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49: Explicaciones

Las semanas volvieron a pasar, no consiguieron ver a Shi Qingxuan desde entonces y por más que Xie Lian quisiese Qi Rong los ignoraba muy seguido y evitaba sus preguntas sobre el cómo se enteró sobre las "condiciones" con las que su embarazo fue conseguido. De hecho, contrario a las expectativas originales del fantasma, comenzó a aceptar citas con Lang Qianqiu, con tal de no ver a la pareja. Llevándose consigo de vez en cuando a su hijo o dejándolo a cargo de Ban Yue (ella le debe muchos favores por haber encubierto su relación), y todo esto ha preocupado a Xie Lian.
Aunque esta mañana en particular, su menor preocupación era aquello, pues se sintió raro al despertar.

Hua Cheng preparaba el desayuno, sabía que su esposo necesitaba una buena comida para iniciar el día, y ahora era hasta incluso más importante. Se aseguraba de él mismo cultivar y cosechar los ingredientes, de que se encuentren perfectamente aseados y en perfecto estado, todo para asegurar la comida de mejor calidad a su persona especial, incluso cuando esa comida se basaba en un grandioso plato que luego sería arruinado por un exceso de sabor dulce, pues recientemente Xie Lian no come nada que no tenga algo dulce encima, siendo este su antojo más reciente y duradero, haciendo parecer que los anteriores eran tan solo pequeños caprichos.

El día anterior habían ido nuevamente donde el médico, uno de los únicos oficiales celestiales no tan inútiles al parecer. Ya llevaban dos meses desde la primera revisión y aparentemente el embarazo ya fluía con normalidad, al parecer sí era la energía Ying de la Ciudad Fantasma la que alteraba el tiempo, por lo que ahora Xie Lian tiene un período de cuatro meses. Y eso ha sido muy notorio, pues cada noche el inmortal llega a despertarse repentinamente para pedir algo de comer, o simplemente para quejarse de unos leves calambres abdominales, para suerte de ambos, Hua Cheng ya había leído suficientes libros como para saber que eran situaciones normales y comenzara a tener las cosas preparadas incluso en la misma habitación.

El punto ahora, es que los cambios hormonales de Xie Lian, tanto emocional como físicamente han sido notorios, pues el dios ya recuperó también su manera común de actuar. Es por ello que Hua Cheng se encuentra preparado para todo.

O eso creía...

Pues de un segundo a otro, un llanto se escuchó de la habitación. Era Xie Lian quién exclamaba: "¡No puede ser! ¡San Lang, ayuda!"

Esperando lo peor de todo, Hua Cheng salió disparado hacia la habitación, preparado ya para sujetar a E-ming y atacar a cualquier amenaza que se encuentre frente a su esposo. Sin embargo, apenas llegó, simplemente se encontró con un Xie Lian cubriéndose con una de las mantas mientras lloraba.
Caminó hasta él delicadamente, preguntando por su estado de animo tan frágil, entre pucheros el ojidorado intentó responder, sin conseguir calmarse mucho.

-San Lang. Mi... -volvió a lloriquear.

-¿Su qué?

Aún con lágrimas y pucheros, Xie Lian se retiró la manta para irse deslizando la túnica superior y dejar su pecho al descubierto, mostrando sus pezones un poco más elevados de lo usual.

-Mi pecho creció.

En ese momento Hua Cheng colapsó, no sabía muy bien cómo reaccionar, pues se encontraba con confusión al mismo tiempo de que pensaba inapropiadamente para el momento. Se quedó quieto, pensando qué decir o hacer, sin notar como levemente su rostro se ruborizaba y sangre caía de su nariz.

Xie Lian se asombró, corrió hacia él para sacudirlo una y otra vez.
-¡San Lang pervertido! -gritó acelerando las sacudidas.

Entre leves risas el fantasma reaccionó.
-No se preocupe Gege. Es normal, eso iba a pasar eventualmente.

Hua Cheng sujetó las muñecas de su marido, y consiguió que este dejase de sacudirlo peor que loco, al mismo tiempo que lo comenzaba a abrazar, vestir correctamente y acariciar en la parte inferior del ombligo de su marido, sintiendo como se encontraba levemente más elevado.
Guió con sus manos las de Xie Lian para que lo sintiera, susurrando al oído palabras de conforte y amorosas.