23: Nos enfrentamos de nuevo

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-San Lang, debes dejar de permitirme actuar de esta manera -dijo Xie Lian en un suspiro apenas terminó la comunicación en el canal espiritual.

-¿Porqué debería hacerlo Gege? -respondió el fantasma con burla acercándose a su esposo así tomándolo de su cintura -Si a mí me encanta escucharlo hablar de esa manera.

Xie Lian suspiró.
-San Lang, si te dijera que me calienta el hecho de oírte insultar a alguien, haciendo que tu voz suene más profunda de lo usual, ¿Me creerías?

Y Hua Cheng se quedó perplejo.
-¿Así quiere jugar...-se acercó, pegando sus cuerpos todavía más de lo que ya estaban juntos -Su Alteza?

Apenas escuchó el tono de voz más profundo de lo normal, con esa pizca y escencia de malicia que solía usar y que a Xie Lian le encantaba, no pudo evitar ruborizarse e intentar alejarse por el bien de su cara delgada. Dió un paso atrás y trató de empujar a su esposo, buscando la mejor excusa para no terminar revolcándose con su amante entre los arbustos. No, ni loco lo haría.
Se apartó al instante.

-Mi... Mi sombrero de bambú, ¿Lo has visto? -comenzó a caminar fingiendo que lo buscaba.

Detrás de él se escuchó la risa de su esposo.

-¿Porqué Gege necesitaría su sombrero? -bromeó alcanzándolo.

-Pues con el sombrero Qi Rong comprenderá el porqué de la visita adelantada.

Xie Lian entre más avanzaba por el bosque más lo iba reconociendo, era el bosque en dónde se encontraba la fortaleza oculta de su primo fantasma. No entendía porqué Hua Cheng los llevó allá, pero no importaba, tal vez podría refugiarse y pasar tiempo con su último pariente (¿vivo?) que sigue en el mundo.

-De hecho, no es adelantada Gege -el pelinegro elevó los hombros -Casualmente el día de hoy es dos semanas después de nuestra última reunión.

El dios quiso reír, ya completamente calmado como para poder volver estar al lado de su marido, hasta que escuchó a los dos oficiales más problemáticos para él gritando por haber elegido el número incorrecto.

No supo si reír o llorar mientras soltaba un suspiro.
«-¿Qué número sacaron? -les preguntó por su comunicación espiritual.

-¡Eso no importa! ¡Solo díganos el número correcto! -gritó Mu Qing entre jadeos, pues en ese momento se enfrentaba a muchos cocodrilos extrañamente diferentes de lo usual, Xie Lian podía oír el chapoteo del agua del pantano y como Feng Xin exhalaba sin parar.

-Están en el pantano -dijo Xie Lian -, los cocodrilos son amigables.

-¡Debe estar bromeando! -Feng Xin se unió a la conversación -Solo diga cuál es el número correcto.»

El príncipe heredero no pudo evitar soltar pequeñas risas, imaginaba la divertida escena de sus ex amigos luchando contra aquellos seres que suele visitar cuando tiene tiempo, una vez al mes a lo mucho. Se desesperarían incluso más si es que descubrieran que Xie Lian suele visitar a otras de estas amenazas, como las arañas gigantes de cueva si consigues el número once, o los peces esqueletos de Agua Negra si es que consigues un tres¹.

«-Aunque les diga, no será de mucha ayuda -dijo sintiendo a su esposo sujetar su cintura.

-Tomando en cuenta que es un artefacto de Lluvia Carmesí -Feng Xin tomó aire y se escuchó el sonido de sus pies tocar suelo -de seguro el número a conseguir es el doce. Tal vez podamos hacer un hechizo de acortamiento de distancia para pedir suerte en la Capital Celestial.

-De hecho.... -su voz tembló por contener la risa -Es dos.»

No hubo ningún otro sonido, por lo que Xie Lian al instante supuso que sus caras se habían vuelto pálidas por la noticia. Conseguir un doce es difícil, pero no imposible, y tomando en cuenta que son oficiales celestiales entonces las probabilidades aumentan considerablemente, pero un dos es más difícil para ellos. Por eso Hua Cheng lo pensó.

𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora