40: Una noche una boda

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El día tan esperado finalmente había llegado. No, no se habla solo de la competencia de las linternas en el festival de medio otoño, sino también porque este día en el que una boda se iba a presenciar en el reino celestial. Era el día en el que el Señor del Viento, Shi Qingxuan, se casaría con él Señor de la tierra, "Ming Yi". Y por supuesto que todos se encontraban atareados, preparando el banquete para la competencia y al mismo tiempo el altar en dónde ocurrirá el intercambio del mayor respeto y amor.
En un lado, en el palacio Ming Yi, He Xuan se encontraba alistando su traje, completamente nervioso ante lo que se encontraba, jamás creyó que finalmente usaría esas prendas. Después de un buen rato alguien entró al palacio, ese alguien tenía vestimentas rojas y claramente se trataba de Hua Cheng. No crean que entró por voluntad propia, fue porqué su esposo le obligó a que de por favor ayudara a su amigo a prepararse para su boda.

—Inesperadamente diría que te ves bien —dijo Hua Cheng, notando que tal vez debería solo por hoy no utilizar sus vestimentas carmesí.

—¿Vienes a darme apoyo moral?

—Vine a fingir que te doy apoyo moral.

El fantasma de ojos amarillos rió.

—Si quieres darme apoyo moral, entonces debes asistir —He Xuan le tocó el hombro.

Hua Cheng suspiró.
—Entonces pasarás tu boda sintiéndote más incómodo que nunca —y se retiró.

Mientras tanto en el palacio del Señor del Viento y el Señor del Agua, Shi Qingxuan se encontraba también alistando su vestido de bodas. Ya que decidió casarse en su forma femenina, realmente no cambiarían muchas cosas ese pequeño hecho, pero quería hacerlo de una manera normal sobre todo porqué si se casan de esta manera estarían cumpliendo con uno de los más conocidos cuentos que circulan entre los creyentes de ambos, pueden hasta incluso tener más poder espiritual. En resumen, ganar ganar.
Mientras Shi Qingxuan acomodaba todas las decoraciones y miraba como en poco llegaría el atardecer y con él su boda, Shi Wudu, su hermano mayor, se acercó a él.

—No estoy realmente de acuerdo con tu boda —le dijo, ayudando a su hermano a acomodarse la vestimenta.

—Pero al menos debes estar feliz de verme en el altar.

—Eso no puedo negarte. Pero...Didi, no confío en Ming Yi.

Un pequeño escalofrío recorrió por la espalda del pelicastaño. ¿Acaso su hermano llevaba sospechando de He Xuan?

—Pero llevamos años siendo pareja, ¿Por qué no confiarías en él? Si hasta te lo presenté.

Hubo un silencio.
—No lo sé. Solo...es una corazonada —acomodó el velo de Shi Qingxuan y le ofreció la mano, era hora —. Vamos, te voy a llevar, como tu hermano mayor.

En frente a una gran mesa para lo que eran exactamente todos los oficiales celestiales de mayor rango, al frente en lo que es el escenario donde se presentarán los cuentos durante la competencia de las linternas. Realmente era una sorpresa el pequeño hecho de presenciar una boda entre dos oficiales celestiales, sin incluir que eran dos dioses elementales, pero al parecer la sorpresa más grande fue ver llegar a Su Alteza XianLe al lugar. Primero, porqué nadie esperaba que fuera a ese sitio, apenas era reconocido así que nada que ver con la competencia iba a ser el que menos linternas conseguiría, y en segundo lugar, porqué llegó acompañado de siete personas. ¡¿Estaba permitido traer invitados al festival de medio otoño?!

No, de hecho no. Pero a lo que se presentaban los invitados de Xie Lian era a la boda de la Señora del Viento, porqué estás personas mantenían una conexión fuerte con ella. En primer lugar, al lado de Xie Lian se encontraba un joven de unos diecisiete años, con una cola de caballo en su cabello azabache y túnicas negras con decoraciones rojas, al otro lado de Xie Lian, un poco más atrás se encontraba una joven como de doce años, con túnicas de igual manera negras con toques morados y un hermoso peinado de trenza. Inesperadamente al lado de esta chica se encontraba Pei Xiu, el oficial exiliado hace apenas un mes, acompañando y de manera elegante, a la joven. Detrás de ellos se encontraba una mujer de vestimentas blancas con toques morados y rosas, se cubría el rostro con un abanico y mantenía los ojos cerrados, aunque se notaba que tenía mucho maquillaje que por suerte no se veía exagerado, y junto a ella estaba otro hombre con túnicas y ojos verdes avanzando junto con un pequeño niño de igual estás vestimentas, sin mencionar también que de igual manera se cubría con un abanico. Ah, y faltaba también aclarar que había otro hombre detrás de ellos, de igual manera vestimentas negras y simples pero cubriendo su rostro con una máscara sonriente. Relamente no tenían muchas ideas de quién era quién y qué relación tenían todas esas personas con Shi Qingxuan, aunque ella apenas los vió llegar corrió para saludarlos, a todos, A TODOS.

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora