentra la pareja.
-Lo lamento Gege -dijo entre sollozos San Lang.
Xie Lian seguía abrazando a San Lang, no lo soltaba por nada, no le importó que su pie doliera, aparentemente por un hueso roto, no le importaba que las ropas más sucias de San Lang dañaba y ensusciaba las suyas. Solo quería estar a su lado, solo quería sentir que el palpitar y las respiraciones de su amado seguían ahí, quería saber que estaba vivo.
-No hables -dijo Xie Lian.
-Pero Gege, yo...
-¡No hables! Por favor, solo -levantó el rostro revelando una expresión rota llena de lágrimas -solo... déjame estar así junto a tí.
-¿Estás molesto conmigo, alteza? -volvió a decir.
-Por supuesto que lo estoy. Casi te pierdo -siguió llorando -¿Qué pasaba si no te alzanzaba a ver? Hubieras muerto. Hubieras muerto por mi culpa, yo te hice subir conmigo, ¡Por mi culpa casi te pierdo!
-No alteza -San Lang ahuecó las mejillas de Xie Lian con sus manos, lo obligó a verlo a los ojos y limpió las lágrimas del príncipe con sus pulgares -, no iba a ser tu culpa, no la fue, no la es y nunca la será -acercó su rostro y besó al príncipe.
Xie Lian cerró los ojos y abrazó a su esposo por el cuello, ambos se dejaron caer sobre la cama y continuaron con esa sesión de besos apasionados y que pedían con dolor que nunca se alejasen. Poco a poco, el más alto llevó sus labios por el cuello de Xie Lian, deslizó un poco las túnicas que daban al hueco del hombro de este y se encargó de depositar tiernos besos por toda la zona, dejando manchas rosadas y tiernas. Era el único sitio en dónde Xie Lian le permitía dejar marcas, sería muy controversial si es que en algún momento alguien le descubre con más en otro sitio, se lo permite en esa zona para que ambos se sientan más seguros.
-Te amo San Lang. Te amo tanto que me duele demasiado el hecho de no tenerte en mi vida -dijo el príncipe entre jadeos.
-Yo también te amo A-Lian. Te amo tanto que no importa si muero, yo volveré a ti.
-¿No te parece que no es buen momento para hablar sobre tu muerte? -dijo entre cortas risas.
San Lang también rió.
-Es verdad, este pobre esposo se disculpa -y volvió a hundir sus labios con los de Xie Lian.
El príncipe sonrió y se retiró una de las perlas rojas que utilizaba de aretes, aquella cuenta tan brillante y carmesí fue colocada en la oreja de su amado, sorprendiendo al otro.
-Entonces, usa esto siempre -le dijo -Tu siempre me das regalos que yo uso, esta vez yo te doy esta cuenta a tí.
San Lang aceptó y volvió a abrazarlo.
Después de aquel suceso, las semanas transcurrieron de manera normal. En un momento Qi Rong apareció en el pabellón del Guoshi, más molesto de lo que usual solía estar, se acercó a Xie Lian (después de saludar a todos con la cortesía adecuada, algo extraño) y le exigió ver a San Lang. En cuánto Xie Lian lo llevó a verlo, este se lanzó a él para atacarlo con puños débiles. San Lang solo tuvo que estar de pie para pasarle en altura y detenerlo con una sola mano.
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𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼
FanfictionHace ochocientos años en el ya olvidado reino de XianLe, dos niños se conocieron y se enamoraron, pero su amor era una especie de tabú. Mientras que uno era el príncipe heredero del reino, otro era un niño que vivía en la miseria y había nacido mald...