Ciudad Fantasma
La guarida del apostador. Un establecimiento enorme ubicado casi al centro de la ciudad fantasma, el lugar en dónde puedes realizar cualquier tipo de apuestas. Desde dinero hasta partes de tu cuerpo, si pierdes, pierdes tu vida, si ganas eres capaz de vivir más tiempo, reducir la vida de tus enemigos o hacer posible cualquier milagro.
Shang Zhen era un fantasma recién formado, falleció debido a la traición de su hermano, por lo que conservó sus recuerdos con rencor hasta ser un fantasma. Ahora, ha viajado hasta la ciudad fantasma con la intención de ganar dinero y apostar la vida de su hermano, en forma de venganza. Y si no era posible, entonces pedir la muerte de su hermano, apostando cualquier parte de su cuerpo. Cualquiera de sus dos opciones eran un ganar, y estaba dispuesto a ingresar a aquel lugar sin leyes para obtener su esperada venganza.
-Maestro, ¿Viene aquí para apostar? -dijo una muchacha fantasma muy hermosa.
-Así es -dijo él entrando.
La chica lo observó adentrarse dentro de la gran edificación. El olor a venganza y sed de sangre era intenso de aquel hombre, y ella sabía que ocurría cuándo ese tipo de gente ingresaba.
Se acercó a una de sus compañeras y le susurró algo al oído. Le preguntó si es que sus reyes habían vuelto de su viaje.-Sí. La reina y Hua Chengzhu regresaron ayer -dijo la otra muchacha.
-Entonces transmítele mi mensaje a la reina.
Una enorme conmoción inundó la guarida del apostador. Aquel fantasma que llegó y rompió dos reglas del establecimiento era una novedad no vista tanto tiempo, pero sobretodo, la razón de los amotinamientos era porqué sabían que su reina haría presencia ante esto.
El fantasma irrumpió para apostar la vida de su hermano, a cambio de muchas riquezas. En cuánto le informaron que aquello no estaba permitido, sacó a relucir sus poderes causando estragos. Era un rango ira, poderoso y con sed de venganza.
-No comprendo. ¿Qué no es este un lugar sin reglas? -dijo un fantasma de apariencia joven, cabello azabache y ojos grises que usaba unas túnicas negras con bordes rojos, incluso usaba una tela roja para atar parte de su cabello.
-Existe una regla. Una única regla -dijo otra fantasma, que cubría su rostro con una máscara inquietantemente verde -, y esa es: Nunca enojes a nuestra reina.
-¿Qué no es otra la regla? -interrumpió otra fantasma con voz chillona.
-Sí, sí. Pero es demasiado larga, esta es más simple.
El fantasma de ojos grises observó el disturbio, los guardias no hacían mucho, de hecho, nadie hacia nada más que alejarse de aquel fantasma que causaba estragos.
-No te preocupes amigo mío -volvió a decir al notar la inquietud del de túnicas negras -. Mientras este hombre siga haciendo sus payasadas, nuestra gloriosa reina aparecerá ante nosotros.
El alboroto se había intensificado. Shang Zhen comenzó a usar sus poderes para romper varias de las mesas y encerrar a fantasmas más pequeños dentro de remolinos de viento azul y pestilente. Sonreía con satisfacción, ver su desorden era sin duda algo magnífico (fue bueno haber hecho tal trato con la luz verde que deambula en la noche, pensaba).
Entonces ocurrió lo que todos estaban esperando.-Suficiente -dijo una voz masculina con autoridad.
Shang Zhen volteó hacia las cortinas rojas grandes que se alzaban subiendo las escaleras del centro del establecimiento. Una figura delgada se hizo presente, por detrás de estas, y cuando una mano de jade las atravesó, la figura se convirtió en una joven dama realmente atractiva.
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𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕊𝕀𝔼𝕄ℙℝ𝔼
FanfictionHace ochocientos años en el ya olvidado reino de XianLe, dos niños se conocieron y se enamoraron, pero su amor era una especie de tabú. Mientras que uno era el príncipe heredero del reino, otro era un niño que vivía en la miseria y había nacido mald...