5: Encuentro con la novia

467 54 13
                                    

La noche inundaba el monte Yunjun y un palaquín de bodas era llevado por un grupo de hombres con armas a través de los altos árboles que conformaban este monte. Los hombres que llevaban en palaquín no estaban satisfechos con tener que llevar a la persona de adentro, a quién le importa si es una mujer a punto de casarse, lo importante es que los hombres que la protegen se ven realmente jóvenes y les están dando órdenes a ellos. Hablan como si tuvieran cincuenta años de ventaja, ¡Simplemente no pueden permitir esa falta de respeto!
En manera de venganza contra estos jóvenes sacuden y mueven bruscamente el palaquín de manera intencional, sonriendo con burla cada vez que escuchan un suspiro por parte de la joven dama de adentro.

-Sigo sin entender por qué le pidió a Lluvia Carmesí que espere en el templo abandonado. ¿Porqué no avanzar todos directamente ahí? -preguntó Mu Qing, observando al rededor.

-Con este engaño podremos determinar cómo trabaja el novio fantasma, Lin Weng comentó que era de rango Ira, por lo que tener a San Lang en su guarida nos sirve de ventaja -dijo Xie Lian, con una voz sospechosamente femenina.

-Pero no creo que necesario que se vistiera de novia -continuó Feng Xin.

«Y mucho menos que se cambiaría a un cuerpo femenino» completó para sus adentros.

-¿Todo se encuentra preparado, verdad? -preguntó con calma el príncipe heredero.

-Sí. Nada se nos ha olvidado.

-Me temo que si les ha faltado algo.

-¿Qué cosa? -Mu Qing trató de ocultar su nerviosismo.

-Dos damas de honor -respondió en broma.

-Me temo que ninguno de los dos sabe lo mismo que usted, consideré que su familia es demasiado pobre como para conseguir más gente -Feng Xin y Mu Qing dijeron todo aquello a la par, extrañamente a la par.

En el templo Xie Lian discutió su plan de engañar al novio fantasma con una novia falsa que cruzara por la montaña, se ofreció a si mismo como la carnada y mientras iba explicando susurraba cosas al oído de su esposo que lo abrazaba desde atrás.

Cuando intentaron vestirlo resultó en un fracaso, tanto el maquillaje como las ropas resultaron mal acomodadas, no era una imagen agradable de ver. Tuvieron suerte de que la joven de la noche anterior había regresado para devolverles las túnicas a Xie Lian. Incluso si Hua Cheng es muy habilidoso en varias cosas, lastimosamente maquillar y arreglar costuras mientras la persona sigue usando la prenda no es algo en lo que fuera bueno.

Después de admirar y recordar el día de su tercera boda, Hua Cheng se despidió de su Gege con un beso en la frente y dos golpes en las cabezas de los oficiales celestiales. No uno a cada uno, sino dos a cada uno.

Apenas este se retiró, Xie Lian tomó forma femenina, no era tan diferente de su forma masculina, apenas unos tres centímetros más baja, por lo que en ningún momento el peinado ni el vestido perdieron lo que tanto les costó a Lluvia Carmesí y a la chica, que se llamaba Xiao Ying, acomodar.

-¿Cómo sabe realizar ese hechizo de transformación? -preguntó Feng Xin con una expresión indescriptible en su rostro.

-Desde mi primera ascensión, hubo algunos creyentes que me confundieron con una mujer debido a mis estatuas con flores -mintió Xie Lian.

Al lado de Feng Xin, Mu Qing lo miró con cierto enojo, en sus ojos se detectaba un brillo que decía claramente: eso nunca pasó. Xie Lian simplemente le sonrió, pidiendo telepáticamente con sus ojos cerrados que por favor mantuviera aquello en secreto. Obviamente quien le enseñó fue Shi Qingxuan. Pero por el momento sería adecuado mantener oculta su relación, o al menos si quería ocultar sospechas sobre Aguas Negras que hunde barcos.
Hubo muchas noches en las que Shi Qingxuan entraba en su Mansión Paraíso en su forma femenina pidiéndole que lo acompañase a los puestos de belleza. A Xie Lian le incomodaba el hecho de cambiarse de género, pero debía admitir que le gustaba ir de vez en cuando ir a estos establecimientos, lo negativo de este tipo de peticiones fue que los habitantes de la ciudad fantasma empezaron a llamarlo por el título de reina, dejando atrás el apodo de tío abuelo que repetían desde hace tantos años. Cada vez que los oye llamarlo así no sabe si reír o llorar, por un lado es como si lo reconocieran como el esposo de Hua Cheng, algo que no sentía con el anterior apodo, pero por otro lado....¡No quiere que realmente lo crean una mujer!

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora